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Negociación

Podemos usa a Irene Montero para sacar más sillones a Yolanda Díaz

Ceden a su activo político para no ser ellos los responsables de la ruptura de la unidad. Presionarán hasta el registro de las listas por un «acuerdo justo»

La batalla a la izquierda del PSOE no ha terminado con el registro de ayer por la noche –sin repetir el fracaso de Andalucía– de una coalición liderada por Sumar con quince partidos más entre los que se incluye finalmente a Podemos después de nueve días de alto voltaje entre fuerzas destinadas a entenderse para alcanzar, de nuevo, el gobierno de coalición. Es solo un punto y seguido y una «mini guerra» perdida para Podemos.

Sumar registró en tiempo y forma, aunque bajo la bocina, la coalición electoral al filo de las nueve de la noche después de un día repleto de tensión y de vetos cruzados entre lo que quiere ser o parecerse a una alianza de unidad.

En el equipo de Sumar celebraban la cesión de Podemos, pero la rendición no ha sido tal, ni lo va a ser, de momento. Ha sido una negociación de infarto que ha peligrado hasta última hora y que sigue en el aire. Los morados están dispuestos a entregar el todo en su particular guerra de poder y por la hegemonía de la izquierda con Sumar y con el resto de partidos que un día concurrieron en unidad. La dirección del partido ha jugado una carta maestra para demostrar a la vicepresidenta Yolanda Díaz que no están muertos. Y esta baraja tiene el nombre de Irene Montero, el capital político de Podemos.

Ayer, la secretaria general de la formación, Ione Belarra, confirmó que su partido concurrirá con Sumar. Pero la discrepancia de calado entre las dos líderes sigue estando vigente: la inclusión de Irene Montero en las listas para las elecciones generales. «Se nos ha pedido una vez más sacrificar a nuestro activo político, a Irene Montero», clarificó la ministra en una comparecencia sin preguntas y sin periodistas desde la sede del partido en Madrid. «Desde el equipo negociador de Yolanda Díaz se nos ha trasladado que la presencia de Irene Montero en el equipo que concurra a las próximas elecciones generales es un obstáculo insalvable para alcanzar un acuerdo de unidad». Aun así, Belarra aseguró que concurrirán de todos modos con Díaz. «El compromiso de Podemos con la unidad es firme y hoy la firma de Podemos en la coalición está garantizada, pero queremos llegar a un acuerdo justo».

Los morados, así, usarán los días que restan para registrar las listas electorales de Sumar (el plazo expira el 19 de junio) para presionar a la dirección de Yolanda Díaz con Irene Montero. El partido asumirá el veto a la ministra de Igualdad pero no será una lucha gratuita. Podemos busca presionar estos días para conseguir mayor poder en las listas electorales y puestos de salida. Ione Belarra denunció que el equipo negociador de Sumar no les garantiza puestos de salida. «Con la última oferta que nos hace el equipo negociador de Sumar, Podemos podría quedarse sin representación en el Congreso de los Diputados. Esto es algo que no nos parece justo», lamentó.

Belarra consiguió el aval de su Consejo de Coordinación, quien tenía el poder para negociar con Sumar después de que 49.089 personas votaran a favor, un 92,9 por ciento, mientras 3.568 militantes votaron en contra. Fue una de las consultas con resultándose participación más bajos en la historia de la formación. Por la mañana, tras conocer los resultados de la consulta exprés, el Consejo de Coordinación se reunió en la sede del partido en Madrid para tomar una decisión definitiva. Fue una cita poco halagüeña para algunos de sus participantes, pero en la que los territorios más críticos evitaron mostrar la fractura interna y confiaron en que finalmente reine el mandato de unidad, según ha podido saber este diario. Así, la líder de Podemos se armó de facultades para advertir a Díaz. «No aceptamos ningún veto como parte de la negociación, para preservar el cuidado de la negociación es fundamental el respeto a los interlocutores. Además, aseguró que todo su Consejo de Coordinación había estado de acuerdo en rechazar ese veto a Irene Montero. La primera, Ione Belarra. «Irene ha intervenido en el Consejo de Coordinación para ponerse a disposición de Podemos, para hacer lo necesario por injusto que sea, para asegurar la unidad; pero mi respuesta como secretaria general, y la de todos y cada uno de los miembros del secretariado, ha sido que nos parece no solo una injusticia, sino además un error político», dijo.

Los morados ganan tiempo al confirmar ayer su firma en los documentos registrados ante la Junta Electoral Central. Tiempo para convencer a la vicepresidenta de que levante el veto a Montero y si finalmente no logran vencer esta batalla, pedirán «un acuerdo justo», según explican fuentes de la formación morada. A día de hoy, la oferta de Sumar para los de Belarra se limita a posicionar a sus candidatos como el 1 por Navarra; 1 por Guipúzcoa; 1 por Cádiz; 1 por Murcia; el 5 por Madrid –que ocuparía la ministra Ione Belarra–; el 4 por Barcelona -para Lilith Vestrynge- y 1 por Canarias. Algo que para el partido es insuficiente. Los morados, actualmente tienen 20 diputados netamente morados en la coalición de Unidas Podemos.

A su vez, los morados consiguen un doble blindaje a la propia política. Dentro de la formación y entre la militancia ha sentado muy mal el veto a la ministra, de la que generan el relato que ha sido la líder «de una nueva generación de derechos feministas», según el propio partido. La noche se saldó ayer con un comunicado conjunto de la coalición. «Se trata del acuerdo más amplio y plural alcanzado» y es «reflejo del esfuerzo y la generosidad de fuerzas políticas muy diversas. Es el primer paso para construir un proyecto ilusionante», ratificaron.