Benjamín G. Rosado gana el Premio Biblioteca Breve con una obra sobre "el poder de la ficción"
El escritor se presentó con "El vuelo del hombre", "una novela bizantina de aventuras", sobre la historia de un narrador que ha triunfado con su primer libro y se refugia en Nueva York
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"Quería llegar a entender verdaderamente qué es lo que lleva a una persona a dedicar meses, incluso años, a contar algo que probablemente se haya contado ya mil veces". Benjamín G. Rosado explicaba con estas palabras el origen "El vuelo del hombre", novela ganadora de la 67 edición del Premio Biblioteca Seix Barral 2025.
El jurado, compuesto por Almudena Amador, Jesús Carrasco, Pere Gimferrer, Miguel Ángel Hernández y Elena Ramírez, destacó que esta obra es "una investigación literaria sorprendente sobre el poder de la ficción para transformar la realidad, que despliega historias dentro de historias, escrita por un gran fabulador en la mejor tradición de narradores como Auster o Bolaño". El argumento gira alrededor de Diego Marín, un escritor que ha elegido serlo y que también lo es a su pesar.
El protagonista padece la maldición de su primer libro. Un éxito sin paliativos que lo ha arrojado a una sequía creadora. Esa obra con la que debutó en el mundo de las letras y que tituló "Ciudad café", abordaba la historia de un piloto que, a través de sus diferentes viajes consigue hilvanar en una sola las diferentes culturas latinoamericanas. Pero después de ese fulgurante fenómeno, apenas logra seguir adelante con su carrera de escritor. Para intentarlo, se refugiará en la ciudad de Nueva York, aunque ese retiro, que él consideraba que le ayudaría a empujar su imaginación y talento se resolverá como otro esfuerzo inútil y apenas pasará de la redacción de unos pocos folios.
"Hacía algunos años que el profesor Castro había perdido todo contacto con el mundo. Nadie sabía los motivos que lo habían llevado a donar los libros de su biblioteca y a desaparecer sin dejar rastro". Con estas líneas arranca una narración que el propio Benjamín G. Rosado, periodista cultural especializado en música clásica aseguró que "me pareció tremendamente sugestiva la hipótesis que planteaba que el lenguaje primitivo de los primeros humanos era una forma de imitación del canto de los pájaros". Él mismo especificó que esta obra reflexiona sobre "una elección (la literatura frente a la vida), que es en realidad una renuncia".
"El vuelo del hombre" es la primera novela del autor. Es una narración bizantina, de historias que se ponen en contacto con otras, hilvanándose así un complejo tapiz de narraciones que despliega un interesante universo literario repleto de evocaciones y de guiños. El texto es todo un homenaje a lo que se ha llamado la metaliteratura, pero también a la imaginación, al poder que poseen las fabulaciones a la vez que recuerda la importancia que han tenido las novelas de aventuras.
Benjamín G. Rosado comentó al recibir el galardón que "lo que marca la diferencia es que a uno lo lean bien. Sin esa lectura mi libro no habría alzado el vuelo». Explicó que esta obra es fruto de la "vocación precoz por la escritura que no encontraba su momento". Alertó, eso sí, que esta novela no va sobre su vida, "me resulta difícil escribir sobre mí mismo. Mi vida no le interesa a nadie", señaló. A partir de ahí comentó su periplo por diferentes territorios y geografías, y el momento en que empezó esta redacción, a bordo de un rompehielos de la armada chilena en las aguas de la Antártida.
Benjamín G. Rosado recuperó de su memoria las visitas de su madre cuando tenía siete años y no dormía -me apuntó que "la cabeza hay que usarla para cosas buenas y el origen de esa tendencia mía a pensar asuntos provechosos". También indicó cómo el padre debatía con él cuando era pequeño y cómo le guiaba brindándole consejos literarios. Pero, sobre todo, hubo alguien, en este proceso de acompañamientos y buenos lazarillos, más relevante: "Durante el proceso de escritura, sobreviví a osos, a olas y a vientos huracanados, pero el mayor peligro anidaba en mi cabeza. Pero desde esos días, mi mujer me ha subrayado que solo hay algo más importante que contar una historia y es estar dispuesta a vivirla".