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Pablo Casado: «Yo sí quiero presidir el PP»

De los nombres alternativos el del portavoz tiene más recorrido y margen de integración

Pablo Casado aseguró ayer que el PP tiene que recuperar la honestidad y la eficacia en la gestión como señas de identidad / Efe
Pablo Casado aseguró ayer que el PP tiene que recuperar la honestidad y la eficacia en la gestión como señas de identidad / Efelarazon

De los nombres alternativos el del portavoz tiene más recorrido y margen de integración.

La lista de precandidatos del PP al Congreso de julio siguió ayer creciendo. El vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, y el ex ministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo formalizaron el anuncio de que también aspiran a convertirse en presidentes del partido. Sus nombres se unen así a los de José Ramón García Hernández, responsable de Internacional del PP, y al del ex presidente de Nuevas Generaciones de la Comunidad Valenciana, José Luis Bayo.

De estas candidaturas alternativas, en el PP creen que la que tiene más recorrido es la de Casado porque es un dirigente bien visto en las bases y que puede superar con cierta facilitad la primera votación de filtro.

Desde esa posición, lo previsible es que pueda llegar a un acuerdo de integración con otra lista más fuerte y acabar incluso como secretario general del nuevo PP que salga del Congreso. Las otras candidaturas responden a distintos intereses, desde el deseo de la cuota de protagonismo a cortocircuitar la alternativa de la ex vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.

La campaña precongresual se abre con exigencias de regeneración democrática, de que se ponga en marcha un tiempo nuevo frente al «pasado» o con la demanda de una revisión del proyecto en cuestiones tan delicadas como la estrategia en Cataluña. Aunque Génova siempre ha apostado por una candidatura de integración, al menos en la primera vuelta habrá debate y confrontación de propuestas con el telón de fondo de tomar posiciones en el nuevo reparto de poder del PP que saldrá del Congreso de julio. En el camino al cónclave se medirá la capacidad de Génova de avanzar en su objetivo de llegar con una sola candidatura de consenso. Es decir, que aunque parezca un Congreso de confrontación concluya como uno de aclamación.

Margallo justificó su decisión de dar un paso al frente en la «situación extraordinaria» que vive el partido tras la moción de censura socialista que desalojó a Mariano Rajoy del poder. Y demandó que haya un debate de proyectos porque «no confrontar» ideas llevaría al partido «a la desaparición».

El ex ministro se ha convertido en los últimos años, desde su salida del Gobierno de Rajoy, en el alter ego de las políticas del Ejecutivo popular y, sobre todo, de la gestión de la ex vicepresidenta. Su intención inicial era retirarse si se presentaba el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. El ex ministro de Asuntos Exteriores, de 73 años, arrancó su campaña con guiños a las bases frente al «aparato», para las que reclamó ser protagonistas de la «fiesta». Son las primeras que tendrán que pronunciarse. También reclamó una revisión del proyecto político que va desde el Estado del Bienestar a la reforma de la Constitución, rechazada por la actual dirección popular hasta este momento.

Casado, por su parte, se presentó como el futuro frente al pasado, y proclamó que ha llegado el momento para la generación que él representa. En sus primeras declaraciones tras anunciar su candidatura también argumentó que su decisión responde al objetivo de «recuperar la honestidad» y el voto que se ha ido a Ciudadanos (Cs). Casado explicó que había estado esperando que se presentara un proyecto de consenso en el que se sintiera representado, pero que ante la falta de movimientos de estos días ha optado por «arrimar el hombro». «Tengo proyecto e ilusión».