¿Quién fue 'el perro de San Roque' por qué se dice que no tiene rabo?
Este can es el protagonista de un popular trabalenguas, y cuenta la leyenda que le salvó la vida al santo
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Nuestro idioma tiene un origen y raíces antiguos, además de que bebe de múltiples civilizaciones y tradiciones lingüísticas. Las lenguas, el español incluido, van evolucionando e incluyendo nuevos términos y expresiones con el tiempo. No se trata de una herramienta estanca o invariable, ni tampoco es ajena a los sucesos que ocurren en el mundo.
Acontecimientos históricos o incluso pequeñas anécdotas o chismorreos que se popularizan por el ‘boca a boca’ pueden dar lugar a nuevas expresiones. Esta clase de locuciones forman parte del día a día de cualquier hablante y están presente en la mayoría de los contextos cotidianos. Incluso en las retransmisiones deportivas se escucha a veces “ni así se las ponían a Fernando VII”, aunque hayan pasado ya varios siglos desde la muerte del monarca.
Además de las reglas gramaticales y el vocabulario básico, las expresiones y jerga populares son un pilar fundamental en cualquier idioma. El español está repleto de frases hechas y locuciones con referentes de todo tipo, desde personajes históricos hasta otros nombres de personas genéricas por excelencia: ‘Fulano’, ‘Menganito’ o el pobre ‘Abundio’, al que siempre se le tacha de poco inteligente.
Alguna de estas figuras populares ni siquiera son de la raza humana, sino animales o seres de cuento que por algún motivo u otro han pasado a formar parte de la memoria colectiva española. En el caso que hoy nos concierne, hablaremos de uno de los ‘mejores amigos del hombre’ que, aun sin tener un nombre propio, es uno de los más reconocidos.
¿Quién fue 'el perro de San Roque' por qué se dice que no tiene rabo?
Este conocido perro es el protagonista de una copla popular española que se suele recitar a modo de trabalenguas o juego infantil para mejorar la dicción. “El perro de San Roque no tiene rabo, porque Ramón Ramírez se lo ha cortado…” El apellido del agresor varía según quien lo entone, otro muy común también es ‘Rodríguez’.
San Roque fue un santo del siglo XIV nacido en Montpellier, Francia. Esta figura es conocida por su labor cuidando a enfermos de peste y por su propio sufrimiento cuando contrajo la enfermedad. Se le representa con un perro, que según la tradición, le llevaba pan y le lamía las heridas mientras él estaba enfermo de peste.
Según los relatos, San Roque viajaba por Europa ayudando a los afectados por la peste. Cuando se contagió, decidió aislarse en un bosque para no contagiar a otros. Ahí es donde entra en escena este famoso perro, según cuenta la tradición. Se dice que un perro fiel comenzó a visitarlo todos los días, llevándole pan en la boca para alimentarlo y lamiendo sus heridas, lo que ayudó a su recuperación.
El dueño del perro, un noble llamado Gottardo Pallastrelli, al ver la devoción del animal, también se interesó en San Roque y terminó ayudándolo. Con el tiempo, San Roque sanó y siguió su misión, mientras el perro se convirtió en símbolo de fidelidad, lealtad y protección. El origen de la copla, sin embargo, es incierto, aunque se cree que surgió como un simple trabalenguas.
En muchas representaciones artísticas de San Roque, aparece un perro a su lado, usualmente con un pedazo de pan en la boca. La imagen del santo y su perro se popularizó en toda Europa, y en España llegó a formar parte del folclore con la famosa copla en la que le cortan el rabo. Aunque no hay pruebas de que el perro de San Roque realmente no tuviera rabo, la frase se ha mantenido como un trabalenguas popular.
Hoy en día, San Roque es considerado el patrón de los enfermos, los peregrinos y los perros. Su perro simboliza la lealtad y la ayuda desinteresada. En algunas localidades, el 16 de agosto (el día de San Roque), se bendicen perros en su honor.