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Donnellan: la tragedia se vive desde dentro

El director inglés llega al Canal con una versión "sencilla" del "Edipo" de Sófocles en la que el público pisará el escenario
El "Edipo" de Donnellan mezclará en la Sala Verde del Canal al público con los intérpretes
El "Edipo" de Donnellan mezclará en la Sala Verde del Canal al público con los intérpretesCristian Floriganta

Madrid Creada:

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Declan Donnellan (1953) vuelve por Madrid. Atrás queda La vida es sueño, de Calderón, que presentó el año pasado. Vuelve a probar suerte con otro clásico, aunque esta vez algo más antiguo. Toca Sófocles; toca su Edipo Rey. Para ello, el director inglés propone una versión íntima y elemental en la puesta de escena: "Odio la decoración. Me gustan las cosas lo más sencillas posibles", sentencia. Y llama la atención en este Oedip Rege que el público salta de las butacas al escenario. Vestido de negro, el personaje protagonista se mueve entre unos espectadores que permanecerán de pie. El público rodea a los intérpretes y viceversa.
El riesgo de exponer a sus actores es uno de los atractivos: "Los actores, no pueden esconderse ni defenderse con la ayuda de la decoración o de los compañeros", resaltaba la prensa en su estreno absoluto. "Lo verdaderamente sorprendente en este Edipo –añadía– es la claridad con que Donnellan extrae una esencia profundamente contemporánea del texto de Sófocles: la arrogancia de intentar derrotar las condiciones de la realidad ignorándolas".
Lo demás es lo de siempre en las tragedias: "Una historia sobre seres humanos, de cómo somos, fuimos y seremos", apunta Donnellan a LA RAZÓN. "Las tragedias no tratan sobre los héroes, tratan de la gente común. Una buena tragedia resulta ser un espejo". Y él coge esa máxima para demostrar que "todos vivimos nuestra propia invención del mundo. Es interesante ver cómo el mismo evento puede ocurrir de forma diferente para varias personas y sin que ninguna mienta porque es lo que han visto". "Esta tragedia, como la mayoría, tiene que ver con nuestra inmensa capacidad de engañarnos a nosotros mismos y de nuestra capacidad de no asumir la responsabilidad de lo que hemos hecho. Pero podemos aprender. Entonces podremos descubrir este misterioso proceso: que podemos obtener la libertad, pero sólo cuando empecemos a prestar atención y asumir responsabilidades".
Sófocles, ahora Donnellan (de la mano del Teatro Nacional Marin Sorescu de Rumanía), recrea el mito de los Labdácidas e inicia la historia en el momento en el que Edipo ya es rey de Tebas y la ciudad sufre la epidemia de peste del 430 a.C. Los súbditos de Edipo llegan al palacio, rogándole que salve a la ciudad de la peste. Creonte, el cuñado de Edipo, trae la respuesta del oráculo de Delfos: la plaga no terminará hasta que el asesino de Layo, antiguo rey de Tebas, muerto muchos años antes, sea expulsado de la ciudad. Edipo inicia una investigación para encontrar al asesino, pero se topará con sus orígenes.
Para Nicolau Hariclea, consultor de la dramaturgia del montaje, la atracción que suscitan los mitos antiguos, como este de Edipo, para quien vive hoy se debe a que "lo trágico nunca ha desaparecido de la esencia de la humanidad, porque la humanidad lo contiene. La esencia de lo trágico emana de la desesperación que sentimos ante el destino implacable".
  • Dónde: Teatros del Canal (Sala Verde), Madrid. Cuándo: hasta el 21 de enero. Cuánto: desde 25 euros.