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Toni Bolaño

Pasarse de frenada

El auto deja en fuera de juego a los líderes independentistas

(I-D) El exconseller de Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia de la Generalitat Raul Romeva (ERC), el exconseller de la Presidencia y ex portavoz de la Generalitat Jordi Turull (JxCat), el exvicepresidente de la Generalitat y lí­der de ERC, Oriol Junqueras, el presidente de Ãímnium Cultural, Jordi Cuixart, el exconseller de Interior de la Generalitat Joaquim Forn (PDeCAT), el secretario general de Junts, Jordi Sánchez y el exconseller de Territorio y Sostenibilidad de la Generalidad Josep Rull (JxCat) Kike RincónEuropa Press

Esquerra Republicana de Cataluña se pasó de frenada. El Gobierno quería suavizar el delito de sedición equiparándolo a nuestro entorno europeo, pero los de ERC, espoleados por sus ansias de arrinconar a Junts, acabaron forzando su eliminación. El Gobierno, asesorado por sus propios gurús políticos, decidió inventarse el delito de desórdenes públicos agravados. Conclusión, el Supremo dice que este delito no sustituye al de sedición que ha sido abolido y zurra, de valiente, al Ejecutivo, al que reprende por dejar un vacío legal por tragarse las veleidades de ERC. Sin embargo, el tribunal que no ve el delito aplicable a los dirigentes políticos sí que se lo aplica a los dirigentes de las asociaciones que encabezaron las manifestaciones: Jordi Sánchez y Jordi Cuixart. El interrogante que abre esta decisión es si ahora se penará con más virulencia a los participantes en las manifestaciones porque los dirigentes de la ANC y Ómnium han salido peor parados que los dirigentes políticos. Por cierto, este interrogante fue planteado por Unidas Podemos. Se temían lo peor y ha llegado lo peor.

Segunda pasada de frenada de los republicanos. Malversación: si no te llevas dinero a tu bolsillo es una malversación menor. Ciertamente, los líderes independentistas no se llenaron los bolsillos, pero utilizaron dinero público para cuestiones ilegales. Segunda zurra del Supremo, que aplica la malversación agravada y deja a Junqueras compuesto y sin novia, es decir, inhabilitado hasta 2031. Algunos mal pensados decían hoy en Barcelona que en el Palau de la Generalitat brindaban con cava. Seguramente es mentira, pero Aragonès no tendrá que vérselas con las ganas de Junqueras de presentarse a las autonómicas de 2025. Tampoco a las de 2029. Junqueras lo designó como sucesor, pero los enfrentamientos entre ambos se repiten. La última vez, horas antes de hacer público el acuerdo presupuestario con el PSC. Junqueras pretendía que se retirara. Aragonès se negó. Una vez más, discrepancias entre ellos. Auguro que irán a peor porque, si fuera poco, el tándem LlarenaMarchena ha abierto el camino del «trullo» a varias decenas de líderes independentistas acusados de malversación y desobediencia. La mayoría de ellos, al menos los más relevantes, como Lluís Salvadó y Josep María Jové, son miembros del Clan Junqueras.

Los efectos «indeseados» de las reformas del Gobierno superan a la Ley del «solo sí es sí» y llegan a la sedición y la malversación. No hace falta ser un lince para ver que el tándem Marchena-Llarena se ha cobrado una pieza de caza mayor. Deja en fuera de juego a los líderes indultados, excepto a Josep Rull y Joaquim Forn, y hace un gran favor a la estrategia de Junts per Catalunya, que ahora dice aquello de «ya lo decíamos nosotros. Las reformas no son nada», dejando a ERC como en el juego de hundir barcos. De momento, tocada. Y como está tocada, ahora apostará más si cabe por Pedro Sánchez en las próximas elecciones para tirar del as en la manga de los indultos. El tándem Llarena-Marchena –monta tanto, tanto monta– también ha construido una bonita autopista para el PP, que se frota las manos. No quiero pensar mal, pero los jueces han optado por los extremos para seguir azuzando el conflicto. Flaco favor a los catalanes, sin duda.

El Gobierno, se puede decir así, ha fracasado de nuevo. Seguramente hay hostilidad en parte de la judicatura. Es más que evidente. Sin embargo, también hay una cierta bisoñez en ciertos aprendices de brujo que van sumando errores que empañan la labor del Ejecutivo. Han contado con el apoyo del presidente, pero la acumulación de desaguisados haría conveniente que se pusiera punto y final a su asesoría de primer nivel, porque se ha revelado de poca enjundia y no llega a nivel de aprendiz. El legislador debe hacer las leyes. La judicatura, interpretarlas. Pero el legislador está obligado a delimitar el terreno de juego. Y en esto se ha fallado de forma exponencial. El presidente puede aprovechar la crisis del Ejecutivo que ya urge.