
Comparecencia insólita
Máxima tensión: PSOE y Sumar se tiran el SMI a la cabeza
Yolanda Díaz reconoce que se "ha enterado por los medios" de la tributación vía IRPF y Alegría se ve obligada a hacer pedagogía fiscal
Un vodevil. Ni en tiempos de Pablo Iglesias al frente de la Vicepresidencia del Gobierno se recuerda tamaña tensión en una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. A priori, hoy era un buen día para el Ejecutivo. En la cartera de anuncios: la subida del Salario Mínimo, pero lo que suponía un activo para el Gobierno ha acabado tornándose en pasivo, poniendo de relieve las costuras de la coalición y sus "abiertas discrepancias en política fiscal". Por primera vez, los perceptores del SMI tendrán que tributar el IRPF y esta decisión, impuesta unilateralmente por Hacienda a Trabajo, ha reventado la comparecencia, forzando un "cara a cara" insólito entre PSOE y Sumar a cuenta de la medida.
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que había hecho una medida intervención inicial ha acabado reconociendo, a preguntas de los periodistas, que la decisión de gravar fiscalmente el salario mínimo no había sido objeto de la reunión y que no estaba consensuada ni comunicada, pese a que, además de la reunión ordinaria del Consejo de Ministros, había compartido una interministerial sobre la DANA con María Jesús Montero en la que tampoco le comentó el asunto. "No existió debate [en el Consejo de Ministros]. No hubo deliberación ni comunicación a ninguna de las partes que componemos el espacio de Sumar en el Gobierno", ha revelado, para apuntar inmediatamente: "Me he enterado por los medios". La cara de la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, sentada junto a Díaz era un poema y también un ejercicio de contención.
Díaz ha proseguido criticando que la pedagogía fiscal en España debe empezar por explicar "quién tiene que pagar impuestos y que la justicia fiscal debe empezar por arriba", ha aseverado, para lanzar inmediatamente una puya a su socio de coalición, recordando que "acabamos de hacer un regalo fiscal a los rentistas, que se desgravarán el 100% del IRPF". Alegría no ha podido aguantar más y ha tomado la palabra a renglón seguido para terciar, replicando a Díaz con más pedagogía fiscal, la del PSOE, y reivindicar la "satisfacción" del Gobierno por lo que supone el objeto del debate -pese a quedar ya totalmente opacado- que es "volver a aprobar una subida del salario mínimo como la que hoy hemos hecho pública. Por la velocidad informativa, saltamos las pantallas demasiado rápido", se defendía, recordando que con este gobierno progresista se ha subido un 61% el salario mínimo, unos 448 euros.
En este punto, Alegría también ha querido rebatir ese discurso de "hablar de lo que se lleva Hacienda", en alusión a la retórica confiscatoria, señalando que "esa parte que se lleva Hacienda va a consolidar los servicios públicos". Justo en este momento, Díaz ha comenzado a reírse y a hacer gestos de desaprobación, algo que no pasó desapercibido para los periodistas en la sala. El clima estaba tan enrarecido que la vicepresidenta segunda se ha visto obligada a iniciar su siguiente intervención proclamando que "el Gobierno de coalición goza de buena salud". "Trabajo ha hecho lo que tenía que hacer, el resto de consideraciones, me remito a la ministra de Hacienda", ha respondido cuando se le ha interpelado por el alcance de la contribución del IRPF que se logrará.
Fuentes de Sumar han señalado posteriormente que su intención era no entrar en la confrontación con el PSOE por esta cuestión, pese a que las "discrepancias en política fiscal son manifiestas". "No íbamos a responder, iba a ser algo tranquilito, pero claro, nos lanzan esto 15 minutos antes...", aseguran las citadas fuentes, en referencia al anuncio de Hacienda de que finalmente el SMI acabaría tributando. El socio minoritario está preparando una proposición de ley para intentar revertir esta iniciativa y Díaz también ha adelantado que si cualquier otro grupo presenta otra, en el mismo sentido, contará "con la anuencia" de Sumar.
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