Defensa
La Armada teme por la seguridad de sus buques de guerra y busca con urgencia un sistema de defensa antimisil
El retraso de los proyectos nacionales en marcha ha llevado a Defensa a adquirir en el mercado un sistema ya existente y disponible a corto plazo
El Ministerio de Defensa de España ha intensificado sus esfuerzos por dotar a los buques de la Armada de un sistema avanzado de defensa antimisil (ASMD, por sus siglas en inglés). Tras años de intentos fallidos con iniciativas de desarrollo tecnológico nacional, la estrategia actual se centra en la adquisición de una solución probada y disponible en el mercado. Esta decisión refleja la urgencia de garantizar la protección de los buques de la Armada frente a amenazas crecientes, como misiles de baja cota, drones y embarcaciones de pequeño porte, especialmente en escenarios operativos complejos.
La necesidad de un sistema ASMD probado
El Ministerio, en respuesta parlamentaria a Vox, ha explicado que los proyectos nacionales de investigación y desarrollo (I+D) iniciados desde 2019 no han alcanzado aún los objetivos establecidos debido a la complejidad técnica de los sistemas de defensa de punto. Estas iniciativas incluyen propuestas tanto basadas en cañones como en misiles, conocidas bajo las siglas CIWS (Close-In Weapon System). Sin embargo, los plazos de desarrollo se han extendido más allá de lo previsto, lo que ha llevado a Defensa a buscar soluciones internacionales ya disponibles en el mercado.
En mayo de 2024, la Armada propuso oficialmente la declaración de necesidad sobrevenida para la adquisición de capacidades ASMD. Dos meses después, en julio, se iniciaron los trámites para contratar un sistema que pueda integrarse rápidamente en los buques estratégicos de la Armada.
Intentos previos y proyectos nacionales
Desde 2019, la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) ha liderado diversos esfuerzos para desarrollar soluciones de defensa de punto:
MBDA España y el misil Mistral (2019):
Se adjudicó un contrato para estudiar la viabilidad de integrar el misil Mistral en buques de alto valor estratégico, como el LHD Juan Carlos I, los buques de asalto anfibio Castilla y Galicia, y los buques de aprovisionamiento en combate Cantabria y Patiño.
Consorcio SMS y el sistema Saeta (2021):
Este consorcio español propuso el diseño y desarrollo de un sistema de defensa de punto basado en misiles, conocido como Saeta, adaptable tanto a buques como a sistemas terrestres.
Escribano y la torre Sentinel 25 RFG (2022):
Se inició un proyecto para desarrollar una solución basada en esta torre, equipada con un cañón rotatorio GAU-12/U de 25 mm. A pesar de su potencial, no se han reportado avances significativos desde entonces.
En octubre de 2024, el panorama se complicó aún más cuando una licitación para la adquisición de un sistema ASMD quedó desierta, retrasando nuevamente la implementación de estas capacidades críticas.
La defensa de punto: una asignatura pendiente
Actualmente, los buques de la Armada carecen de sistemas específicos para contrarrestar misiles de muy baja cota que logren superar las defensas de largo alcance y de zona. Esta carencia se agrava en escenarios operativos como la misión Atalanta en el Cuerno de África, donde los riesgos van en aumento.
En este contexto, las fragatas F-80, como la Santa María, han incorporado sistemas temporales de autodefensa. Entre ellos destacan:
- Sistema antidrón de Indra: Diseñado para detectar y neutralizar amenazas aéreas.
- Estaciones Guardian 2.0 y Sentinel 30 de Escribano: Equipadas con cañones automáticos y diseñadas para reforzar la autodefensa frente a drones y embarcaciones pequeñas.
Aunque estas soluciones mejoran las capacidades defensivas, no cumplen con los estándares de un sistema de defensa de punto como los CIWS, dejando una brecha significativa en la protección de los buques.
Escenarios críticos y la urgencia de un sistema avanzado
La necesidad de un sistema ASMD eficaz no solo responde a amenazas tradicionales, como misiles de crucero o ataques aéreos, sino también a riesgos emergentes. En regiones como el Mar Rojo, los ataques con drones y misiles por parte de grupos hutíes han incrementado la inestabilidad, mientras que los asaltos piratas en el Cuerno de África han resurgido.
Un sistema de defensa de punto permitiría a los buques de la Armada responder rápidamente a ataques sorpresa, ofreciendo una capa adicional de protección que complementaría las defensas de largo alcance.
Opciones internacionales en el mercado
Dada la imposibilidad de desarrollar un sistema nacional en el corto plazo, Defensa explora alternativas internacionales probadas. Entre las opciones disponibles destacan:
Phalanx CIWS (Estados Unidos):
Este sistema basado en cañones rotatorios de 20 mm ha demostrado su eficacia en múltiples marinas, incluida la estadounidense. Es compacto, autónomo y capaz de neutralizar amenazas aéreas y misiles en segundos.
Goalkeeper CIWS (Países Bajos):
Similar al Phalanx, este sistema utiliza un cañón de 30 mm y un radar avanzado para detectar y destruir amenazas.
RAM (Rolling Airframe Missile):
Basado en misiles, este sistema de defensa de punto ofrece una capacidad de respuesta rápida y efectiva contra misiles y aeronaves de ataque.
SeaRAM:
Una evolución del RAM que combina la tecnología de misiles con sensores avanzados del Phalanx.
El impacto estratégico de una solución ASMD
La adquisición de un sistema ASMD no solo reforzaría la seguridad de los buques de la Armada, sino que también tendría implicaciones estratégicas para la defensa nacional. Proporcionaría a España una capacidad crítica que actualmente poseen muchas marinas aliadas, posicionando al país como un actor más competitivo en misiones internacionales.
Conclusión
La búsqueda de un sistema de defensa antimisil para la Armada refleja un desafío persistente en la modernización de las capacidades de defensa españolas. Si bien los esfuerzos de I+D nacionales han sido ambiciosos, las dificultades técnicas han llevado al Ministerio de Defensa a priorizar soluciones probadas y disponibles en el mercado.
Con la incorporación de un sistema ASMD avanzado, los buques de la Armada no solo mejorarían su capacidad de autodefensa, sino que también fortalecerían la posición de España en operaciones internacionales y en la protección de intereses estratégicos en todo el mundo.
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