Elliott Murphy revoluciona la Feria del Libro con su guitarra
El cantautor visitó Madrid por una curiosa obra narrativa que firma junto a Peter Redwhite (una joven promesa de la novela española) y no dudó en regalarle su música a los presentes
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Hace un par de años, la editorial cordobesa Berenice publicaba “El precio que pagas”, que firmaba Peter Redwhite, quien, lejos de ser un autor foráneo de ambiente anglosajón, es oriundo de Moguer. Allí nació en 1987, con el nombre de Pablo Sánchez García, que es el que usará para desempeñarse en el ámbito en el que se formó, la ingeniería de Telecomunicaciones. Pero luego está su deriva literaria, con ese apellido creado en homenaje a su club de fútbol favorito, el Sevilla, y que emergió en 2013 al publicar "Cortos americanos", en la editorial Azania. Se trataba de una colección de relatos que reflejaban una Norteamérica ficticia pero que el lector podía pisar por medio de las canciones de Bruce Springsteen, las películas de John Ford, los cuentos de Raymond Carver o los cuadros de Edward Hopper.
Esta querencia por lo estadounidense la extendió Redwhite en la citada “El precio que pagas”, donde volvían a aparecer las piezas de The Boss y otras de intérpretes como Neil Young o Leonard Cohen, todo a partir de un trayecto en tren (de Huelva a Madrid) que era a la vez un viaje interior. Así, el protagonista se miraba en su presente y su pasado aliñando el texto con referencias también literarias o cinematográficas, y además contando con un prologuista de excepción: el músico de rock Elliott Murphy. Éste, aparte de haber publicado más de treinta álbumes, es también autor de varios libros de cuentos y cuatro novelas, e incluso uno de sus relatos fue adaptado al cine en una obra en la que aparecía él mismo junto a su amigo Springsteen y Patti Scialfa (de hecho, había iniciado su carrera en 1971 con un papel en “Roma”, de Federico Fellini).
Pero era su faceta de escritor la que venía a presentar Murphy en su visita de ayer a la Feria del Libro. Caseta 140, la de Almuzara, y allí estaba el neoyorquino entregado. El día anterior ya había hecho de las suyas en la Galileo Galileo, y ayer no iba a ser menos. Firmas de «Dorothy y el descubrimiento de América», por supuesto, pero mucho más. De lejos ya se veía un remolino con el que se intuía algo diferente a la norma. Y allí que estaba él, armado con su guitarra, para deleitar a los presentes con un miniconcierto al que más de uno y dos se quedaron pegados. Hasta el sol se asomó en una jornada en la que las previsiones meteorológicas no eran las mejores para pasear por el Retiro. Luego, ya a otros menesteres, el músico siguió narrando su visita a la capital en las redes, donde pudimos ver su «encuentro» con Freud en las salas del Thyssen.
Fue la anécdota de una historia, la del libro, que tiene dos padres: Redwhite y Murphy se habían conocido en la presentación de un documental del músico en Madrid, e hicieron tan buenas migas que no tardaron en compartir escrituras, lo cual devino dos traducciones del primero a libros del segundo: "Historias de París" (Izana, 2017), once historias escritas en Europa, donde Murphy reside desde 1989, y "The Last Rock Star. Memorias de un outsider” (Vasarek, 2019), que servía para celebrar sus setenta años y una prolífica trayectoria que había sido reconocida por el Ministerio de Cultura francés, al condecorarle en 2015 como Chevalier des Arts et Lettres, y por el Long Island Music Hall of Fame, institución en la que ingresó tres años más tarde de la mano de Billy Joel.
Pues bien, toda esta relación ha tenido continuidad por medio de una novela, confeccionada a cuatro manos y a distancia, entre el escritor moguereño y el cantante neoyorquino. La idea partió durante el confinamiento por la pandemia de la Covid-19 y se fue agrandando a medida que se sucedían los intercambios de correos electrónicos. Redwhite/Sánchez le envió a Murphy la fotografía de una obra artística de su padre, y el compositor comenzó a escribir lo que tal cosa le inspiraba. De este modo fue elaborándose “Dorothy y el descubrimiento de América”, que acaba de aparecer en Berenice y cuyo título capta el protagonismo de una mujer concreta, una hermosa modelo, como un trasfondo que incluye Cristóbal Colón.
Pero lo más llamativo es el tono con el que está escrito el libro, con desenfado, alejado de lo estandarizado de la narrativa actual y con afán de sorprender y divertir. Nada más empezar, ya hay una advertencia, llamada “Descargo de responsabilidad”, en la que los autores avisan de que la novela que está a punto de abordar el lector ocurre, en sus palabras, «en un Mundo Posible de Tipo III. Por tanto, cualquier posible parecido con la Historia “real”, teorías cuánticas existentes (estén demostradas o no), géneros literarios aceptados, estudios de virología o ética e ideas predominantes de lo que es (o no) políticamente correcto en los confines del Mundo Posible de Tipo I que usted (el lector) habita es, como mucho, una mera coincidencia».
Tal aviso nos conduce a capítulos como “El Príncipe de Nike”, “Fidel Castro ríe el último”, “Alicia en el País de las Coñomaravillas” o “La mierda va a llegar al techo” que ya señalan el registro literario de los escritores, entre gamberro y heterodoxo. Y todo para contar la historia de un profesor de física, Luis Torres, que ha concebido una teoría de lo más original y extravagante, consistente en condensar en el presente la Historia y la literatura. Entonces, surge la desnudez tatuada de la bella Dorothy, más una actriz porno retirada con un máster en física cuántica, Alice (asistente del profesor en Oxford), que hará que el protagonista pierda por momentos su mente recta y científica.
- “Dorothy y el descubrimiento de América” (Berenice), de Elliott Murphy Peter Redwhite, 320 páginas, 21 euros.