
Opinión
El Banco de España aplaude a Milei
El organismo que dirige José Luis Escrivá celebra su reformas estructurales: liberalización de alquileres, flexibilización laboral y desregulación comercial

La relación entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el de Javier Milei dista mucho de ser un idilio. El Ejecutivo socialista español encarna, en buena medida, la antítesis ideológica de lo que el presidente argentino defiende con fervor libertario. Sin embargo, esta frialdad no ha impedido que José Luis Escrivá, exministro de Seguridad Social de Sánchez y hoy gobernador del Banco de España, haya terminado reconociendo los incuestionables éxitos económicos de la Argentina bajo Milei. Así lo refleja el reciente Informe de Economía Latinoamericana del Banco de España correspondiente al segundo semestre de 2024, un documento que no escatima en alabanzas hacia las reformas del líder argentino.
El informe destaca que, durante la segunda mitad de 2024, Argentina logró reducir drásticamente su inflación -de un desbocado 25% intermensual en diciembre de 2023 a un 2,2% en enero de 2025- mientras la actividad económica despegaba. Lejos de las críticas que atribuían la caída inflacionaria a un colapso del consumo, el Banco de España constata que este se recuperó junto con la inversión, desmontando narrativas interesadas. El plan de ajuste de Milei, con recortes al gasto público y una fuerte devaluación inicial del peso, ha anclado las expectativas inflacionarias en torno al 2% mensual, respaldado por un equilibrio fiscal alcanzado en 2024. Esta credibilidad fiscal, ausente en gobiernos previos, es la clave del éxito.
No todo son loas. El informe advierte sobre retos pendientes: simplificar un sistema tributario caótico -Milei promete eliminar el 90% de los impuestos y- racionalizar el gasto en salarios públicos y pensiones. ¿Son sostenibles las transferencias actuales? Si no lo fueran, un aumento futuro podría tensionar el equilibrio fiscal, aunque el margen existe si se gestiona con rigor.
Más allá, el Banco de España celebra las reformas estructurales de Milei: liberalización de alquileres, flexibilización laboral y desregulación comercial. Todo ello ha ido de la mano de una reducción de la brecha cambiaria, de la acumulación de reservas por parte del Banco Central de la República Argentina y de aumentos de los índices bursátiles. Aunque, también aquí, persisten riesgos como un tipo de cambio real apreciado que podría minar la competitividad si no se aborda con inteligencia.
Que una institución presidida por un exministro de Sánchez admita estos avances es revelador. Milei ha logrado en un año lo que parecía imposible: domar la inflación y reactivar la economía sin sacrificar el consumo. Los retos están claros, pero los resultados son innegables. Ni siquiera el dedo de Sánchez puede tapar este sol.
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