Fútbol
Los argumentos de la FIFA para dejar a Rusia fuera del Mundial de Qatar por la guerra
El máximo organismo del fútbol tiene recursos legales suficientes para castigar a la selección rusa tras la invasión de Ucrania, en opinión de Toni Roca, director del Sports Law Institute
La FIFA dispone de los recursos legales necesarios amparados en sus estatutos para, si lo considera oportuno, castigar con dureza a Rusia e incluso excluir a su Federación del Mundial de Qatar (en teoría jugará la repesca contra Polonia el próximo mes de marzo, aunque su rival ya anunciado que no disputará esta eliminatoria en señal de protesta) como represalia por la invasión de Ucrania iniciada recientemente por el ejército ruso. “Aunque las reglas de FIFA no citan explícitamente una guerra como motivo de sanción contra una de sus federaciones, sí que se recogen disposiciones en las que cabría interpretar que entraría el estallido de una guerra”, empieza a explicar Toni Roca, director del Sports Law Institute.
Esas excepciones de las que habla Toni Roca se recogen, por ejemplo, en el artículo 4 de los Estatutos FIFA, en el que el organismo afirma que “está prohibida la discriminación de cualquier país, individuo, o grupo de personas por cuestiones de raza, color de piel (...), y será sancionable con suspensión o expulsión”, reza el texto que, en su artículo 4.2 insiste en que “FIFA se declara neutral en materia de política y religión”, aunque “se contemplan excepciones en los casos en los que afecten a objetivos estatutarios de la FIFA”.
“Haciendo una interpretación amplia del precepto, una guerra se podría interpretar como un atentado contra los objetivos estatutarios de FIFA”, insiste Toni Roca. El director del Sports Law Institute también ve argumentos jurídicos en los artículos 16 y 17 para que, eventualmente, FIFA pudiera castigar con dureza a la Federación Rusa por su ataque a Ucrania.
“El reglamento habla de que el Congreso podrá suspender temporalmente e incluso expulsar a una federación si viola gravemente los Estatutos, reglamentos o decisiones de la FIFA o incumple con sus obligaciones. Teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente en el artículo 4, hay margen de interpretación para justificar una sanción de calado como dejar a Rusia sin Mundial”, añade Roca.
El antecedente de Yugoslavia y la ONU
El ejemplo más reciente y casi único de un conflicto similar con sanciones aplicadas contra la federación de fútbol de un país se vivió con Yugoslavia en 1992, cuando fue excluida de jugar la Euro que ese año se disputó en Suecia por la Guerra de los Balcanes. Dinamarca, su sustituta a pocos días de comenzar el torneo, fue finalmente la campeona.
“Aquel caso presenta muchos matices con respecto al actual”, añade Toni Roca y tuvo en la participación de la ONU un factor diferencial para dejar a Yugoslavia (ya entonces sólo formada por Serbia y Montenegro) sin presencia en la Euro. FIFA, liderada entonces por Blatter, no estaba muy por la labor de castigar a Yugoslavia. El propio Blatter declaró antes del castigo que “no se debía mezclar fútbol con política por ser cuestiones totalmente diferentes”.
Finalmente, FIFA no tuvo más remedio que aplicar el veto después de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas acordara un bloqueo deportivo contra Yugoslavia. “Aquello también afectó a los Juegos Olímpicos de Barcelona. Los deportistas yugoslavos tuvieron que competir bajo la bandera de los Participantes Independientes”, añade Toni Roca.
“Ahora el escenario es distinto. Primero, porque Rusia es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y, por lo tanto, es uno de los Estados con capacidad de veto. No me imagino a Rusia dando luz verde a un castigo de este orden contra sí misma”, analiza Roca. “Además, el peso de Rusia en el escenario geopolítico internacional es menor al que tenía entonces Yugoslavia. Era más fácil castigar a Yugoslavia en el 92 que sancionar ahora a Rusia en 2022″, analiza.
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