Supercopa femenina

Eugenia Gil Soriano, la mujer que combina el arbitraje con el atletismo

La árbitra gallega dirige la primera semifinal de la Supercopa entre el Barcelona y el Atlético de Madrid

Eugenia Gil Soriano, árbitra
Eugenia Gil Soriano, árbitraRfef

Eugenia Gil Soriano (Mérida, 1996) es la árbitra que dirige la primera semifinal de la Supercopa femenina entre el Barcelona y el Atlético de Madrid, pero su vinculación con el deporte va mucho más allá del fútbol. «Ahora estoy aquí, pero yo fui antes atleta, gracias a mi actual entrenador y profesor de educación física en el colegio. Vio cualidades en mí y la verdad es que a mí me gustaba mucho correr. Era una persona que no paraba, era muy inquieta», explica en un vídeo difundido por la Federación Española de Fútbol (RFEF). Aunque a medida que cumplía años combinar los dos deportes se hacía más complicado. «El atletismo de alto nivel ya es muy complejo, te expones a lesiones, pero sí que es verdad que seguir entrenando con mi equipo me hace ir a los entrenamientos, no pensar todo el rato en fútbol, puedo hablar de otros temas. Además tengo un grupo de entrenamientos superbueno, mi entrenador de toda la vida, mis compañeros de toda la vida, para mí es un momento de liberación. Cuando la gente me dice ¿vas a dejar el atletismo? no me veo preparada para ello, necesito verme competitiva, necesito estar en ese ambiente y creo que ambas disciplinas se combinan muy muy bien», añade.

Como le sucedió a Salma Paralluelo, que durante años combinó el fútbol y el atletismo, acabó eligiendo el fútbol, aunque a diferencia de Salma, nunca ha abandonado el atletismo, donde compite en pruebas de 400 metros. Gracias al atletismo pudo viajar hace años a Estados Unidos para continuar su formación académica. «Me fui por una beca de atletismo, porque había conseguido ya durante muchos años bastantes éxitos a nivel nacional en España y me propusieron ir a finalizar mi carrera. Estaba en segundo año de carrera y me propusieron hacer dos años más el máster. En el arbitraje yo estaba en Preferente, fue difícil tomar la decisión, pero creo que fue la mejor decisión en el momento. Yo era muy pequeña, tenía 21 años, llevaba cinco años ya en el arbitraje o cuatro y necesitaba disfrutar del momento porque sabía que quizás después no se me iba a presentar la oportunidad», cuenta Eugenia.

Aunque fue el atletismo el que la llevó a Estados Unidos, en su aventura americana no se olvidó del arbitraje. «Allí busqué también la oportunidad de arbitrar, porque a mí el arbitraje me encanta y la gente a veces se sorprende y te dice ¿arbitraje? Y yo, sí. En el momento en que te metes te engancha, es otro deporte, otros compañeros, otra forma de vivir. A mí me ha inculcado muchos valores, para mí es imprescindible, tampoco me vería capacitada para dejar el arbitraje, entonces ahí busqué la opción de compaginarlo arbitrando partidos de la liga universitaria», dice.

Ahora todos los partidos de las competiciones profesionales del fútbol femenino los arbitran mujeres, pero no hace tanto era una rareza. «Cuando yo empecé era muy raro ver a una mujer, éramos muy pocas y ver el crecimiento que hay en cada ciudad ahora mismo, que hay un montón de árbitras, y muy jóvenes, además, me sorprende mucho, y de futbolistas, yo creo que ha habido un crecimiento global en el fútbol de la figura de la mujer. Y nosotras hemos dado un paso agigantado, la profesionalización creo que es evidente, poder decir que vives de lo que te gusta, del deporte, del fútbol, en este caso de arbitrar, yo ni en mis mejores sueños. He soñado siempre, con 14, con 15 años, con poder estar donde estoy hoy», confiesa. Y anima a que más jóvenes se acerquen al arbitraje. «Creo que es una buena oportunidad para la gente que le guste el fútbol que pruebe el arbitraje porque es una manera diferente de verlo, es un hobby y el día de mañana quién sabe, puede ser tu trabajo», afirma.

Pero Eugenia Gil Soriano no se olvida de sus comienzos. «Fue por casualidad, porque mis hermanos decidieron ser árbitros un año antes que yo, vi el proceso de todo el año que llevaban arbitrando y sobre todo mi madre me animó a meterme, porque dijo si tus hermanos están, se lo pasan tan bien, conocen a tanta gente y hacen deporte, ¿por qué tú no? Fue gracias a ellos tres», recuerda. Ahora dirige al Barcelona y al Atlético de Madrid.