Ciclismo
Pogacar se lleva la Lieja y Valverde es cuarto en el día de su 41 cumpleaños
Alejandro llegó con los mejores y lanzó un esprint lejano, pero no pudo resistir ante el ganador del Tour
Alejandro Valverde cumplía 41 años y quería celebrarlo con un triunfo en la Lieja-Bastoña-Lieja. Le faltó poco. Llegó en el grupo de los cinco mejores, con compañeros poco recomendables. Pogacar, Alaphilippe, Gaudou y Woods eran su competencia en el esprint. Y todos le dejaron la responsabilidad al mayor, a Alejandro, que por un momento hizo revivir el espíritu de Innsbruck, del Mundial, de su Mundial.
Lanzó un esprint desde lejos, cansado de mirar hacia atrás y confiado en lograr unos metros de ventaja que sus rivales no pudieran recuperar. Woods lo intentó primero, pero nunca superó la rueda del murciano. Después se lanzó Gaudou y Pogacar esperó al final, atento a la rueda de Alaphilippe. Lo superó en los últimos metros. El campeón del mundo volvía a ceder en Lieja ante un esloveno. El año pasado fue Roglic el que lo superó sonbre la línea por su exceso de confianza al levantar los brazos antes de tiempo. Pogacar, simplemente, fue más listo y más rápido.
La coincidencia animaba a la cábala a Alejandro y sus piernas, también. Llegaba de ser tercero en la Flecha Valona, por detrás de Roglic y de Alaphilippe después de tener que desgastarse mucho para llegar bien colocado a los metros decisivos en el muro de Huy. Pero no pudo ser.
“Estoy contento. Hemos estado bien, hemos estado en el grupo de cinco del final. Me hubiera gustado hacer podio y ya ganar hubiera sido la leche, pero me han dejado todo el peso en el esprint”, se lamentaba Valverde al terminar la carrera. ”Al final, cuarto y hay que estar contento”, admitía.
Valverde estuvo siempre delante. En la subida a La Redoute, cuando Ineos estiró el grupo con cuatro corredores y resistió después entre los mejores después de que acabaran con la aventura de Carapaz.
La estrategia de Pogacar acabó siendo la mejor. “No tengo palabras para describirlo, siempre he soñado con ganar esta carrera”, reoconocía antes de subir al podio. “En el último esprint he estado controlando a Alaphillipe”, explicaba. Y la maniobra fue perfecta
“Ahora estoy viviendo el sueño de cualquier ciclista”, admitía después de la frustración que supuso no tomar la salida en la Flecha Valona por el positivo en coronavirus de dos miembros del equipo. “Es la venganza de la Flecha, donde no pude salir. Teníamos muchísima motivación para hoy y estamos muy contentos”. aseguraba antes de anuciar sus planes inmediatos. “Ahora, el objetivo es descansar, pasar tiempo con la familia y prepararme para el Tour”.
La Lieja era el gran objetivo de Alaphilipe, después de la frustración del año pasado. “Era el objetivo de este año, lo he hecho bien porque estoy en el podio y perder contra el ganador del Tour tampoco está tan mal”, reconoce.
“Preferiría haber ganado, aunque conseguí una gran victoria en la Flecha. Ha sido una carrera durísima, me han protegido bien mis compañeros todo el día, pero Pogacar fue mejor”, asume el campeón del mundo.
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