Audiencia Nacional
Juicio al excomisario de Barajas por el "caso Villarejo": "Con una sola llamada llegaba a cualquier lugar”
El empresario Francisco Menénez admite que le “doraba la píldora” y que “le encantaba que le quisieran así”. Carlos Salamanca lo niega todo
En el arranque del juicio al excomisario jede del aeropuerto de Barajas ha estado lleno de detalles y frases que revelan la relación que supuestamente habría mantenido Carlos Salamanca con el empresario Francisco Menéndez, el denunciante que abrió las puertas al “caso Tándem” o “caso Villarejo”. En su declaración en la Audiencia Nacional, ha calificado a Salamanca como “un Dios” que todo lo podía seguir.
"Con una sola llamada llegaba a cualquier lugar de los poderes más importantes del Estado. Para mí eso era como conocer a Dios prácticamente. No iba a dejar de cuidarle. Si él me cuidaba a mí, yo le cuidaba a él", ha sostenido.
Sobre su relación, confesó que actuó como "un pozo sin fondo de dinero" y una "vaca lechera" para el excomisario, que a cambio de esas dádivas, le habría conferido a él y a varios ciudadanos de Guinea Ecuatorial "un trato VIP", ayudándoles a eludir los controles aeroportuarios. Salamanca se enfrenta a 10 años de prisión por los presuntos delitos de cohecho activo y contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, informa Ep.
Menéndez, para quien la Fiscalía Anticorrupción pide seis meses de cárcel por los mismos delitos, ha admitido que le "doraba la píldora" a Salamanca, a quien "le encantaba que le quisieran así". "Era un amante del lujo, como yo también lo era", ha añadido. Y destacó de él que era un hombre “importante” que tenía muchos contactos, lo que le situó como un "facilitador" para que sus socios de la empresa Gepetrol, la petrolera de aquel país, pudieran ingresar en España de manera irregular e introducir dinero en efectivo proveniente de comisiones ilegales por la venta de crudo.
El modus operandi era viajar casi siempre desde Malabo, pero también desde otros puntos, con maletas de mano en la que traían el dinero. Según la Fiscalía Anticorrupción, el excomisario recibía a los empresarios en la escalerilla del avión y les trasladaba en vehículos oficiales hasta la salida del aeropuerto. De este modo, esquivaban el control de aduanas de España y de la Unión Europea.
En su declaración insistió en que él solo actuó como un “pagafantas” y que entre los regalos que le deba había comidas en restaurantes, vinos y bebidas espirituosas de lujo, habanos, fiestas y dinero en efectivo, aunque reconoció que Salamanca nunca le pidió de forma directa esos regalos, pero se quejaba de su sueldo. "Él sabía con quién estaba y sabía que yo era un pozo sin fondo de dinero con el petróleo de Guinea", ha repetido. E insinuó que no era el único que actuaba de esta manera: "Yo veía que le cuidaba mucha gente y le daban mucho cariño económico".
Asimismo, aseguró que el el empresario Fernando Luengo, ya fallecido y que también tenía negocios en Guinea Ecuatorial, el que los presentó y quien le dijo que, si lo trataba bien, le haría unos “favores". Su relación fue muy cercana porque comían todos los días juntos, según se versión, durante años.
También explicó que fue Salamanca quien le presentó al comisario José Manuel Villarejo, que no figura como acusado en esta pieza, y que lo recomendó para hacer informes, en relación al “proyecto King”, para realizar unos trabajos en Guinea Ecuatorial. Y aseguró que sintió miedo cuando denunció los hechos del “caso Villarejo”
Salamanca lo niega todo
En su declaración como acusado, Salamanca ha negado que favoreciese al empresario y recordó que Luengo le ofreció presentarle a un amigo suyo. “Evidentemente no tengo ningún problema, como recibí a infinidad de personas", declaró.
Recordó que el primer favor que le pidió fue por una persona de nombre Pergentino, detenido en la frontera, y qué se ofreció a enterarse de lo que ocurría. "Este señor era muy importante porque era familia del presidente de Guinea" y pertenecía a Gepetrol, por lo que Menéndez le pidió que diese un trato especial a sus socios.
Sobre las dádivas, ha dicho que "si llevaba Vega Sicilia, es porque se lo bebía él, porque yo no bebo vino. Si llevaba Macallan, lo llevaba él para él, porque yo evidentemente tampoco bebo ese wkisky. Y quien me conoce lo sabe de sobra", sostuvo.Sobre el Porsche que le habría regalado, dijo que era de su propiedad y que no lo puso a su nombre para "protegerse" de atentado de ETA.
Y se mostró alterado cuando tuvo que responder a si era un amante de los lujos porque lleva viviendo en la misma casa toda la vida. "A mí lo que me gusta es la policía", ha aseverado, y descartó que se quejase de su salario.
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