Maria Sharapova
Se retira Sharapova: ¿cuánto dinero ingresó durante su carrera?
Nadie como ella supo combinar el talento con la raqueta y la capacidad de generar dinero con su imagen
Maria Sharapova llegó a decir en 2007 que jugando sobre tierra se sentía «like a cow on ice», lo que traducido literalmente sería algo así: «Como una vaca sobre hielo»; es decir, que no estaba cómoda, que eso de tener que resbalar y que la pelota fuera más lenta no iba con ella. Pero, curiosamente, Roland Garros es el Grand Slam que más veces ganó, dos, en 2012 y 2014. Ella es una de las diez jugadoras en la historia que pueden presumir de tener en su palmarés los cuatro Grandes, porque antes de vencer en la tierra de París la jugadora nacida en Siberia lo hizo en Wimbledon (2004), el Abierto de Estados Unidos (2006) y el Abierto de Australia (2008). Cuando se impuso en la central del All England Tennis Club apenas tenía 17 años. No tardó en demostrar que ella no era «la nueva Kournikova», como la habían bautizado. También era rusa, pero Kournikova nunca ganó un título individual de tenis, mientras Sharapova conquistó 36 y fue el número uno del mundo durante 21 semanas.
Y el uso del pasado en el verbo conquistar no es casualidad. La cuenta no irá a más: Sharapova ha anunciado que deja el tenis.
En lo que sí se parecieron Kournikova y Sharapova es en su impacto más allá de las pistas, pues eran iconos, portadas de revista cada día y un reclamo para infinidad de marcas. Sharapova llegó a ser durante muchos años la deportista mejor pagada del planeta. Según Forbes ingresó 325 millones de dólares entre premios, patrocinios... Sólo la supera Serena Williams (350), ganadora de 23 Grand Slams. Maria supo compaginar con éxito el negocio y la raqueta, siendo siempre lo más importante lo que sucedía con las pelotas amarillas, donde iba sobrada de talento. «Tenis, te digo adiós», asegura la jugadora en un artículo publicado por las revistas «Vogue» y «Vanity Fair», en el que señala que su carrera ha llegado al final. «¿Cómo dejas atrás la única vida que has conocido? ¿Cómo abandonas las pistas en las que has entrenado desde que eras una niña, el deporte que amas, que te ha dado alegrías inolvidables, un deporte donde encontraste una familia y unos aficionados que te han animado durante más de 28 años?», continuaba la ya extenista. «Tenía cuatro años en Sochi, Rusia. Era tan pequeña que mis piernecitas colgaban del banquillo en el que estaba sentada. Tan pequeña que la raqueta que empuñé era dos veces más grande que yo», dijo sobre sus inicios. A esa edad dio sus primeros pasos y dos años después sus padres se marcharon a Florida en busca del «sueño americano», aconsejados por un mito como Martina Navratilova. Cuentan que Yuri, su padre, apenas tenía 700 dólares en el bolsillo cuando viajaron. Mientras Sharapova entrenaba, Yuri trabajaba en la construcción, aunque la calidad de la jugadora no pasó inadvertida para Nick Bolletieri, el famoso entrenador de figuras como Andre Agassi. Y desde bien pequeña ya le llegaron sus primeros contratos, igual que con 17 años ya había conquistado su primer Grand Slam.
Hay quien asegura que con ese arranque de carrera, sus muchos logros se han quedado cortos para lo que se esperaba. Lo cierto es que las lesiones se cruzaron varias veces en su camino y han terminado por ser determinantes en su despedida. Pero el comienzo real de su caída llegó en 2016, cuando fue sancionada con dos años sin competir después de dar positivo en un control antidopaje en el Abierto de Australia. La sustancia que encontraron en su cuerpo fue meldonium. Confesó que llevaba consumiéndola desde 2006, pero era legal hasta diciembre de 2015. Su sanción parecía el fin de una jugadora que estaba cerca de cumplir los 30. Pero no quiso que eso la retirara. Volvió tras año y medio, no sin polémica porque al estar tanto tiempo sin competir bajó muchos puestos en el ránking, pero recibió la invitación de varios torneos, lo que levantó las quejas de algunas tenistas. En su regreso llegó a acercarse al «top 20» y sumó un nuevo título, el de Tianjin, en China, en octubre de 2017. No volvió a ser la misma jugadora. En «Grand Slams» alcanzó los cuartos de final de Roland Garros como tope.
Con Maria, entre otras, se empezó a ver de alguna manera un cambio en la forma de jugar en el inicio del nuevo siglo: tenistas altas y pegadoras natas tanto de derecha como con el revés a dos manos. Eso sí, la rusa siempre lo dio todo en la pista (como ejemplo, ver el vídeo a final de la información) e inolvidables son también sus reconocibles gritos y su ritual de concentración antes de sacar, de espaldas a la pista, colocando las cuerdas, susurrando algo antes de darse la vuelta, dar unos saltitos en la línea, fuera el pelo de la cara... Muy al estilo Nadal.
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