Natación
La natación artística española confirma su resurgir con un bronce en los Juegos de París
El proyecto a largo plazo que empezó en 2017 ya había florecido en los últimos grandes campeonatos, y en los Juegos, el lugar más exigente y complicado, no se han bajado del podio en equipos
España bordó su ejercicio en la rutina acrobática de natación artística y se colgó una meritoria medalla de bronce en los Juegos de París labrada en años de trabajo. “La Federación lo planteó muy bien después de los Juegos de Río 2016, en los que no pudo entrar el equipo. Se hizo un proyecto a largo plazo. Empezamos en 2017 pensando en ocho años en adelante. Daba tiempo a ver quién iba a nadar, quién iba a hacer el dúo... Estos siete años han sido un proceso. Y hace dos años hubo un cambio de reglamento y hemos tenido que ajustar todo muy rápido. Las chicas son tan de menta abierta que han aceptado todo el cambio que queríamos hacer”, reflexiona Mayu, la seleccionadora española. En las últimas grandes competiciones ya asomaba en cabeza y este tercer puesto lo confirma.
Doce años después
Doce años han pasado desde el último metal olímpico en este deporte, donde España tuvo una época en la que era una habitual y además siempre encontraba relevo. En Pekín 2008 Andrea Fuentes y Gemma Mengual lograron la plata en dúo, y después, junto con Alba María Cabello, Raquel Corral, Thaïs Henríquez, Laura López, Irina Rodríguez, Paola Tirados y Gisela Morón repitieron puesto en el equipo. En Londres 2012 fue otra vez Andrea, con Ona Carbonell en esta ocasión, quienes lograron la tercera plata. El equipo bajaron un puesto hasta el bronce.
España, en lo más alto
Parte de ese grupo sigue siendo protagonista en la natación artística actual, ya que la seleccionadora era Anna Tarrés, que dejó su puesto en 2012 con polémica por sus métodos, y ahora es quien dirige a la campeona olímpica, China, que no tuvo rival en París. Andrea Fuentes, por su parte, dirige a Estados Unidos, que se colgó la plata. Y Ona Carbonell fue la maestra de ceremonias de la final. Antes de cada evento en estos Juegos, sale un personaje, que suele ser famoso, con un bastón y da tres golpes, una forma de centrar la atención del público antes de que empiece el espectáculo. Fue Ona.
Gran rutina
España participó en quinto lugar en esta rutina nueva. Se trata de hacer siete acrobacias en las que los fallos se castigan, por el nuevo reglamento, que obliga a las seleccionadoras a explicar antes de competir qué van a hacer, y a ese plan se tienen que ceñir. Hace falta mucho entrenamiento para ganar potencia. Eran las 19:55 horas. Comienza a sonar Carmina Burana. Ánimos de las seleccionadoras con cada acrobacia, primera, segunda, con Eminen ya atronando, la mezcla ideada por Mayu. De hecho, un vídeo del rapero lo vieron antes de viajar a París, el de la Superbowl de 2023, para ver cómo todo el mundo estaba pendiente, igual que de ellas en la piscina del Centro Acuático. El cuatro elemento es con las piernas hacia arriba. Gritan las nadadoras españolas y se las escucha incluso por encima de la música. Mayu levanta los dos brazos, le gusta lo que ha visto. La quinta, la sexta...Vuelve Carmina Burana para el final, pero del agua no sale Excalibur, la legendaria espada, como en la película de John Boorman, lo hace una sirena para el vuelvo final. Han pasado tres minutos. Se acabó. Las respiraciones agitadas y la sonrisa en la cara. Hay sintonía de las entrenadoras con las chicas. Se abrazan todas, se unen en una piña y saltan antes de esperar la nota. Es de 267.1200, lo que las coloca primeras en la suma de todas las rutinas: la técnica, la libre y la acrobática.
Pero la espera y los nervios todavía no han acabado. Hay que ver qué hacen las rivales. Después sale Canadá, que no cuenta para el podio, y a continuación, Japón, que con 252.7533 en el día se queda lejos de España. El bronce ya está asegurado. Estados Unidos se salió y se quedó con la plata y China confirmó un oro que prácticamente era suyo antes de empezar.
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