Los carburantes se han convertido en el principal enemigo a batir en la lucha contra la inflación. Esta partida fue uno de los principales impulsores de los precios en agosto y también en septiembre, elevando el IPC hasta el 3,5% por su imparable escalada desde hace 12 semanas consecutivas en las que ya acumula un encarecimiento de hasta el 17%.

Según los datos registrados por el Boletín Petrolero de la UE en la semana del 19 al 25 de septiembre, la gasolina se encareció un 0,45% respecto a la semana anterior, para situarse en los 1,759 euros por litro, su valor máximo en lo que va de 2023 y el más alto desde finales de julio de 2022 cuando se aplicaba el descuento de 20 céntimos por litro vigente hasta final de año. Este nivel de precio para la gasolina, después de acumular un encarecimiento del 10,5% desde principios de julio, le ha llevado a sumar un máximo anual tras otro en este mes de septiembre.

Por su parte, el precio medio del diésel también encadena 12 semanas consecutivas de subidas, con un encarecimiento del 1% en la última semana, para alcanzar los 1,685 euros el litro, un nivel que no marcaba desde finales de enero, y su encarecimiento desde principios de julio se sitúa en el 17%.

Con estos nuevos repuntes, el precio de ambos carburantes se consolida ampliamente por encima de los niveles en los que se situaba antes del estallido de la guerra de Ucrania por la invasión rusa, que comenzó el 24 de febrero de 2022 y que, en el caso del diésel, era de 1,479 euros por litro, y, para la gasolina, de 1,594 euros por litro. No obstante, ambos carburantes se mantienen lejos de los máximos que tocaron en torno a hace un año, cuando en julio la gasolina alcanzó los 2,141 euros y el gasóleo los 2,1 euros.

Igualmente, con esta, el diésel suma 32 semanas seguidas por debajo del precio de la gasolina. Se mantiene así en la situación habitual de antes de la invasión rusa de Ucrania, que provocó que el precio del gasoil fuese más caro que el de la gasolina de forma continuada desde agosto de 2022 y hasta mediados de febrero de este año, cuando se rompió esa dinámica.

Repostar cuesta hasta 15 euros más que el año pasado

Con estos precios, llenar un depósito medio de 55 litros de gasolina supuso unos 96,74 euros, 15,34 euros más que los 81,45 euros que costaba en el mismo periodo de 2022, incluyendo el descuento de 20 céntimos por litro que estaba vigente hace un año. Mientras, llenar un depósito de diésel ascendió a unos 92,67 euros, frente a los 89,21 euros que costaba a estas alturas del pasado año, es decir, 3,46 euros más caro.

Esta espiral alcista en el precio de los carburantes está empujada por el incremento de las cotizaciones del crudo y de las cotizaciones internacionales de los productos ya refinados, la gasolina y el diésel, de las que depende el coste en los surtidores y que llevan varias semanas al alza. En este contexto, este jueves el barril de Brent, de referencia en Europa, cotizaba a 94,6 dólares, mientras que el Texas americano se intercambia a unos 94 dólares.

Con estos niveles, el precio de la gasolina sin plomo de 95 se mantiene en España por debajo de la media de la Unión Europea, situada en 1,840 euros el litro, y de la eurozona, con un precio medio de 1,922 euros. En el caso del diésel, el precio en España también es inferior al de la media de la UE, que es de 1,795 euros, y de la zona euro, donde marca un precio de 1,855 euros.