Los wearables, dispositivos conectados como relojes o pulseras inteligentes, llevan ya unos cuantos años con nosotros. Sin embargo, todavía existen pocos complementos de moda meramente estéticos con funciones conectadas.

Es el caso de las joyas inteligentes, un mercado emergente todavía desconocido para la gran mayoría de usuarios, pero que cuenta con muchas posibilidades a largo plazo. Este sector fusiona la tecnología con la moda y promete revolucionar lo que entendemos por accesorios personales.

Una joya inteligente con sello español

Entre estos productos, destaca Rikki: un anillo inteligente desarrollado por dos emprendedoras españolas. “La dependencia del móvil ocupa demasiado espacio en nuestra mente y en nuestro día a día, y genera tanto ‘ruido mental’ que nos priva de poder disfrutar de nuestros pensamientos, de la gente que queremos y del entorno en que vivimos. La tecnología tiene que ser invisible y no intrusiva, pero estar disponible para servirnos”, explican sus creadoras Elena Yorda y Elena Fuenmayor, que juntas acumulan experiencia en la creación de numerosas startups.

La primera es Master of Science de Ingeniería y MBA (IESE) y ha estructurado fondos de inversión. La segunda es diseñadora e Ingeniera Informática, ha creado su propia plataforma de e-learning y es especialista en certificación electrónica y seguridad bancaria. Una combinación que se financia desde el inicio con fondos propios.

Así, esta fintech apuesta por lanzar un dispositivo que combina estilo y funcionalidad, gracias a su chip NFC que permite pagos móviles. Además, ofrece la posibilidad de que dos anillos se puedan vincular a una cuenta conjunta, lo que puede ser muy interesante para parejas.

El wearable está fabricado con cerámica hipoalergénica y resistente al agua, incorpora un chip NFC certificado por Visa y MasterCard, asegurando transacciones seguras y privadas, con un diseño inspirado en el minimalismo japonés.

Moda y medición inteligente

Rikki es uno de los últimos ejemplos de joyas inteligentes, pero no el único. Empresas como Bellabeat son pioneras en este mercado. Fundada en 2014 por Urška Sršen y Sandro Mur, logró una ronda de financiación inicial de 4,5 millones de dólares (4,18 millones de euros) para hacer realidad su proyecto.

Actualmente cuentan con varias líneas de producto, muy enfocado en el público femenino, para las que ofrecen pulseras, brazaletes y colgantes inteligentes. Dispositivos con los que es posible monitorizar la actividad física, el sueño y el estrés, promoviendo un estilo de vida saludable.

Los señores de los anillos

Pero si hablamos de anillos inteligentes como tal, tenemos que mencionar a Oura. Actualmente, esta marca es la más asentada dentro de este mercado, y la única que ha terminado haciéndose un hueco en el mercado de los wearables.

De hecho, Amazon lo intentó con Echo Loop, e incluso Apple cuenta con su propia patente para un dispositivo similar, pero lo cierto es que todavía no han llegado al gran público. Quién sabe si porque se adelantaron demasiado a un mercado todavía incipiente.

En resumen, todo parece indicar que la creciente demanda de soluciones tecnológicas que se integren en la vida diaria de los usuarios está impulsando el desarrollo de joyas inteligentes. Dispositivos que poco a poco van evolucionando hasta un futuro en el que, más pronto que tarde, se conviertan en un complemento más para los usuarios.