Una fantasía mágica para madurar y crecer

En una tarde de verano... ¿A quién le apetece hacer la tarea de mates? El protagonista de 'El niño y los sortilegios', una divertida y fantástica ópera de Maurice Ravel, se hace de rogar. Al son de su música, los objetos de la casa cobran vida, las matemáticas salen del cuaderno, Gata y Gato se lanzan en un dúo de maullidos y la Ardilla debate con las Ranas de San Antón. Esta fantasía lírica de Ravel (1875-1937), con libreto de la escritora francesa Sidonie-Gabrielle Colette (1873-1954) –que la esbozó en apenas una semana–, muestra el proceso de crecimiento y maduración de un niño pequeño, desde el egocentrismo normal de su edad al desarrollo de la empatía. La historia transcurre en una casa de campo en Normandía, donde vive un niño inquieto que evita hacer sus tareas y desobedece a su madre.

Un día, enrabietado por una regañina, da rienda suelta a su ira, destroza muebles, el papel de la pared, rompe la tetera y el péndulo del reloj, ataca al gato... Lo que no espera es que los objetos y animales que lo rodean pierdan la paciencia hartos de su violencia, que cobren vida y hablen. Al principio creía que todo giraba a su alrededor, pero cuando escucha el dolor de los objetos y animales que ha maltratado, comienza a entender que hay otras realidades y seres que también merecen su atención, poco a poco va descubriendo el valor de la empatía.

Ravel tomó muy en serio la recreación de este universo infantil con una orquestación brillante y llena de color, y una partitura que mezcla elementos de la música clásica, melodías tradicionales y ritmos de jazz, escrita como un refugio de fantasía después de la primera guerra mundial. La ópera se estrenó en Montecarlo en 1926 y desde entonces se ha incorporado al repertorio lírico infantil y juvenil.

El espectáculo que conmemora el 150 aniversario del nacimiento de Maurice Ravel en 2025, es una nueva producción que estrena el Real Teatro de Retiro. Entre el 9 y el 24 de noviembre ofrecerá 12 funciones de la ópera de Ravel dirigidas al público familiar (niños a partir de los 8 años), con sesiones dobles los fines de semana y 10 funciones destinadas a los centros escolares en días lectivos. La dirección musical será de Miguel Huertas y la puesta en escena de Alfonso Romero, con escenografía y vestuario de Ricardo Sánchez Cuerda. Esta producción que se presentará en el Real Teatro de Retiro, cantada en castellano, fue concebida por Ravel como una ópera-estudio, y todo el equipo artístico, incluyendo sus ocho cantantes y dos pianistas, ha creado conjuntamente la dramaturgia bajo la tutela del director de escena Alfonso Romero, que según explica, “está inspirada, junto a la escenografía, en el teatro de marionetas, de títeres, el teatro negro, el teatro Kabuki y especialmente el Bunraku, en el que cada títere es manipulado al menos por tres artistas en una perfecta coordinación y fluidez de movimientos.” Así, “el público y el niño protagonista verán solamente a los objetos, como si su alma, la música y voz de los cantantes, emanara de los mismos”.

La soprano Aida Turganbayeva interpreta al niño protagonista; Andrea Rey Gil, mezzosoprano, da vida a los personajes de Mamá, Taza china y Libélula; Ivana Andrea Ledesma, soprano, será Poltrona, Lechuza y Murciélago; Dragana Paunovic, soprano, interpreta los personajes de Gata y Ardilla. Estíbaliz Martyn, también soprano, será Fuego, Ruiseñor y la princesa de un cuento de hadas. Entre las voces masculinas se encuentran el barítono Gonzalo Ruiz, que dará vida a Sillón y Árbol; Enrique Torres, también barítono, interpretará Gato y Reloj de pie. Por último, el tenor Pablo Puértolas será Tetera, Ranita y Aritmética. Al piano, Samuel Martín y Sergio Berlinches junto a estos solistas.