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Un Domingo de Resurrección indecoroso se aferra a El Juli

El madrileño cortó dos abultados trofeos del único toro con opciones de la tarde en el tradicional festejo en el que se colgó el «No hay billetes»
SEVILLA, 09/04/2023.- El diestro Julián López El Juli con su segundo toro, esta tarde de Domingo de Resurrección en la Plaza de la Maestranza de Sevilla.
SEVILLA, 09/04/2023.- El diestro Julián López El Juli con su segundo toro, esta tarde de Domingo de Resurrección en la Plaza de la Maestranza de Sevilla. R CaroEfe

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Pocas citas son comparables a Resurrección en Sevilla. Es el toque de queda, el punto de partida, una de esas cosas que sabes que hay que vivir alguna vez en la vida. Morante fue el único que esperó destocado hasta que sonara el himno hasta el final. La impaciencia pudo a Juli y Roca que tuvieron la montera de quita y pon. Por cierto, ¿el himno en Sevilla? No es lo habitual y aunque ha ocurrido otras tardes se hace raro. El de Cuvillo que abrió plaza después del minuto de silencio por Rafael Jiménez «Chicuelo» nos quitó las ilusiones pronto, ya en los primeros tercios perdía las manos con las emociones justas. El de La Puebla quiso componer con la capa y lo intentó con la muleta, pero sin demasiado eco.
Cuando salió el cuarto la sensación es que el festejo se despeñaba con una descastada corrida de Cuvillo. El cuarto, que ya hizo cosas en la misma línea, se lastimó una pata para dejarnos con las dudas. El sobrero del mismo hierro salió con un poco más de viveza, pero le duró nada y menos. No ayudaron las dos varas, larguitas. El animal entre parado, flojo y sin querer pasar fue un despropósito que nos trajo la versión de siempre de Morante. La de no hacernos perder el tiempo. Eso se olía antes ya de comenzar el breve trasteo Tres muletazos tal vez precedieron a una estocada de meterle la mano por ahí de cualquier manera. Vamos que uno que estuviera medio despistado ni se enteró.
Terciado de presencia fue el toro de El Juli. Pero su problema no fue ese. No se tenía en pie. Su flojera cortocircuitó con la menor probabilidad de hacer algo positivo por el toreo. Juli quiso. Puso empeño, suavidad en el trazo, pero el muro se elevó más pronto que tarde en contra del lucimiento. La bolita de a suerte cayó en quinto lugar. Juli calmó los destemplados ánimos que había dejado Morante con lances de manos bajas. Parecía imposible. Quitó Roca y se fue el madrileño a los medios a brindar. Fue la única vez que tuvimos sensación de toro. «Gavilán» quería perseguir el engaño y lo hacía. La faena de Juli fue de oficio en los primeros compases. Se rompió cuando perdió el engaño y tomó otra dirección después. Era al natural por donde el toro embestía con más profundidad. Por ahí le ligó dos tandas Julián, alargando mucho el viaje por lo que el trazo perdía entidad. Por el diestro remató una faena que en la suma de pases de pecho encontró la mayor conexión con el público. La estocada, trasera, fue a la primera y el doble premio un exceso. Agua para el sediento.
Se desmonteró Viruta en el tercero de la tarde. Era el toro de Roca Rey y al peruano se le espera con la expectación de los silencios. Es ese algo que está en el ambiente. Iba y venía el de Cuvillo, con poca transmisión. La templada muleta de Roca encontró la suavidad, pero no prendió la llama volcánica a la que acostumbra. Fue difícil meterse en la faena del sexto. Ocurrían tantas cosas por el tendido... A unos los echaban y a otro se los llevaban por ponerse malos. Entre tanto Roca Rey buscaba las vueltas al sexto en el centro, que tenía buen aire, aunque no llegaba a sentarse del todo bien las cercanías. Suavidad, quietud y ajuste impuso al trasteo y un cambio de mano que sí tuvo atisbo de eternidad. Roca Rey igualó las desigualdades del toro, pero faltó la traca final. Juli se había llevado el gato al agua en un Domingo de Resurrección al que le faltaba el decoro de que los toros embistieran. El resto estaba todo dispuesto. Y la plaza hasta la bandera.
Sevilla. Domingo de Resurrección. Se lidiaron toros de Núñez del Cuvillo, correctos de presencia en conjunto. El 1º, va y viene sin clase; 2º, deslucido por descastado; 3º, va y viene con sosería; 4º, sobrero del mismo hierro descastado, flojo y deslucido; 5º, buen toro, con profundidad en el viaje; 6º, noble y de poca transmisión. Lleno de «No hay billetes».
Morante de la Puebla, de coral y oro, pinchazo, estocada (silencio); estocada baja (silencio).
El Juli, de gris plomo y oro, pinchazo, estocada caída (silencio); estocada trasera (dos orejas).
Roca Rey, de blanco y plata, estocada (silencio); estocada (silencio).