Una pérdida de tiempo

Si no hubiera sido por la intervención de Núñez Feijóo en el debate sobre seguridad y defensa en la Unión Europea, la comparecencia de Pedro Sánchez se podría haber calificado de pérdida de tiempo para los diputados y ciudadanos, excusa utilizada por la ministra Alegría para no presentar los presupuestos y ocultar la soledad de Sánchez.

Siempre es de agradecer la buena oratoria y el uso de la figura retórica de la ironía. No hace falta escupir para discrepar, pero sí argumentos e inteligencia. Virtudes que no se veían desde la salida de Mariano Rajoy de la vida política que han sido recuperadas por Feijóo.

"La oratoria es el arte de hacer pensar a los demás aquello que tú piensas", decía Quintiliano. Tarea difícil para Sánchez protagonizando un discurso que no refleja lo que piensa para no levantar susceptibilidades dentro del mismo gobierno y socios de investidura.

Mientras Sánchez hacía un discurso para estudiantes de secundaria sobre el significado Europa, los retos de amenazas híbridas, climáticas y control de fronteras, Feijóo le increpaba: "¿Cómo va a dar lecciones de seguridad quien cede las fronteras a los que no creen en la nación? ¿cómo vamos a procurar una respuesta conjunta de Europa si el Gobierno responde cosas distintas en función del ministro que hable?".

El "summum" del absurdo de Sánchez fue su compromiso de elevar la inversión en Defensa, sin tocar el gasto social ni presentar presupuestos. "El Pedro Sánchez de 2017 le estaría pidiendo la dimisión. O se somete a las Cortes o se somete a las urnas. Son las dos únicas salidas dignas que hay. Por eso, como son las dos únicas salidas dignas que hay, usted no escogerá ninguna", apostilló el líder del PP. Una vez más, un Sánchez acorralado resultó ser una pérdida de tiempo para el ciudadano.