Juegos Paralímpicos
Ludwig Guttmann, el médico que huyó de los nazis y convirtió a lisiados de guerra en atletas
Su padre murió en un campo de concentración y su hermana en una cámara de gas. Él pudo escapar y poner en marcha el sueño olímpico.
El próximo martes 24 de agosto y, hasta el domingo 5 de septiembre, se celebrarán los Juegos Paralímpicos de Tokio. Incluirá 22 deportes y 539 eventos que se disputarán en variadas sedes. Serán un total de 133 países los que buscarán un lugar en el podio y dentro de las delegaciones con más atletas destacan: Alemania (134), Comité Olímpico Ruso (181), Australia (171), China (230), Estados Unidos (174), España (139), Japón (175) y Reino Unido con 139.
Pero nada de esto sería posible sin la increíble labor del doctor Ludwig Guttmann. Este neurólogo judío cambió el tratamiento de las discapacidades usando el deporte como herramienta, inspirando la creación de las Olimpíadas Paralímpicas.
Huida del horror nazi
Corría el año 1939 cuando el doctor alemán Ludwig Guttmann, de origen judío, pudo huir de la Alemania nazi de Adolf Hitler y llegar a Reino Unido. Su padre había muerto en un campo de concentración y su hermana en una cámara de gas.
Cuando el régimen de Hitler le otorgó un visado para viajar a Portugal para tratar a un amigo del dictador António de Oliveira Salazar, no lo dudó dos veces. En lugar de regresar a Alemania, viajó al Reino Unido, donde le ayudaron a rehacer su vida. Sin la ayuda de una organización de asistencia para los refugiados, él y su familia habrían muerto; y sin ellos, miles de veteranos de guerra no hubieran podido vivir una vida libre, digna y activa.
Sin ninguna otra posesión que el aval de sus trabajos como neurocirujano en uno de los principales hospitales de Alemania, Guttmann recibió una visa como refugiado y una beca para asentarse junto a su esposa y dos hijos en Oxford, donde continuó con sus investigaciones sobre lesiones en la columna vertebral.
El mejor neurocirujano de Alemania
Ludwig Guttmann nació un 3 de julio de 1899 en Tost (hoy Toszek, en Polonia). Siendo el mayor de todos sus hermanos, a los 3 años la familia decidió mudarse del pequeño poblado a la ciudad minera de Königshütte (Chorzów en la actualidad). A los 18 años, en Königshütte, Guttman dio sus primeros pasos en la medicina al trabajar en el hospital de la ciudad minera. A su vez, también fue la primera vez que se topó con pacientes con problemas medulares.
Los años pasaron y, para 1933, Ludwig Guttmann era considerado el mejor neurocirujano de toda Alemania. Sin embargo, la llegada del nazismo prohibió el libre ejercicio de muchas profesiones. Entre ellas, la medicina.
Guttmann pasó a ser director de los departamentos de neurología y neurocirugía del Hospital Judío de Breslau. Debido a su juramento hipocrático, Ludwig Guttmann atendía en su hospital a cualquier persona enferma o que necesitase ayuda. Debido a esto, en 1938, la Gestapo se presentó en su institución y le ordenó que dejase de atender a personas no judías en su hospital.
Después de la “Noche de los Cristales Rotos”, Guttmann ordenó a sus enfermeras y médicos que atendiesen a todas las personas sin preguntar. Esta decisión trajo consigo una nueva visita de la Gestapo que, de 64 personas que ingresaron en los días previos a la inspección, se llevaran 4 a campos de concentración. Este evento marcó al neurólogo quien, después de rechazar distintas ofertas para migrar de la Alemania Nazi a otros países, decidió armar las maletas y partir a Inglaterra con su familia en 1939.
Un revolucionario que cambió la discapacidad
Guttmann revolucionó las percepciones que existían en ese momento sobre la discapacidad. Antes de los Juegos Stoke Mandeville, la idea de usar un deporte en la rehabilitación de los pacientes no era bien recibida. La expectativa de vida de aquellos con lesiones en la columna vertebral era muy baja, había menos esperanza para los discapacitados y en el caso de los soldados lesionados, no había demasiadas perspectivas optimistas sobre su futuro.
El objetivo de los Juegos de Stoke Mandeville iban más allá de la distracción y entretenimiento de los veteranos de guerra, pretendían ayudarles a aceptar su tragedia y sus lesiones. Guttmann quería demostrar a sus pacientes que, incluso con la salud tan deteriorada, podían participar en eventos deportivos. El doctor demostró que el ejercicio podía jugar una parte esencial en la rehabilitación física y psicológica de sus pacientes.
El 29 de julio de 1948, Guttmann organizó la primera actividad deportiva más allá de los residentes en su hospital, al invitar a un equipo de pacientes de un hospital de Richmond, en Londres, a competir en tiro con arco y lanzamiento de jabalina:Fueron los primeros Juegos de Stoke Mandeville. Compitieron dieciséis pacientes, entre ellos dos mujeres. Coincidieron con la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres de 1948.
La segunda edición de los Juegos de Stoke Mandeville tuvo lugar exactamente un año después. La competición se amplió a 37 deportistas de seis hospitales. Fue en esta edición cuando Guttmann hizo pública su intención de avanzar hacia un movimiento equivalente al olímpico, pero dedicado a los deportistas con discapacidad.
Un sueño imparable
En 1951 los juegos comprendían ya cuatro deportes (arco, netball, jabalina y billar), y 126 participantes de once hospitales de todo el Reino Unido. En 1952, los veteranos holandeses participaron junto a sus homónimos británicos y con el paso de los años, el evento se expandió más y se convirtió en los Juegos Mundiales en Silla de Ruedas. El sueño de Guttmann ya era imparable.
En 1960 los entonces denominados ‘’International Stoke Mandeville Games” se celebraron junto con los Juegos Olímpicos de Roma de forma oficial, por lo que se les considera los primeros Juegos Paralímpicos.
Nacieron en un mundo de Guerra, pero ni las bombas ni el nazismo pudieron frenar el espíritu olímpico.
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