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Logroño

Servir a España, por María Dolores de Cospedal

Servir a España, por María Dolores de Cospedal larazon

En estos mismos momentos en los que usted lee este artículo, hay miles de militares en alerta, en guardia permanente, sin descanso y sin distracción, con la única misión de protegernos, de frenar, prevenir e incluso combatir cualquier amenaza que se pueda cernir sobre nuestros hogares. Los habrá a la intemperie, en un bosque todavía nevado en este mes de mayo de Europa Central; o en el lejano Índico, rastreando en las pantallas del radar la sombra de un barco pirata; o sobrevolando los cielos nítidos del corazón de África para garantizar que los suministros de la ONU o de la Unión Europea llegan a sus destinos.

En estos momentos, hay alrededor de 3.000 de nuestros militares repartidos en 17 misiones internacionales y son nuestra primera línea de defensa fuera de nuestras fronteras. Pero hoy son protagonistas todos nuestros soldados, marineros y aviadores, los 120.000 hombres y mujeres que forman nuestra milicia. Los que se levantan cada mañana para ir a su unidad en cualquier punto de España o se preparan continuamente para estar dispuestos ante cualquier amenaza.

Hoy es el día de todos ellos. El Día de las Fuerzas Armadas es una conmemoración para dar a conocer lo que hacen por España y para España nuestros Ejércitos y Armada. Para agradecer su trabajo y su esfuerzo. También es el día en el que todo militar recuerda a cada español que puede dormir tranquilo, que él o ella permanecerán vigilantes para proteger su libertad, defender su modelo de vida, velar por su tranquilidad y garantizar su seguridad. Así viene siendo desde hace 40 años, ya que fue en 1978 cuando se estableció que con «el máximo esplendor y solemnidad» se instaurase anualmente esta celebración en la última semana de mayo. Nuestros militares son esencia y escudo al mismo tiempo de la nación. Protegen y pertenecen a una sociedad donde no caben las distinciones entre civil o militar, ya que integran un mismo todo, son protagonistas de una misma historia y construyen juntos el futuro.

A partir de la inquebrantable lealtad a su bandera, su Rey y a toda una nación, cada militar tiene el deber y la obligación de garantizar la soberanía y la integridad territorial, la libertad y la democracia que sostienen y definen a España.

Eso es lo que encarnan nuestros militares y eso es lo que se celebra hoy. Con agradecimiento y para que los españoles los conozcan mejor.

Agradecer que tengamos unas Fuerzas Armadas integradas por hombres y mujeres, oficiales generales y suboficiales, marineros, soldados y aviadores que están dispuestos a darlo todo, incluso su vida llegado el caso, por cumplir con su deber: «Nuestra misión, tu libertad», tal y como dice nuestro lema para este día. Conocer que esa misión es su deber pero también su trabajo diario. Aquí, en España, y donde haga falta para defender la libertad, nuestra libertad. En una época donde los riesgos han permeado todas las fronteras, la defensa tampoco debe entender de territorios o límites físicos. La batalla por la seguridad total es una exigencia global, sin descanso y sin límites. Así lo entienden nuestros militares. «Armado siempre y siempre en ordenanza», proclamaba el soldado y poeta Alonso de Ercilla hace casi medio milenio, en aquel Siglo de Oro de las Letras que también fue época de descubrimientos y de romper límites geográficos, mentales, sociales y científicos. Entonces, como ahora, los militares españoles eran vanguardia y ejemplo, embajadores y punta de lanza.

A ellos, a su legado, debemos lo que somos en estos momentos. Por justicia, el Día de las Fuerzas Armadas también reserva un espacio a nuestra historia militar. Este año, precisamente, se cumplen 175 años desde que la Reina Isabel II firmase el Decreto por el que se establecía la bandera española tal y como la conocemos ahora. Pero habían sido los buques de guerra los que primero la hicieron ondear por los siete mares casi un siglo antes. Una vez más, la milicia abrió el camino de la historia de España. Ahora, los militares siguen trabajando por que nadie pueda atentar contra nuestro interés general. Si España es un país moderno, desarrollado, con uno de los mejores conjuntos de servicios sociales públicos (educación, sanidad, pensiones) del mundo es porque somos un país seguro. Hay decenas de miles de personas que permanecen alertas y vigilantes para que eso sea posible. En efecto, somos una sociedad segura porque contamos con unos Ejércitos y una Armada preparados, plenamente profesionales, admirados y valorados por nuestros aliados internacionales. Por todo ello, también hay que demostrar con hechos que entendemos su valor. Esta misma semana se han aprobado los Presupuestos Generales del Estado de 2018 que devuelven el peso de la inversión destinada a Defensa a los niveles que había en 2000. Se ha dado un primer paso para que, después de años de necesaria contención presupuestaria, las Fuerzas Armadas Españolas puedan emprender el camino del futuro con los medios idóneos para garantizar el ejercicio de su deber, al mismo tiempo que se salvaguarda la seguridad personal de cada militar. La libertad de todo un país merece un consenso sin disquisiciones partidistas, como corresponde a una auténtica política de Estado. Nos exige a todos los miembros de la sociedad española un compromiso y un deber.

Porque, de la misma forma, los militares españoles demuestran a diario su compromiso y cumplen en todo momento con su deber. Y eso es lo que hoy se celebra. Como cada fin de semana más próximo al 30 de mayo, festividad de San Fernando, los hombres y mujeres que conforman las Fuerzas Armadas Españolas viven su jornada más especial del año. Ante Sus Majestades los Reyes, esta mañana se reúne en Logroño lo mejor de la milicia en un gran y solemne izado de bandera, un homenaje a los que dieron la vida por España y un desfile terrestre y aéreo con 2.678 militares y guardias civiles, 54 aeronaves y 147 vehículos. La ocasión merece el esfuerzo de este despliegue, que es de orgullo y confraternización. Hoy es un día de celebración, de contacto directo entre la sociedad española y los integrantes de nuestros Ejércitos y Armada. En las calles de Logroño, en las televisiones de cualquier hogar, en prácticamente todas las unidades, los militares compartirán con sus conciudadanos lo mejor de sí mismos: su material, su preparación, su entrenamiento y su profesionalidad. Pero, por encima de todo, compartirán el orgullo de formar parte de nuestra nación: España.