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Zoido, sobre el 17-A: «Desde el primer momento me temí lo peor e informé a Rajoy»
El ex ministro relata a LA RAZÓN cómo hizo «una pequeña maleta» y viajó de inmediato a Barcelona
El ex ministro relata a LA RAZÓN cómo hizo «una pequeña maleta» y viajó de inmediato a Barcelona.
Sobremesa de un día de verano. El por entonces ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, departe con su familia cuando una llamada interrumpe la escena. Es el Director General de la Policía. Agentes desplegados en La Rambla trasladan información preocupante desde el terreno. Por las palabras que le transmiten al ministro, «la cosa es grave». Zoido rápidamente se pone en contacto con el Delegado del Gobierno en Cataluña y traslada, entonces, todos los datos al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Al jefe del Ejecutivo también le han llegado «noticias confusas», pero ambos constatan la «extrema gravedad del suceso». «Desde el primer momento me temí lo peor», relata el ex ministro a LA RAZÓN. Aunque en un principio se comentó que se trataba de un atropello masivo que podía deberse a la fuga de un criminal, el titular de Interior era consciente de que este tipo de acción –la utilización de vehículos pequeños para irrumpir contra peatones en las arterias peatonales de grandes ciudades– estaba en las prácticas habituales del yihadismo en la actualidad.
No hubo un minuto que perder. «Había que empezar a prepararlo todo para trasladarnos a Barcelona esa misma tarde». Así lo hicieron también tanto Rajoy como la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que se encontraba de retiro estival. Juan Ignacio Zoido hizo «una maleta pequeña», todavía con la conmoción y la incertidumbre «no sabía para cuánto tiempo tendría que ausentarme». Esa misma tarde ya estaban en la Ciudad Condal. Recuerda como el primero en llegar fue el jefe del Ejecutivo. Su primer destino: la Delegación del Gobierno, donde mandos de la Guardia Civil y la Policía Nacional les pusieron al corriente de los últimos datos. El centro de coordinación se convirtió en el punto neurálgico por el que pasaba toda la información, con miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de los Mossos d’Esquadra. Por primera vez en una masacre terrorista de estas dimensiones se iba a hacer cargo de la instrucción una policía autonómica.
El ex ministro Zoido califica la coordinación de «muy buena», a pesar de las dificultades evidentes. Recuerda con nostalgia ese «espíritu de colaboración absoluta» que existió entre todas las Fuerzas de Seguridad y entre la Generalitat y el Gobierno, y lamenta que ese buen entendimiento y predisposición que se vivió en las primeras horas desapareciera después en la manifestación que se produjo al día siguiente en Barcelona. Esa «relación correcta» y «muy positiva», con contactos fluidos a todos los niveles entre el Govern y Moncloa, se tornó en un «espectáculo bochornoso» en el que un homenaje a las víctimas se convirtió «en un alegato en favor de la independencia y de ataques al Rey y al Gobierno de España». «Espero que no se produzca también este año», señala.
El recuerdo más doloroso que guarda Zoido es el relativo a las víctimas, «sobre todo una familia que estaba de vacaciones cuando la tragedia se cebó con ellos. Fue muy difícil consolarlos». Asegura que con la distancia y la autocrítica que dan estos doce meses, existen «lagunas» que espera que la instrucción judicial pueda resolver y recuerda el compromiso y la necesidad de que «estemos todos juntos, unidos en la lucha contra el terrorismo. Que prevalezcan la libertad y la democracia».
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