Javier Camarena: “La simplicidad de Donizetti es parte de su grandeza”
El tenor publica “Signor Gaetano”, un emotivo tributo al compositor que más ha influido en su vida
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El mexicano Javier Camarena (Xalapa, 1976) es uno de los tenores más sólidos de su generación y uno de los principales especialistas en bel canto mundial, como reconoció la International Opera Awards nombrándolo Cantante del Año la temporada 20/21. Especialmente influido por Gaetano Donizetti (Bérgamo, 1797-1848), ha querido rendirle homenaje con un disco singular, «Signor Gaetano» (Pentatone), una exploración que incluye las arias más emblemáticas del universo «donizettiano» junto con otras menos conocidas. La grabación tuvo lugar en el Teatro Donizetti de Bérgamo bajo la dirección musical de Riccardo Frizza al frente de la orquesta Gli Originali.
¿Está Donizetti infravalorado?
Ha sido injustamente calificado por falta de conocimiento, hay que saber mucho sobre su vida para darle su justo valor. Fue un compositor tremendamente prolífico que, sin grandes obras maestras, tuvo muchos éxitos. En ese tiempo la ópera era el Hollywood de nuestros días y él era de los que más escribía, hasta 3 o 4 al año, pero incluso entre los conocedores de la ópera y del bel canto, la mayoría solo reconocería diez títulos de las 75 óperas que compuso.
¿Siente complicidad con el espíritu de su música?
Es el compositor que más ha influido en mi vida y mi carrera. La primera aria que aprendí fue «Una furtiva lágrima», la primera ópera «L’elisir d’amore» y debuté con «La hija del regimiento», después vinieron «Don Pasquale» y «Lucía de Lammermoor». Valoro mucho el éxito que han significado para mí como cantante, estoy tremendamente cómodo como él. Ahora, con «La favorita», en el Festival Donizetti, estoy disfrutando, me permite sentir la afinidad, por eso el título «Signor Gaetano», fraternal, tan de amigos.
Parece un disco presidido por la emoción. ¿Es así?
Totalmente, es un compositor muy comprometido con el teatro, todas sus páginas encierran una emoción muy ligada al texto. En Rossini cada coloratura expresa una emoción distinta. Donizetti está muy unido a la palabra y su fraseo es mucho más amplio. Puede parecer una música difícil, pero la simplicidad que puede tener «Una furtiva lágrima» y toda la emoción que contiene es parte de la grandeza que quería mostrar, su tremenda comprensión del drama a través de la música.
Dicen que un cantante de bel canto debe evitar emocionarse.
¿Qué te digo? (risas) Sé quién lo decía y es un gran tenor al que admiro. Pero no, ¿por qué? El bel canto es la máxima expresión vocal operística, pero dejarlo sin esta parte emotiva, pensar en él solamente en técnica vocal, es dejar una parte coja. El compromiso de Donizetti con el teatro lo hace un compositor enormemente expresivo que da mucho margen al cantante para la interpretación.
¿Es un proyecto especial?
Sí, lo tenía en mente hace tiempo, pero jamás me había pasado por la cabeza hacerlo con estos elementos que lo vuelven un disco referencial en cuanto a repertorio y producción. Hacerlo en Bérgamo, cuna del maestro, en el Teatro Donizetti, bajo el amparo de su Fundación, tener la dirección de Riccardo Frizza y contar con el coro del teatro es algo que jamás habría imaginado. Poniéndome romántico, creo que su espíritu estaba ahí guiando todo.
Usted afirma que ha sido una aventura fascinante. ¿Qué le ha llevado hasta ahí?
Hubo que profundizar en su biografía para entenderlo mejor, su visión musical, su repertorio, investigar para tener una idea de cómo sonaban algunas óperas... Encontrar estas partituras, algunas en una edición muy vieja con la voz del tenor escrita en clave de do, cuando actualmente se escribe en clave de sol, obligaba a traducirlas, entenderlas y estudiarlas, a saber qué tenores las interpretaban para hacernos una idea de si se podían cantar. Todo fue una aventura interesante y muy emocionante.
Mezcla piezas populares con otras poco conocidas. ¿Qué criterio utilizó?
Conocidos serían “Una furtiva lágrima” de “El elixir de amor” y el aria de Ernesto de “Don Pasquale”, el resto menos. ¿Cómo pueden faltar éstas en una colección de Donizetti? Además hay algo personal, yo me enamoré de él por “Una furtiva lágrima” y por qué no dar esa misma oportunidad a gente que conoce menos la ópera. El resto ha sido fruto de la investigación. A Donizetti le tocó un parte aguas histórico en la voz del tenor, dos estilos de escritura musical, una virtuosística y otra contemporánea con una presencia vocal mucho más heroica. Enfrentar estos dos universos ha sido uno de los retos más grandes del disco.
¿Notó en algún momento el espectro de Donizetti rondando a su alrededor?
Muchísimo, estar en Bérgamo es muy especial para mí y esta temporada que está siendo la más «donizettiana» de mi carrera, que he iniciado con «La Favorita», sale «Signor Gaetano», después vendrán «El elixir de amor», en Nueva York, y «Lucía de Lammermoor», en París. En Bérgamo he tenido oportunidad de caminar por la parte antigua de la ciudad, donde está el museo Donizetti, su casa natal, el lugar donde falleció, su tumba en la catedral... y me emociona. Recorrer esas calles escuchando el disco me transporta y me conmueve, porque está basado en la gratitud y admiración por todo lo que ha significado en mi vida y en el cariño a su música. Ver el proyecto realizado de esta manera y estar en su ciudad escuchándolo lo hace todo tremendamente especial.