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Trump quiere el Nord Stream

La idea parece que es que la propiedad del gasoducto pase a manos de EE UU, de manera que el gas ruso se convierta también, de alguna manera, en gas americano

Tuberías del gasoducto Nord Stream Jens BuettnerAP

Parece que las conversaciones ruso-americanas van más allá de la guerra de Ucrania y de las tierras raras. Estados Unidos está a la cola del mundo en reservas de estos preciados minerales extraños, y pretende emerger como potencia para competir con China, que posee el 44% de las reservas mundiales. Tras China, está Brasil con el 21%, y después todos los demás, pero ya a una distancia abismal. USA apenas el posee el 1,9%, y de ahí el interés de Trump por los metales que alberga tanto Ucrania como la parte ocupada, y también Groenlandia. Las tierras raras son el nuevo petróleo. Sin ellas el mundo de la tecnología y la IA no funcionan. Pero Trump quiere además el gas ruso. Tanto Bild Zeitung como Financial Times han informado de que se está formulando un proyecto para reactivar el gasoducto Nord Stream 2 por un consorcio de inversores americanos, en una operación que podría otorgar a Estados Unidos un control sin precedentes sobre los suministros energéticos europeos. El Nord Stream 2 estaba llamado a duplicar la capacidad de transporte de gas ruso, transportando 55.000 millones de metros cúbicos desde Siberia Occidental a Europa. El atentado con explosivos de 2022 dañó uno de los dos tubos de gasoducto, e inutilizó igualmente el Nord Stream 1. La idea parece que es que la propiedad del gasoducto pase a manos de EE UU, de manera que el gas ruso se convierta también, de alguna manera, en gas americano. Washington y Moscú ganarían dinero y Europa volvería a tener energía barata, que aunque de origen ruso, sería vendida por Estados Unidos.