Ganó Trump (I)

No fuimos todos los que pensamos que podía ganar Trump, en gran parte por las omisiones lamentables su predecesor, el ya casi ex presidente Biden, como por abandonar a los afganos en manos de los talibanes. Después de unos gastos allí de decenas de miles de millones de dólares, en la idea de normalizar democráticamente un país célebre por su belicosidad y actualmente por sus derivaciones islamistas más que nocivas.

Y no sólo fue Afganistán. Con Biden se declaró la guerra de Ucrania, ya de años, y la de Gaza en su punto culminante, dependiendo del nuevo presidente y del Netanyahu de siempre. Y la del Líbano de Hizbulá e Israel, un poco más al norte, y con características de una violencia inusitada.

Son herencias de Biden, que ha sufrido Kamala Harris en su simpleza de los planteamientos derivados de su antecesor y colega en la Casa Blanca, ella como vicepresidenta, que fue prácticamente ignorada durante todo el mandato de cuatro años 2021/2024.

Podríamos seguir con las historias de Biden, incluso en la que la “mano invisible” moviendo la economía no fue mal hasta el último año. Pero todo se complicó con la inflación, la pérdida de capacidad adquisitiva, la carestía de seguros médicos, etc. Lo que más molesta a los ciudadanos a la hora de votar.

Por lo demás, Trump ha tenido cuatro años de preparación sistemática de su vuelta a la Casa Blanca, según dicen, con admiración por parte de los expertos electorales más exigentes, al lado de lo que algunos piensan que no ha sido más que un rosario de provocaciones y mal lenguaje político.

El presidente Trump, con una importante mayoría, y algo más del 51 por 100 del voto popular, entra en un segundo mandato no de continuidad, en el que parecen estar reservadas grandes sorpresas.

Seguiremos la próxima semana.