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Polémica

Ancelotti explota contra Mestalla por el racismo contra Vinicius en el Valencia-Real Madrid

"No quiero hablar de fútbol", ha dicho el entrenador italiano tras el Valencia-Real Madrid. Dice que todo el estadio llamó "mono" a Vinicius

«¿Queréis hablar de fútbol o de otra cosa?», preguntó Carlo Ancelotti a la periodista de Movistar que le entrevistó nada más acabar el partido Valencia-Real Madrid. «Yo no quiero hablar de fútbol. Hay que hablar de lo que ha pasado. Es más importante que una derrota. Estoy muy calmado, pero lo que ha pasado no tiene que pasar», continuaba Ancelotti hablando de lo sucedido con Vinicius. Porque sucedió de todo, principalmente que le insultaron, le llamaron mono, le hicieron gestos de ser un mono y el futbolista decidió que si otros lo querían dejar pasar, hacer como sin nada, él no lo iba a permitir. Se fue a por el aficionado que había identificado y le señaló con claridad. Se lo dijo al árbitro, a los compañeros, a las cámaras, a la Policía, a Ancelotti. «Si un estadio grita mono a un jugador algo malo pasa. Él no quería continuar, le he dicho que no es culpa suya», relataba el entrenador madridista tras el encuentro: «Le he dicho: ‘‘Tú eres la víctima’’. Ha seguido jugando y es cuando le sacan una tarjeta roja sin sentido».

Porque el partido estuvo un rato parado. Todo ocurrió porque un defensa del Valencia golpeó a un balón que llevaba Vinicius con otro balón que había en el campo. En el parón y mientras se decidía la jugada, pasaron los insultos. El árbitro siguió el protocolo y por megafonía se pidió que se acabaron los insultos racistas, Una vez que se callaron, continuó el fútbol: «Tenemos un problema. No, LaLiga tiene un problema. Hay que parar el partido. Es un estadio que insulta a un jugador, es racismo. Hay que parar el partido, no hay otra manera», decía Ancelotti, sorprendido porque el encuentro se siguiera jugando «Se lo he dicho al árbitro y ha asegurado que hay que informar antes». El encuentro continúo y en un despeje de Mamardashvili la pelota se fue al córner. La cogió un jugador del Valencia y Rüdiger se la quiso quitar. Hubo el típico enganchón. Para allá fue Vinicius y también, lanzado, Mamardashvili. Se enfrentaron y Hugo Duro cogió a Vinicius del cuello, por atrás. Le tiró para atrás y en definitiva, le agredió. El brasileño consiguió darse media vuelta y dio un manotazo que le tiró al suelo.

El árbitro, entonces, sacó amarilla a los dos, pero desde el VAR le dijeron que había un manotazo de Vini y que, según ellos, merecía un castigo mayor. Le sacó la roja y cuando Vini se marchó del campo, hizo un gesto a todo Mestalla, dando a entender que se iban a segunda. «La reacción es normal. Un estadio entero ha estado diciéndole insultos racistas», seguía Carlo Ancelotti.

«Condenamos los insultos y para eso están las cámaras y si está claro quién ha sido que no vuelva a entrar, no tienen sentido esos insultos y no lo entiendo», decía Gayá, el capitán del Valencia. Pero también tenía para Vinicius «Hacer gestos de que nos vamos a Segunda no está nada bien. Puedo entender que intente sacar la rabia, pero una cosa no quita la otra», continuaba el capitán. Esa versión valencianista la secundó Baraja: «Somos un club señor y si alguien ha cometido el error o ha dicho algo ofensivo, lo condenamos. Hay que ser duro en el tema de condenar actitudes racistas pero ha habido situaciones que se pueden evitar, cuando ha sido expulsado merecidamente, ese comportamiento es mejorable».

La equidistancia valencianista no la entendía Ancelotti: «Quiero saber a ver qué pasa, pero habitualmente no pasa nada», continuaba el entrenador resignado ante lo que había vivido. «No soy juez, pero hay que evaluar la situación es bastante grave». Y acababa como había empezado: «No quiero hablar de fútbol».