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María Elvira Roca Barea: "Las élites culturales fallaron a España al asumir la hispanofobia"

En «Fracasología» explica cómo los afrancesados y los intelectuales aceptaron y contribuyeron a la difusión de estos tópicos.
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En «Fracasología» explica cómo los afrancesados y los intelectuales aceptaron y contribuyeron a la difusión de estos tópicos.
Una de las obligaciones de un historiador es criticar los planteamientos recibidos. María Elvira Roca Barea ha tomado esa premisa como mandamiento. Con su anterior ensayo, «Imperiofobia», explicaba las razones de la leyenda negra y desarticulaba sus argumentos. Con «Fracasología», prosigue con el desmontaje, explica por qué asumimos la hispanofobia y apunta a cómo nuestras élites intelectuales han fallado.
–¿Cuándo asumimos la hispanofobia?
–A partir del afrancesamiento de las élites españolas que copian la idea que tiene Francia de España, de su paquete cultural. Ese discurso de la hispanofobia adquiere prestigio.
–¿Las élites no estuvieron a la altura?
–España es un país alegre que contrasta con la actitud ceniza de sus élites. Eso también demuestra la desconexión de éstas con el país. Ellos van por un lado y la gente por otro. Han fallado en momentos cruciales, no han sido la tabla de salvación de España, al contrario, ha sido un lastre del que ha habido que tirar. Es una pena el esfuerzo que ha tenido que hacer el español de pie. Es muy simbólico que fuera un alcalde el que declarara la guerra a los franceses. ¿Dónde estaban las élites? Se proclamó la guerra a Francia con un bando municipal. Los intelectuales no acudieron a esta cita. Tienen los privilegios inherentes de las clases rectoras, pero no asumen sus obligaciones. El pueblo se ha tenido que echar la nación a la espalda.
–¿Qué ha contribuido más a esta difusión?
–Es un asunto de luchas políticas que dura siglos y se solidifica en los libros de Historia. La mayor parte de ella está escrita en inglés y francés por abandono de nuestra historiografía en el siglo XVIII. Cuando volvimos a escribir ya estaba contada y los españoles escriben sobre ella.
–¿Hay que recontar nuestra historia?
–Estoy convencida. La historia de España tiene que estar escrita desde nuestro país. En Francia son los franceses quienes la han contado. En Inglaterra sucede lo mismo. En España la han hecho los hispanistas, que han usufructuado la nuestra. En nuestro país los hispanistas son dioses. En cambio, nuestros historiadores no son tan conocidos. Los hispanistas tienen sus lanzamientos en otoño, primavera... son un cuerpo colegiado al que hay que mirar para saber dónde ir. En Francia no tienen estos historiadores extranjeros. Los hispanistas son un síntoma de la subordinación cultural de España.
–¿Los nacionalismos han usado la «hispanofobia»?
–Esto es una herramienta de lucha política y puedes hacer uso de ella en cualquier momento. Se usa contra España. Ocurre. Para nuestro desconcierto. Cuando piensas que ha pasado, va y te estalla en la cara.
–¿Continúa este menosprecio en Europa hacia España?
–El mundo de la angloesfera ha contruido su superioridad sobre la denigración del blanco católico. Es curioso. En EE UU te obligan a rellenar un espacio sobre el grupo étnico al que perteneces. Si lo hiciéramos nosotros nos llamarían racistas, pero como son ellos... Y uno de ellos es «blanco no hispano». ¿Qué es eso? Aquí hay un grupo dominante que se define a través de la negación de otro. Lo que necesito para pensarme a mí mismo es que no soy otro. Es un pensamiento supremacista, de la ideología de Trump. Hay un cuestionamiento del blanco protestante de los hispanos según crece este demográficamente. Una de las consecuencias es el reverdecimiento de la hispanofobia.
–¿Por qué no enseñamos nuestra historia?
–Porque los españoles la escriben a partir de la historiografía inglesa, que tiene por costumbre consignar todos los aspectos penosos o negativos. En cambio los suyos los convierten en... el ejército inglés, ¿qué grandes triunfos tienen respecto al nuestro? Lo más parecido es Trafalgar, ¿y qué ganaron realmente? En cambio, levantaron una enorme columna.
–¿Quién alimenta todo esto en la actualidad?
–Se alimenta porque existe desde hace 20, 30 o 60 años. Es un fenómeno transversal independiente de quien gobierne en España. Lo estudias en los libros de texto. Los planteamientos básicos son idénticos en unos que en otros. No tiene nada que ver con una tendencia política. Se ha dicho que la derecha se ha adueñado de la historia de España y se tiende también a oponerse a ella. Pero es una actitud artificial, para buscar una diferenciación. Hispanofobia fue un término que acuñó Rafael Altamira. Un exiliado que falleció en México. No era por tanto un hombre de derechas. Él lo definió como un instrumento político. Lo que me preocupa es que la palabra puede interesarle a los extremismos.