Atlético de Madrid
Griezmann enciende la luz del Atlético en Granada
Un gol de cabeza del delantero francés Antoine Griezmann decidió el triunfo por 0-1 del Atlético de Madrid en Granada en el minuto 83
Las victorias hay que trabajarlas, hay que sudarlas y sufrirlas. Ése es el modo de vivir del Atlético de Simeone. Sabía que el Sevilla había empatado contra el Leganés y que el partido contra el Granada podía ser un paso adelante a la espera del choque contra los de Sampaoli de la próxima jornada. Le costó, estuvo a punto de tropezar en la primera mitad, superado por el fútbol local, pero tomó aire tras el descanso y cerca del final, Koke dibujó un pase a la espalda de la defensa del Granada y Griezmann, que se había escondido en el segundo palo, apareció de la nada para da la victoria a los suyos.
No es el más brillante el Atlético ni tiene ninguna gana de serlo, pero le va más o menos bien. El Granada le hizo sufrir en la primera mitad, en un partido competido, de mucho centro del campo y choques entre rivales, pero también entre jugadores del mismo equipo. Demasiado poco espacio para tantos hombres juntos. El equipo de Lucas Alcaraz juega con la defensa muy adelantada y el Atlético no supo superar la presión. Lo único que intentó fue mandar balones en profundidad a la carrera de Carrasco, pero sin ningún peligro. Wakaso ganaba a Thomas la lucha de guerreros en el centro del campo y por la izquierda Héctor y Pereira eran los que daban claridad a un partido con mucho sudor.
El Granada, que había ganado sus últimos tres partidos en casa superó el breve comienzo del Atlético y se hizo con el partido. Tuvo más la pelota y quiso llegar más al área rival, pero a sus delanteros les falta un salto de calidad para hacer daño. Al Ramos daba la impresión de que le faltaba fuerza y Boga acabó asfixiado y confundido. Tiró mucho desde lejos el Granada y merodeó la portería de Oblak, mientras que el Atlético no sabía cómo hacer para jugar a algo. Prefería el barullo al balón, con Saúl peleón y Koke sin entrar aún en el foco del encuentro.
Lo hizo después, en la segunda mitad, cuando Simeone había quitado a Thomas para jugar con Gaitán. Debió ser un impulso del que se arrepintió rápido, porque luego dio paso a Giménez, para que jugara de mediocentro defensivo. El Atlético fue otro en la segunda parte: más ambicioso y con más claridad para ver los espacios detrás de la defensa. Correa pidió la pelota al pie y Koke empezó a entrar en juego. El Granada siguió apretando, pero ahora ya empezaba a recibir golpes. Perdió fuelle el conjunto local y los de Simeone olieron la sangre. El partido estaba donde querían: empate a cero y el rival desgastado. Koke vio a Griezmann y éste puso el final feliz para un día más que duro para los rojiblancos.
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