Real Madrid
El acelerón de Cristiano
El madridismo disfruta con los goles a la «carrera» de su ídolo, en el que confía para superar al United
El público del Santiago Bernabéu contenía la respiración cuando Butragueño bajaba los brazos y se paraba dentro del área. En el estadio se hacía el silencio mientras «El Buitre» pensaba con toda la paciencia del mundo cómo iba a driblar a los defensas. Tampoco se movía nadie en Chamartín en el momento en el que Santillana se quedaba suspendido en el aire antes de rematar un buen centro desde la banda. Lo mismo sucedía en los instantes previos a una «roulette» de Zidane o a un lanzamiento de falta directa de Roberto Carlos. Ahora, el coliseo blanco aprieta los puños y se dispone a levantarse cuando Cristiano arranca desde su propia área en busca de un contragolpe mortal hasta la contraria.
«CR7» ha versionado la famosa «manada», con la que Jorge Valdano bautizó las poderosas arrancadas del otro Ronaldo, Nazario, cuando uno era el delantero centro titular y el argentino era el mánager general del club. Vista desde el fondo norte, la carrera de Cristiano el sábado en el segundo gol al Sevilla es eso, una «manada» de dos o tres futbolistas que se vienen encima del portero enemigo como un relámpago. Es el escenario en el que más cómodo se encuentra este Real Madrid: recuperación de balón y mucho espacio libre para correr. Casi 90 metros recorrió el sábado el futbolista portugués en un contragolpe que él comenzó y se encargó de finalizar después de asociarse con Higuaín. Un fogonazo que se ha convertido en marca registrada de Cristiano y que se basa en la ejecución más precisa posible a una velocidad altísima.
Un esfuerzo de poco más de diez segundos, a unos 36 kilómetros por hora, imposible para la mayoría de rivales. No hacen falta largas posesiones, ni rondos interminables. Sólo la potencia de Cristiano y la ayuda de Higuaín, Özil o Benzema, que nada más recuperar la pelota ya saben que pueden levantar la cabeza y ver un misil camino de la portería. Lo hizo frente al Sevilla, también ante el Celta en la vuelta de cuartos de final de la Copa del Rey, y también en Liga en el derbi madrileño, aunque en aquella ocasión el balón se estrelló en el palo.
Ahora, el madridismo espera que su ídolo repita el miércoles ante el Manchester United, en el partido más importante de la temporada hasta el momento. El luso ha aprendido a tirar del carro, y la hinchada lo considera su gran esperanza para ser feliz este año. También en el vestuario blanco sus compañeros son conscientes de que cualquier plan de futuro tiene que incluirle para tener posibilidades de éxito. «Tenemos la gran suerte de tenerle a nuestro lado», decía Sergio Ramos nada más terminar el encuentro ante el Sevilla. «Es increíble, hace que marcar dos o tres goles por partido parezca algo cotidiano y no es normal. Debemos seguir disfrutando de él. No recuerdo nada parecido, sus cifras no se han visto nunca antes en el club», añadía Emilio Butragueño, para confirmar que todas las plantas del Bernabéu están de acuerdo en el nombre del líder al que tienen que seguir.
Cristiano es el gol y el espíritu de un equipo que cree en él más que en nadie para que su temporada no acabe en marzo.
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