Propuesta
Sánchez quiere que se invista presidente al más votado
El PSOE propone cambiar el artículo 99 e importar el modelo autonómico para que sea presidente quien más apoyos tenga de los candidatos
El PSOE celebrará a mediados del próximo mes de octubre su 40º Congreso Federal, un cónclave en el que redefinir el futuro del partido y rearmarse políticamente para encarar con garantías de éxito y liderazgo los procesos electorales que se producirán en 2023. A varios meses de la cita de Valencia, los socialistas han difundido hoy las líneas de la ponencia marco que dirigirá su estrategia.
Un documento extenso de más de 300 páginas en el que despliegan sus recetas para la economía, el empleo y la recuperación; el feminismo; la inclusión social y las políticas del bienestar; la ciencia y la sanidad; el papel de España en Europa y en el mundo; la transición ecológica justa y la biodiversidad; la educación, la cultura y el deporte; los nuevos derechos y libertades; la España autonómica y el reto demográfico; la España municipal y el mundo rural; la regeneración democrática y la memoria democrática y su visión del PSOE en el futuro.
Lea el documento completo aquíDentro de esta panoplia ideológica destaca que Pedro Sánchez quiere evitar que tras las elecciones de 2023 se vuelva a producir una situación de bloqueo como la que se vivió en 2016, cuando Mariano Rajoy estuvo 10 meses en funciones por falta de apoyos, y la de 2019 cuando él mismo se vio abocado a una repetición electoral por no contar con el respaldo suficiente para ser investido.
Bajo el epígrafe “Elección de la presidencia del Gobierno en situaciones de bloqueo”, el partido apuesta por “reformar el mecanismo de elección del presidente del Gobierno recogido en el artículo 99 de la Constitución” de manera que se evolucione a un sistema como el que está vigente en algunas comunidades como Asturias o el País Vasco, “permitiendo la presentación de varios candidatos/asal mismo tiempo y garantizando la investidura del que logre un mayor apoyo parlamentario, garantizando la gobernabilidad y despejando la amenaza de repetición electoral”.
En concreto, el artículo 99 de la Constitución en su punto 3 establece que si el Congreso de los Diputados, por el voto de la mayoría absoluta de sus miembros, otorgare su confianza al candidato, el rey le nombrará presidente. De no alcanzarse dicha mayoría, se someterá la misma propuesta a nueva votación cuarenta y ocho horas después de la anterior, y la confianza se entenderá otorgada si obtuviere la mayoría simple. Y en su punto 5 precisa que si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del presidente del Congreso.
“Nuestro país no puede estar a merced de las llamadas mayorías de bloqueo”, critica la Ponencia del PSOE para su 40º Congreso, en un momento de especial actualidad ante la posición que está exhibiendo el principal partido de la oposición para no renovar algunos de los organismos constitucionales. Los socialistas muestran su “preocupación” por “uno de los fenómenos políticos recientes: la cultura del bloqueo, que consiste en que los que no son capaces de sumar una mayoría parlamentaria propositiva adoptan la estrategia de impedir que las instituciones funcionen”. Sin embargo, si el PSOE quiere abordar una reforma de la Constitución necesitará irremediablemente al PP, ya que el artículo 167 de la Carta Magna establece que “los proyectos de reforma constitucional deberán ser aprobados por una mayoría de tres quintos de cada una de las Cámaras”.
En su día, el PP mostró su disposición a avanzar en una vía que permitiera facilitar los requisitos para la investidura, cuyas dificultades también sufrió en sus propias carnes Rajoy. Sin embargo, el clima de actual no parece el más propicio para abordar este debate si tenemos en cuenta que el debate se abre cuando el Tribunal de Cuentas se suma a otros organismos ya caducados, como el Constitucional o el CGPJ, y en el Gobierno reconocen que no ven en el PP la actitud para desbloquear su renovación en el corto plazo. Tampoco Sánchez parece dispuesto a levantar el teléfono y hablar directamente con Pablo Casado para promover que desencallen las negociaciones.