Datos demoledores
Las cifras de la vergüenza del Mundial de Qatar: de los 6.500 muertos a las 3,6 toneladas de CO2
Falta poco más de una semana para que dé comienzo el torneo más polémico y cuestionado de la historia del fútbol
Queda poco más de una semana para que comience el Mundial de Catar, cuyo partido inaugural se disputará el 20 de noviembre de 2022 en el estadio Al Bayt, y los escenarios en los que rodará el balón ya están listos y los partidos asignados en el calendario. Un reparto que convierte a Lusail en el estadio que que todos los futbolistas querrán pisar cuando el 18 de diciembre albergue la final.
Si embargo, a pesar de la imponentes infraestructuras, la cita futbolística más importante del mundo deja tras de si más sombras que luces. De ahí que siete ciudades francesas -incluida París- o Barcelona, en España, hayan vetado la retransmisión en pantallas gigantes de los partidos del Mundial en señal de protesta.
Unas obras faraónicas
Las obras han sido realmente faraónicas y siete de los ocho estadios tendrán un sistema de refrigeración que llevará la temperatura a 22 grados, más allá de lo que ocurra fuera y es que, aunque Noviembre y diciembre son los meses de menos calor en Qatar, la temperatura puede superar los 30 grados.
El comité organizador se esfuerza en vender la imagen del campeonato destacando que la ejecución de sus infraestructuras y sobre su sostenibilidad. De ahí que hayan convertido en un símbolo al estadio “Ras Abu Aboud”, que será completamente desmantelado tras el torneo y cuyas partes se utilizarán para crear instalaciones deportivas en Qatar y en el extranjero. Pero Catar 2022 sigue bajo la lupa de la comunidad internacional que ha denunciado en diferentes ocasiones violaciones de los derechos humanos. Sin embargo, ni este tipo de denuncias ni las normas que atacan a derechos fundamentales como la libertad sexual, han frenado un evento que ya tiene listos sus impresionantes estadios.
Estas son las cifras de la vergüenza del Mundial de Qatar:
1. 6.500 muertos
El diario inglés The Guardian denunció el pasado año que alrededor 6.500 trabajadores provenientes de India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka habrían muerto en Qatar desde que el país consiguió la organización del Mundial, hace más de diez años. Más muertos que los atentados del 11-S (2.996 fallecidos). La Fundación para la Democracia Internacional también ratificaba en un demoledor informe su denuncia sobre esclavitud en la construcción de los estadios para el Mundial de Qatar. En la última actualización de su informe “Detrás de la pasión”, subrayaban que la cifra de trabajadores muertos superaba ya los 6.500, una media de 12 vidas por semana desde el 2010 y exigían la intervención del presidente de la FIFA, Gianni Infantino. La ONG (Human Right Watch) ha exigido a los patrocinadores del Mundial de fútbol de 2022 y a los socios corporativos de la FIFA que presionen a la asociación mundial de fútbol y al Gobierno de Qatar para que compensen a las familias de los migrantes muertos o heridos durante la preparación del evento deportivo.
2.Un aberración ecológica
Según un informe encargado por la FIFA, el evento debería generar 3,6 millones de toneladas equivalentes de CO2, contra los 2,1 millones durante la última edición en Rusia en 2018. La gran mayoría (95%) procede de emisiones indirectas, ligadas principalmente al transporte, a la construcción de las infraestructuras y al alojamiento.
Pero esa estimación de las emisiones es incompleta, según Carbon Market Watch, que estima que la huella de carbono de la construcción de los estadios podría ser ocho veces superior: habría que contabilizar 1,6 millones de toneladas de CO2 y no 0,2.
Una enorme diferencia que refleja una elección metodológica: Catar valora que los estadios serán utilizados después de la Copa del Mundo, y por tanto que su impacto sobre el medio ambiente no es atribuible al evento, mientras que Carbon Market Watch opina lo contrario. La utilización total de los estadios después de 2022 en un país de 2,4 millones de habitantes es cuestionable, valora la ONG.
3. Elevadas comisiones de contratación
Muchos migrantes buscan trabajo en Catar para huir de la pobreza y el paro en países como Nepal, Bangladesh e India. Pero, para conseguir empleo deben pagar elevadas comisiones. Los trabajadores con los que hablamos habían tenido que pagar sumas que iban desde 500 a 4.300 dólares estadounidenses (4.290 euro) a contratistas sin escrúpulos en sus países de origen. Muchos están endeudados, por lo que temen dejar su empleo cuando llegan a Catar.
