Psicología

Trastorno de oposición desafiante en niños: Qué es, cómo reconocerlo y qué hacer al respecto

Este trastorno de conducta afecta a un porcentaje significativo de niños y adolescentes

Hijos desafiantes
Hijos desafiantesKindel Media

El trastorno de oposición desafiante (TOD) es un trastorno de conducta que afecta a un porcentaje significativo de niños y adolescentes. En muchos casos, los niños atraviesan fases de rebeldía y actitudes desafiantes hacia sus padres y figuras de autoridad, lo cual forma parte de su desarrollo normal. Sin embargo, cuando estas actitudes se vuelven persistentes, repetitivas y difíciles de manejar, podría estar indicándose la presencia del trastorno de oposición desafiante.

Este trastorno, también conocido por sus siglas en inglés ODD (Oppositional Defiant Disorder), se caracteriza por un patrón de comportamientos negativos, desafiantes y a menudo agresivos hacia los adultos, especialmente hacia los padres. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), publicado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, detalla las características del trastorno de oposición desafiante. Se estima que entre el 1% y el 16% de los niños en edad escolar pueden verse afectados por este trastorno, según la Universidad de Stanford.

¿Qué es el trastorno de oposición desafiante?

El trastorno de oposición desafiante es un trastorno de la conducta que aparece en la infancia o la adolescencia, con comportamientos que van más allá de la rebelión típica de los niños. Estos menores tienden a desafiar constantemente la autoridad, a ser irritables y a reaccionar con cólera o frustración ante situaciones cotidianas. No se conoce una única causa que provoque este trastorno, pero se sabe que pueden influir factores genéticos, familiares y sociales.

El trastorno de oposición desafiante se puede presentar junto a otros trastornos, como los trastornos de ansiedad, el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y la depresión. Es esencial realizar un diagnóstico temprano para evitar que el trastorno interfiera en el desarrollo social, académico y emocional del niño.

¿Cómo saber si mi hijo lo tiene?

Según el psicólogo José Luis Pedreira-Massa, el trastorno de oposición desafiante se diferencia de la típica rebeldía infantil en su persistencia y frecuencia. Este trastorno no es un simple desacuerdo ocasional, sino una conducta repetitiva que dura al menos seis meses. Algunos de los comportamientos que pueden indicar la presencia de ODD son:

  1. Rabietas frecuentes e intensas: Las explosiones de ira que no parecen tener una razón clara o comprensible.
  2. Discusión constante con los padres: Los niños afectados tienden a desafiar la autoridad de manera continua, poniendo en cuestión las normas familiares.
  3. Desobediencia crónica: Un patrón habitual de no seguir reglas o directrices, incluso en situaciones cotidianas.
  4. Actos deliberados de molestia hacia otros: Los niños con ODD a menudo realizan acciones que molestan a los demás de manera intencional.
  5. Irritabilidad y rencor: Los menores afectados suelen estar constantemente irascibles, resentidos y muestran conductas vengativas.

En casos más graves, el trastorno puede escalar a conductas de intimidación, amenazas, violencia física y crueldad hacia otras personas o animales. Estos comportamientos pueden llegar a afectar significativamente las relaciones familiares y sociales del niño.

¿Qué hacer si sospechas que tu hijo tiene el trastorno de oposición desafiante?

El diagnóstico temprano es clave para abordar el trastorno de oposición desafiante. Si un niño presenta los síntomas mencionados de forma continua y persistente, es importante buscar la ayuda de un profesional de la salud mental especializado en trastornos del comportamiento. El diagnóstico y la intervención temprana pueden ayudar a prevenir que el trastorno se agrave y afecte más áreas de la vida del menor.

El tratamiento para el trastorno de oposición desafiante varía dependiendo de la edad del niño, la gravedad de los síntomas y las circunstancias específicas. Según la Universidad de Stanford, el tratamiento más eficaz generalmente combina varias formas de intervención, entre las que se incluyen:

  • Psicoterapia individual: El niño puede beneficiarse de sesiones de terapia cognitivo-conductual para manejar mejor sus emociones y conductas.
  • Terapia familiar: Ayudar a la familia a mejorar su dinámica y la forma en que interactúan con el niño es fundamental para el tratamiento.
  • Terapia grupal: Interacciones con otros niños que enfrentan dificultades similares pueden ser útiles para mejorar las habilidades sociales y de resolución de conflictos.
  • Medicamentos: En algunos casos, los medicamentos pueden ser necesarios para tratar otros trastornos asociados, como la ansiedad o el TDAH, que pueden coexisitir con ODD.

En resumen, el trastorno de oposición desafiante es un trastorno que debe ser abordado con seriedad para evitar consecuencias a largo plazo. Si reconoces algunos de los comportamientos descritos en tu hijo, buscar orientación profesional es el primer paso para darle el apoyo necesario y ayudarle a desarrollar habilidades adecuadas para su bienestar emocional y social.