El Movistar del cambio

Diez años cumple el equipo Movistar, 40 la estructura de Abarca Sports, matriz del equipo que dirige Eusebio Unzúe. Es buen momento para reinventarse, para cambiar los codazos entre los jefes, las caras largas de Landa y Quintana, con Valverde como intermediario, por las bromas entre Enric Mas y Marc Soler, los dos líderes que acompañan a Alejandro esta temporada.

“Si Alejandro te pide que tires en Andorra no te quejes mucho”, decía Enric, en alusión al disgusto que se llevó Marc cuando marchaba camino de la victoria de etapa y lo frenaron para tirar de Quintana. Y al final ganó Pogacar. “¿A la Vuelta a Turquía cuándo vas?", le respondía Marc, en alusión a la algo más que incipiente alopecia del gran fichaje de Movistar para este año.

“Era un poco de broma para romper un poco el hielo, la seriedad de la presentación. El equipo ha cambiado y espero que para bien. Marc y yo tenemos muy buena amistad, muy buen rollo entre nosotros y eso va a hacer un poco de diferencia respecto a otros”, explica Mas. “Siempre estamos con bromas, tenemos muy buena relación y nunca hemos tenido ningún problema y tampoco los habrá”, confirma Soler. “Nos llevamos muy bien tanto dentro como fuera de la bici y eso hace que desconectemos y salir de las tensiones que pueda haber”, añade.

Marc Soler, que ya ganó una París-Niza, y Enric Mas, que fue segundo en la Vuelta de 2018, serán los líderes de las grandes Vueltas. Los principales objetivos de Alejandro son las carreras de un día. Y en la Vuelta, su carrera. “Casi todos sabemos mis objetivos, que son hacerlo bien en las clásicas y luego hacerlo bien en la Vuelta y un buen Mundial. Pero este año sobre todo es año olímpico y en las Olimpiadas es donde quiero estar al cien por cien”, afirma.

“Marc ya tiene que dar el salto y Enric ya lo ha demostrado. Ya fue segundo en la Vuelta a Espaa y este año va a estar arropado al cien por cien para el Tour de Francia. Tiene que dar ese “saltico” que le queda”, explica Alejandro, con la intención de ir dejando paso a los más jóvenes.

En Movistar convivirá Alejandro Valverde, que cumplirá los 40 en abril con ocho corredores menores de 23 años, entre ellos Juri Hollman, el más joven del equipo, que tiene 20. Se reúnen, además, catorce nacionalidades.

El equipo cambia también de proveedor técnico, abandona una relación de casi 40 años con Campagnolo, marca para la que Eusebio Unzúe tuvo un recuerdo. Igual que para Nairo Quintana y Carapaz. No así para Mikel Landa, que nunca acabó de encajar en una estructura tan cuadriculada.

Pero las cosas cambian. El equipo pasa de tener tres líderes a buscar uno para el Giro, la única grande que ganaron el año pasado con Carapaz. Ése puede ser el joven colombiano Einer Rubio. Y la estructura casi hermética que se ha construido durante años se abre para mostrar sus secretos en una serie documental de seis episodios que emitirán Movistar Plus y Netflix. Para ello les ha acompañado un cámara durante todo el año. La parte más difícil para Eusebio. “Al principio fue difícil. Poco a poco entendimos el gran favor que todo esto nos hacía para valorar lo que este deporte es y lo que ha sucedido en estos 40 años. Nos sentimos cómodos, cada vez nos importó menos convivir con el bueno de Adolpho. Va a ser muy interesante para lo que les gusta el ciclismo y para los que no”, asegura.

El documental se centra en el equipo masculino, pero Movistar tiene también una estructura femenina que este año se estrena en el World Tour. “Es el tercer año y poco a poco se va profesionalizando. Este año se crea la categoría World Tour y significa que estaremos en las mejores carreras”, dice Lourdes Oyarbide, que lucirá el maillot de campeona de España, igual que Valverde. Otra novedad para este año, el campeonato de España acostumbraba a diluirse en el maillot, con la presencia de una bandera difuminada o una banda en el pecho sobre el mismo maillot del resto. Este año tiene personalidad propia, maillot blanco con la bandera de España en el pecho.

Movistar cambia con la intención de ser una familia, como explica Enric Mas. “Desde los primeros días en Gorraiz ya era como si llevara toda la vida en este equipo­”, dice.