País Vasco

La familia de Joaquín Beltrán: «La fecha para iniciar el luto está cada día más cerca»

Derrumbe en Zaldibar: El hallazgo de «partes de un cuerpo» da esperanza a la familia de Joaquín, que rehusó reunirse con Urkullu

La Ertzaintza prosigue la búsqueda de los dos desaparecidos en el derrumbe hace seis meses del vertedero de Zaldíbar y en el que el pasado domingo se hallaron restos óseos humanos
La Ertzaintza prosigue la búsqueda de los dos desaparecidos en el derrumbe hace seis meses del vertedero de Zaldíbar y en el que el pasado domingo se hallaron restos óseos humanosMiguel ToñaAgencia EFE

La familia de Joaquín Beltrán «está reventada» tras 194 días de angustia, sin rastro del cuerpo del operario que trabajaba en el vertedero de Zaldibar y que por causas aún desconocidas se derrumbó el pasado 6 febrero sepultando a él y a Alberto Sololuze. «El hallazgo de los restos óseos y humanos supone que el inicio del luto está más cerca y eso colma de esperanza a Elena, su mujer», aseguran a LARAZÓN fuentes cercanas a la familia.

Los equipos de rescate que rastrean el vertedero de Zaldibar hallaron ayer nuevas «partes de un cuerpo» que podrían pertenecer a uno de los dos desaparecidos en el derrumbe de miles de toneladas de residuos, en una jornada de intenso trabajo de búsqueda «quirúrgica» y minuciosa. Con máquina ligera llevaron a cabo un exhaustivo cribado –a veces con las manos– y a media mañana de ayer encontraron más restos humanos que se sumaron a la tibia que ya habían encontrado el pasado domingo. «Todo apunta a que pertenecen a Alberto por la zona en la que han sido hallados, no obstante, por el momento no tenemos confirmación del Gobierno», aseguran estas mismas fuentes.

Aún así, la familia de Joaquín no pierde la ilusión de que el hallazgo de uno de los cuerpos lleve al del otro. Hay que recordar que la fatídica tarde que la escombrera se derrumbó, Joaquín, jefe de la subcontrata encargada de organizar los residuos en el interior del vertedero que gestionaba la compañía Verter Recycling 2002 S.L, notó que la tierra empezaba a temblar, avisó a dos compañeros –entre ellos, su hermano–y corrió ladera abajo para avisar a Alberto Sololuze, el otro trabajador sepultado. Han pasado seis meses desde entonces y, por fin, las cuestionadas labores de búsqueda han dado resultado.

Vertedero Zaldibar
Vertedero ZaldibarTeresa Gallardo

«El domingo por la tarde recibimos una llamada del gobierno vasco para reunirnos ayer por la mañana con el lendakari, Íñigo Urkullu, pero no fuimos porque no queremos que nos use para la foto», señalan fuentes de la familia Beltrán. Desde el inicio se mostraron indignados con la gestión de las labores de rescate y el uso mediático del lendakari de la desaparición de los dos operarios. Quienes si acudieron al encuentro fueron los familiares de Alberto Sololuze que asistieron a la actualización de la puesta al día sobre el avance de los trabajos de búsqueda y de los hallazgos en el vertedero por parte del lendakari, la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, el consejero de Medio Ambiente, Iñaki Arriola, y miembros de la Policía Científica de la Ertzaintza. Mientras tanto, Verter Recycling, la empresa encargada de la gestión del vertedero, aseguró ayer, tras la localización de restos óseos que continuarán colaborando para culminar las labores de rescate y de estabilización del terreno, así como para dar «una solución segura a los residuos derramados» y en las labores de investigación «para conocer las causas del derrumbe», que seis meses después continúan sin aclararse.

El Juzgado de Instrucción número 1 de Durango decretó el pasado 23 de julio la libertad provisional con medidas cautelares para los tres responsables de la empresa propietaria del vertedero, que se mantienen en situación de investigados y deben comparecer ante la autoridad judicial una vez al mes. Se trata del propietario de la escombrera Verter Recycling, José Ignacio Barinaga, la a administradora única, y sobrina de Barinaga, Arrate Bilbao, y el ingeniero director técnico del vertedero, Juan Etxebarria. El derrumbe provocó una de los mayores desastres medio ambientales, comparable al Prestige, que está siendo investigada en la Comisión Europea, a petición del Partido Popular.