Robert Capa, la mirada necesaria en primera línea de combate
Un día como hoy fallecía en la Guerra de Indochina el fotógrafo de guerra más famoso del siglo XX
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Robert Capa no era tan solo una persona, sino que era un hombre y una mujer. Eran cuatro ojos, dos objetivos, y por tanto una mirada más amplia hacia la realidad que les rodeaba. Robert Capa era el pseudónimo, principalmente, del húngaro Endre Ernö Friedmann, pero también era utilizado por su pareja, Gerda Taro, por lo que a día de hoy es complejo conocer de quién es cada foto tomada en la Guerra Civil española, que cubrieron juntos. No obstante, la gran mayoría de las fotografías firmadas por Robert Capa se le adjudican a él -Taro falleció en el año 1937, por lo que fue testigo de menos acontecimientos-, considerado hoy uno de los fotoperiodistas bélicos más importantes del siglo XX, así como una mirada clave y necesaria en primera línea de combate que acercó la realidad de los conflictos al conocimiento de la población.
Robert Capa, dirigiéndonos a Friedmann a partir de estas líneas, cubrió bajo este pseudónimo desde la Segunda guerra sino-japonesa hasta la Segunda Guerra Mundial, pasando por la Guerra Civil española, la Guerra de Indochina y la árabe-israelí de 1948. En cuanto al conflicto orquestado por Adolf Hitler, llevó el objetivo de su cámara a batallas tan sangrientas como icónicas como el caso de la batalla de Normandía en la playa de Omaha o la liberación de París. Unas imágenes que fueron publicadas en las principales revistas del mundo, mostrando así la crudeza y realidad de los desastres que conllevan los conflictos bélicos.
Según Robert Capa, el fascismo estaba llevando en aquella época a la sociedad hacia un letargo, un estado sumiso e ingenuo del que el fotógrafo necesitaba que se saliera. Es por ello, es este su principal motivo, por el que se embarcó hacia las peligrosas guerras, armado solamente con su cámara de fotos, y tomando como resultado las imágenes más icónicas de la historia del periodismo gráfico. Es el caso, por ejemplo, de una de las instantáneas que tomó Capa en España, durante la Guerra Civil, que se tituló “Muerte de un miliciano”. Se trata de esa icónica y famosa imagen en la que se ve a un soldado en el momento de recibir un impacto de bala y caer rendido al suelo. Hay expertos que aseguran que ese miliciano fue Federico Borrell García, y habría sido tomada durante los inicios de la contienda.
Las once magníficas
Asimismo, destaca el trabajo de Capa durante la Segunda Guerra Mundial, época en la que, entre bastantes otras, tomó “Las once magníficas”, imágenes consideradas aún hoy como el mayor y más importante documento gráfico del desembarco de Normandía. “La guerra es como una actriz que envejece, cada vez es menos fotogénica y más peligrosa”, dijo en una ocasión el fotógrafo, pero ello no le prohibió, al terminar la contienda mundial, dirigirse a otra arriesgada aventura: la guerra de Indochina.
Este conflicto estalló en 1946 y finalizó en 1954, así como acabó con la vida de Capa. Ocurrió un día como hoy de 1954, cuando el fotógrafo paseaba en un vehículo por la selva de Laos, un paisaje que no convencía a Capa por los encuadres que le ofrecía su cámara. Por ello, tomó la decisión de bajar del vehículo y fue entonces cuando los pasajeros del convoy -un grupo de militares y algún que otro periodista- escucharon una gran explosión: el fotógrafo había pisado una mina antipersona. Allí falleció Capa, dejando un legado imborrable basado en el conocimiento visual del siglo XX.