
Industria ferroviaria
Talgo abonará finalmente una paga extra a sus trabajadores ligada a compensaciones que negocia con Renfe
La multa de la operadora por el retraso en la entrega de los Avril llevó al fabricante a números rojos en 2024 y dejó sin paga por objetivos a su plantilla

La revuelta de los sindicatos contra Talgo por no abonar paga alguna ligada a los objetivos de 2024 ha surtido efecto. El fabricante ferroviario ha alcanzado un acuerdo con los representantes de los trabajadores para abonar una compensación económica extraordinaria a sus empleados ligada al resultado de las negociaciones que mantiene ahora mismo con Renfe para reclamarle una serie de compensaciones sobre las que no ha ofrecido más detalles, según han confirmado fuentes sindicales a LA RAZÓN. La cantidad a abonar podría ascender a un máximo de un 6% del salario bruto anual, según estas fuentes.
Los trabajadores se habían quedado sin la paga de objetivos de 2024 por la sanción de 116 millones impuesta por Renfe a Talgo por el retraso en la entrega de una treintena de trenes de alta velocidad Avril. En diciembre, la operadora comunicó al fabricante de material ferroviario la ejecución de la penalización, lo que llevó a Talgo a unas pérdidas anuales de 108 millones de euros al tener que provisionar la multa en sus cuentas. Una circunstancia que dejó a los empleados de Talgo sin paga por objetivos al estar ligada a que la empresa tenga resultado positivo.
Los sindicatos CSIF, CC OO y UGT se manifestaron semanas atrás en contra de esta decisión y emprendieron movilizaciones. Desde CSIF consideraban que el retraso en la entrega de los Avril y la consecuente multa «no debe acarrear consecuencias sobre las nóminas de la plantilla». Además, el sindicato no acepta esta multa millonaria en su totalidad, dado que, según asegura, «gran parte de los retrasos se debieron al impacto de la pandemia, el confinamiento y la crisis de proveedores (que causó el retraso en la llegada del material), así como la falta de vías para realizar las pruebas y de maquinistas». Además, CSIF afirma que hay que recordar que el Gobierno declaró a Talgo «empresa estratégica durante la pandemia por lo que no parece de recibo que se vean perjudicadas sus nóminas después de la labor y el esfuerzo realizado por la plantilla en este periodo».

Comisiones Obreras también ha defendido que la plantilla de Talgo «no es culpable, ni responsable de ninguna situación que derive en resultados económicos negativos».
Desde la propia Talgo, y una vez que Renfe hizo efectiva la sanción, también han manifestado que la multa es «improcedente». No obstante, la tensión entre las partes parece que se podría relajar dado que una vez materializada le venta de la mayoría accionarial del fabricante al consorcio vasco que encabeza el grupo siderúrgico Sidenor, como quería el Gobierno, Transportes ha abierto la mano a que la operadora pública que está en la órbita del ministerio negocie su aplicación de tal forma que impacte lo menos posible a Talgo. El secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, aseguró semanas atrás que Renfe estudia fórmulas para aplazar o fraccionar el pago de la multa.
Renfe no puede, en ningún caso, renunciar a la penalización dado que está recogida en el contrato que firmó con Talgo y la compañía pública está sometida al control de la Intervención General del Estado.
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