4. La vergüenza de los salarios
Los agentes de contratación, además, hacen falsas promesas respecto al salario que recibirán los trabajadores, y sobre la clase de empleo ofertado. Los 300 dólares (299 euros) al mes que a un hombre de Nepal le habían prometido que iba a cobrar resultaron ser sólo 190 (189 euros) una vez que empezó a trabajar en Catar, según denuncia Amnistía internacional. Cuando los trabajadores explican a la empresa que les habían prometido un salario superior, ésta se limita a hacer oídos sordos. Así lo recuerda Mushfiqur, jardinero de la Aspire Zone: “El gerente sólo dijo: ‘Me da igual lo que te hayan dicho en Bangladesh. Cobrarás este sueldo y nada más. Si sigues protestando les diré que cancelen tu visado y te manden de vuelta a casa’”. A veces no se pagan los sueldos durante varios meses. Esto puede tener consecuencias desastrosas, ya que los trabajadores no pueden pagarse la comida, enviar dinero a sus familias ni hacer pagos sobre préstamos asociados a la contratación. Una situación que a muchos los lleva al borde de la desesperación.
5. Trabajos forzosos: 60 horas a la semana sin descanso durante meses
Los organizadores de la Copa Mundial ha llegado admitir que los trabajadores fueron explotados mientras estaban contratados para estas obras. El reconocimiento de las fallas se produjo tras una investigación de Amnistía Internacional que mostró que guardias de seguridad fueron obligados a condiciones de “trabajo forzado” al exceder el máximo de 60 horas semanales y no tener un día libre durante meses o incluso años.
Otro demoledor informe de la Fundación para la Democracia Internacional reflejaba que los trabajadores estaban obligados a trabajar entre 16 y 18 horas diarias, 7 días a la semana, realizando tareas al aire libre y soportando temperaturas que alcanzan los 50 grados.
“Como si esto fuera poco, las viviendas que les proporcionan son espacios reducidos en los que viven hacinados, sin contar con las mínimas condiciones higiénicas” asegura el presidente de la Federación de Museos de Derechos Humanos, Guillermo Whpei. Trabajar en altas temperaturas exige al sistema cardiovascular un esfuerzo extra, esto sumado al estrés por calor produce ataques cardíacos fatales y otros problemas cardiovasculares que ha provocado la muerte de muchos de estos trabajadores.
6. Millonarios y polémicos pagos a parlamentarios británicos
Un nuevo informe sacaba hace apenas una semana a luz los sobornos de Catar para limpiar su imagen. Catar ha gastado más en regalos y viajes para los parlamentarios británicos que cualquier otro país. Fue The Observer quien llevó a cabo un análisis de los esfuerzos de cabildeo de Qatar antes de la Copa del Mundo, que comienza el 20 de noviembre. Según la documentación a la que han tenido acceso, El gobierno de Qatar ha entregado obsequios a miembros del parlamento británico por más de 300.000 euros en los últimos doce meses. Estas sumas también incluyen estancias en hoteles de lujo, vuelos en clase business y entradas para carreras de camellos.
Una cantidad muy superior a la gastada con cualquier otro país y a la que fue declarada en los últimos cinco años antes de octubre de 2021 (117.000 euros).
Las autoridades han intensificado sus esfuerzos para tratar de cautivar a los parlamentarios británicos. Los registros muestran que 34 diputados declararon 40 donaciones de Qatar en los últimos doce meses. Entre ellos, 22 diputados eran conservadores, siete laboristas, tres del Partido Nacional Escocés y dos independentistas. La cantidad gastada por Qatar es seis veces superior a la ofrecida por Emiratos Árabes Unidos, el segundo mayor donante (37.661 libras, o 44.000 euros). Transparency International dijo que era “extremadamente preocupante” que los parlamentarios aceptaran “miles de libras en hospitalidad de gobiernos extranjeros con antecedentes cuestionables en materia de derechos humanos” y que esto podría ser un caso claro de “tráfico de influencias”.
The Guardian agrega que varios parlamentarios hablaron positivamente sobre Catar durante los debates parlamentarios. Alun Cairns, miembro del Partido Conservador, es en particular el presidente de un pequeño grupo parlamentario no oficial, cuyo objetivo es fomentar - bajo pago por lo que evidencia este informe- las relaciones entre Catar y el Reino Unido.
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