Conciertos: la «ansiedad social» dispara la venta de entradas
La asistencia a conciertos alcanza cifras de récord como consecuencia del "efecto FOMO", el "miedo a quedarse fuera" de donde va todo el mundo
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La tendencia es una obviedad. Desde el final de la pandemia, la industria del directo ha resurgido como un cohete. Cada año sube la asistencia a la música en vivo y las proezas se suceden: cuatro Bernabéus (Karol G), diez WiZink Center (Dani Martín), dos Metropolitanos (Dellafuente)... ya han dejado de sorprendernos las enormidades. En la clase media, el crecimiento es también exponencial. Los pabellones de deportes, reservados para las giras internacionales, son reservados por bandas o artistas que en la década pasada jamás se habrían atrevido. La venta de entradas durante el curso pasado, el que va del 1 de septiembre de 2023 al 31 de agosto de 2024 creció otro 15 por ciento anual, hasta nuevas cifras de récord, según un estudio de la ticketera Ticketmaster presentado ayer en Madrid. Y el fenómeno tiene una explicación con dos versiones.
La primera es la cuqui: el llamado FOMO («fear of missing out»), es decir, el miedo a quedarse fuera de algo. La segunda, explicitada por el experto en sociología cultural Jaime Hormigos es que «la ansiedad social» la que impulsa la compra ante el efecto amplificado de las redes sociales. «Vivimos en tiempos de individualismo y la asistencia a conciertos nos otorga ese sentido de comunidad. Queremos ir a todo. No es tanto una vinculación con el artista como la necesidad de no dejar de ir adonde todo el mundo dice que va», explica Hormigos.
En este análisis coincide Claudia Calvo Mingo, promotora de eventos del Estadio Metropolitano de Madrid: «Estamos a tope con el FOMO. La pandemia nos ha transformado y necesitamos compartir experiencias físicas». También corrobora este análisis la consejera delegada de Ticketmaster España, Ana Valdovinos: «Sigue habiendo fans verdaderos que quieren ver al artista que admiran, es decir, existen fans por devoción, pero también los hay porque no quieren perderse algo». Según el reciente anuario de la Sgae, el número de asistentes a conciertos y festivales en España durante 2023 fue de 28.342.115 personas, recuperando plenamente niveles prepandemia y logrando el dato más alto en asistencia en más de una década. Si bien el perfil del comprador mayoritario sigue siendo el clásico, de edad entre los 45 y 54 años, la mayor subida se experimenta en el «público FOMO», de edades comprendidas entre los 25 a los 34 años, que ya se convierte en el segundo colectivo más presente en los conciertos. Por géneros, en el caso de los compradores del año pasado, la distribución se desequilibró ligeramente, siendo un 57 por ciento masculino y un 43 femenino.
Dos estilos musicales han propiciado este cambio: el llamado urbano, que ha crecido un 82 por ciento (con artistas como Duki, Morad, Dellafuente o Milo J) y el latino (representado por Karol G o Luis Miguel), con una subida del 25 por ciento. La presencia de público internacional solo explica parcialmente este incremento: el 12 por ciento del público viene del extranjero (con un crecimiento del 2 por ciento) y el resto es nacional. La distribución, por comunidades autónomas, apunta a un 39 por ciento de los asistentes procedentes de la Comunidad de Madrid y un 17 por ciento de Cataluña, seguida de Andalucía (9 por ciento).