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"Holy Spider", la película sobre el asesino de mujeres iraníes que estremeció a Cannes

El iraní Ali Abbasi estrena "Holy Spider", un thriller aterrador que revolucionó el certamen francés con el que el cineasta denuncia el fanatismo misógino de su país inspirándose en la figura de un asesino real de prostitutas
El iraní Mehdi Bajestani interpreta a Saeed Hanael, un asesino de mujeres que existió en la  vida real
El iraní Mehdi Bajestani interpreta a Saeed Hanael, un asesino de mujeres que existió en la vida realImdb

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Merodeaba con su moto por las afueras de la sagrada ciudad iraní de Mashhad con la impunidad nocturna del anonimato, se aprovechaba del estado seminconsciente de sus víctimas como consecuencia de las adicciones que estas padecían, las atraía hacia su casa con el dinero como señuelo, las estrangulaba y arrojaba sus cuerpos envueltos en sacos, alfombras, telas o velos a descampados o superficies baldías. Saeed Hanaei, ejemplar padre de familia, obrero de la construcción, ex voluntario de guerra, hombre casado y animal violento marcadamente misógino, asesinó a dieciséis trabajadoras sexuales en apenas un año, se convirtió en una de las caras más reconocidas y señaladas del país y la Prensa catalogó sus crímenes, en terrible analogía kafkiana, como los "asesinatos de arañas" por el paralelismo entre la acción de los artrópodos de ocho patas con sus presas (enredan, capturan, pican, matan y envuelven), pero también por una suerte de trauma que alegó en el momento de su detención referido a la relación con su madre: ella, según afirmó, lo arañaba con frecuencia con las uñas lo suficientemente fuerte como para sacarle sangre e intentaba arrancarle trozos de carne de un solo mordisco.
[[DEST:L|||"Lo que está pasando en Irán con las mujeres tiene un nombre y se llama revolución"|||Ali Abbasi]]
Asumiendo la situación discriminatoria que vive actualmente la mujer en un país como Irán en términos de derechos y libertades como una realidad que inspira denuncia, podría decirse que la estructura narrativa que configura el cineasta Ali Abbasi en su último trabajo "Holy Spider", donde se basa en estos terribles sucesos para diseccionar las fallas de un sistema plagado de machismo, odio y fanatismo religioso que no solo abandona, juzga, señala y limita a las mujeres, sino que estructuralmente contribuye a ponerle zancadillas de forma continua, resulta más que oportuna. "Lo que está pasando en Irán con las mujeres tiene un nombre y se llama revolución. Después de cuarenta años de represión ahora es cuando las cosas están estallando. Personalmente me sorprende tanto como al Gobierno iraní, pero es algo que ojalá hubiera ocurrido antes, porque ha tardado demasiado en producirse", reconoce desde Dinamarca, su lugar de residencia, en entrevista con La Razón el director de "Border" (una marcianada extraordinaria con la que obtuvo un reconocimiento mucho más internacional y ganó el premio "Un Certain Regard" en Cannes) sobre el levantamiento generalizado de voces femeninas ante situaciones de opresión.
En "Holy Spider" las asesinadas se prostituyen en la calle en deplorables condiciones instantes antes de que esta suerte de Travis Bickle del Corán comience su particular limpieza de "impurezas morales". Cuando hablamos del estigma social que sigue acarreando hoy en día la prostitución y de la necesidad que envuelve las decisiones de quienes la ejercen, Abbasi asegura que "de forma generalista por supuesto que la prostitución se puede considerar un problema social, desde luego. Lo que está claro es que no es ninguna enfermedad, ni nada contagioso, ni nada que se pegue, como parecen sentir algunos personajes de la película. Yo no conozco, ni he escuchado, ni he visto nunca a ninguna trabajadora sexual que lo haga porque le gusta. Para mí este tema está muy claro. Siempre lo hacen porque lo necesitan, porque su situación es tan miserable que se ven incapaces de salir de ella de otra forma o porque están sometidas a los códigos de las mafias que las controlan. Como seres humanos se limitan únicamente a jugar con las cartas que les han tocado".
[[DEST:L|||"No conozco, ni he escuchado, ni he visto nunca a ninguna trabajadora sexual que lo haga porque le gusta"|||Ali Abbasi]]
Y continúa sobre las bases reales en las que se basó para después ficcionar algunos elementos o personajes como los de esa periodista arrojada que se hace pasar por una de las prostitutas para detener al asesino, cuya magistral interpretación por parte de la actriz Zar Amir-Ebrahimi le valió un galardón como mejor actriz en la sección oficial de Cannes: "Tal como yo lo veo, la realidad de que esta película esté basada en hechos reales no se debe a que esos hechos en sí me parecieran insuficientes, sino a que contábamos con muy pocos detalles sobre lo sucedido, parecía imposible informarse bien. Por eso inicialmente pensamos que lo interesante en este caso era optar por el “noir”, por ficcionar partes de esa realidad y llevarlo al terreno del thriller. Es un tema muy sensible el que se trata en la película, pero también sentía que podía servirme como vehículo para hablar de muchas otras cosas como la tradición, la religión, el odio heredado. Prefiero decir que está inspirada por una historia real en vez de basada. Esta película para mí es un estado mental, es una atmósfera", asegura.
Antes de despedirse con un vaticinio sobre la luz más presumiblemente blanca de sus futuros proyectos, Abbasi compara de manera irónica el terror destructivo del ambiente que impregna los dos capítulos que ha rodado de la serie de moda en estos momentos, "The Last of Us" con el que condiciona la realidad de muchas mujeres: «Nunca es comparable la oscuridad de lo que ocurre en la vida real con la energía postapocalíptica del universo de "The Last of Us". Me encanta esa atmósfera, y la verdad y he disfrutado mucho rodando, pero no deja de ser un mundo repleto de zombies. Sin embargo, volver a contar un acontecimiento tan doloroso, tan brutal, que afectó de una manera tan directa a un grupo de personas, a su familia y a su vida como he hecho con esta película es otra cosa incomparable. Eso sí, te diré que si tuviera que escoger en qué voy a trabajar cada día de la semana el resto de mi vida, me quedo con la serie. Si tengo que volver a rodar algo como “Holy Spider”, no voy a ser capaz de dormir bien, como ya me ha ocurrido durante todos estos meses. Creo que llevo unos cuantos años trabajando con las bases de un registro humano demasiado oscuro. Es hora de cambiar».