¿Un mundo sin personas?

Las palabras del epígrafe titulan el libro que vamos a comentar hoy en esta columna de Planeta Tierra, de interesantes contenidos, que a veces resultan inquietantes. En él, se abordan cuestiones por las que nos preguntamos todos los días, ante las noticias que van llegando de los medios acerca de esa ciencia tan relegada que es la demografía.

Precisamente un estudioso de ella, Thomas Hollingsworth, comentó en cierta ocasión aquello de “cómo unos conocimientos con tanto suspense, no nos llaman más la atención”. Y el mismo autor citado explicó: “Hay dos elementos en esas cuestiones que son la muerte y el sexo, que a veces pueden tratarse con no poca morbosidad”.

Sigo con una serie de preguntas que se hace el propio autor de “Un mundo sin personas” (Editorial Almuzara), Rafael Puyol Antolín –catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, de la que fue Rector entre 1995 y 2003—, que obviamente no voy a contestar aquí: “¿Perderemos población? ¿Alguna vez ha pensado cuántos habitantes habrá en la Tierra en 2050? ¿Está Europa amenazada por las inmigraciones musulmanas? ¿Morirá de viejo el pueblo chino? ¿Necesitan los millenials a los boomers?”.

Todo eso sucede en el escenario de la demografía global, desde la cual el libro de Puyol va a sorprender a muchos con situaciones concretas que no se esperaban, y previsiones casi increíbles. En ese sentido, a simple vista es un hecho sorprendente que China haya dejado de crecer en población absoluta, quedándose por debajo ya de los 1.425 millones que alcanzó el año de más alto número de habitantes. La India ha superado a la República Popular en población, pero pronto va a llegar su propio culmen. ¿Se quedará la Tierra sin habitantes? No, simplemente hay ciclos demográficos, pero seremos menos de lo que esperábamos.

Lean el libro de Puyol, es interesante, necesario incluso.

NOTA BENE: Este artículo fue escrito pensando en Moncho, el 12-M.