Alexandra Jiménez, "Bajo terapia" para encontrar los límites del amor
La actriz habla sobre la polémica de "Escándalo" y protagoniza "Bajo terapia", de Gerardo Herrero, que se estrena este viernes en cines tras pasar por el Festival de Málaga
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Alexandra Jiménez vuelve a estar de actualidad. Y lo hace, además, con dos proyectos muy seguidos que se presentan orgullosos como lecturas culturales de nuestro tiempo. Acaba de terminar la emisión en Telecinco de "Escándalo", serie que desató una peliaguda polémica con su primer tráiler al presentar una relación entre un hombre de 18 años y una mujer de 42, y este viernes estrena en cines "Bajo terapia", la nueva película de Gerardo Herrero que ha presentado en el Festival de Málaga.
Rodeada por un elenco de rostros de primera línea en nuestra comedia (Malena Alterio, Fele Martínez, Antonio Pagudo, Eva Ugarte y Juan Carlos Vellido completan el reparto), "Bajo terapia" es en realidad un drama sobre los límites del amor. A través de una sesión de tres parejas, organizada por su psicóloga en común, los seis personajes se encerrarán con la excusa de abrir ocho sobres, ocho retos y desafíos para poner a prueba su sinceridad con su otra mitad. Claro está, nadie es sincero del todo y cada mentira esconde en realidad una revelación mucho más verdadera, en una de esas películas que se lo juega todo a un giro final que completa y sorprende o arruina del todo la experiencia.
-PREGUNTA. Teniendo el estreno ya esta misma semana, ¿te gusta estar atenta a qué se ha dicho o qué se ha escrito de la película en el festival?
-RESPUESTA. Siempre tienes la curiosidad de saber si lo que has hecho ha llegado como se pretendía en un principio. Porque realmente nunca lo sabemos. Mucho más allá de eso, tampoco es que me vuelva muy loca.
-Entrando ya en "Bajo terapia", ¿cómo es tu relación con el material original?
-No conocía el texto porque no llegué a ver la obra representada, y cuando entré en el proyecto ya no se estaba haciendo. No tuve la ocasión, pero sí entendí que el guion es muy fiel al texto teatral. Y luego, entre todos, entre los seis y Gerardo (Herrero), hemos vivido una experiencia muy generosa. Nos ha permitido colaborar abiertamente con nuestras opiniones para no ser demasiado reincidentes, que no sonara reiterativo... En el texto del teatro hay muchas partes en las que se vuelve a narrar lo que ya se ha contado, y para hacer esa traslación al cine necesitábamos condensar la información para que llegara de manera limpia y rotunda, en hora y media.
Lo interesante para mí es ver cómo cronificamos un comportamiento con nuestra pareja, incluso cuando son comportamientos nocivos o llenos de agresividad soterrada.Alexandra Jiménez
-¿Cómo ha sido ese proceso colaborativo?
-Cada día nos tomábamos una hora antes de empezar a rodar y nos sentábamos a debatir sobre la secuencia que se iba a rodar. Cada día se rodaba una sola secuencia. Estábamos doce horas por cada una. En esa hora previa limpiábamos mucho el texto y acordábamos cómo lanzar el texto, además de planear la coreografía con la Steady Cam. Ha hecho un trabajo impresionante. Nos tomamos, también, una semana previa para eso, y tres semanas de rodaje. Pero la clave estaba en esa hora al día, porque todos sabíamos ya lo que teníamos que hacer. Era más un ejercicio basado en escuchar y en disfrutar.
-Me interesaba preguntarte por el tono, por el cómo de la película. En la rueda de prensa de presentación del festival en la Academia de Cine, Fernando Méndez-Leite y Gerardo Herrero bromeaban acerca de si se trataba o no de una comedia...
-Para mí no es una comedia, no. Lo importante era no forzar las cosas. En el texto y en el subtexto de la película está todo. Cuando tú ves la película por mi primera vez es una película, pero cuando ya tienes toda la información y acabas, se convierte en otra diferente. Los personajes están llenos de dobles sentidos y dobleces. Es una propuesta donde lo que se dice no sabes si es exactamente lo que se piensa. ¿Hacia dónde manipula cada uno? Está llena de trampas. Y son trampas narradas con mucho sentido del humor, con mucha ironía y con mucho sarcasmo, que te pueden llevar a pensar que es una comedia.
-Hay en la película un elemento generacional que acaba siendo clave en la trama. El cómo las distintas edades de las parejas marcan también su forma de entender lo afectivo. ¿Te parece que la película lee bien esa coyuntura?
-Sí, porque representa además tres tipos de relación muy diferentes. Veo ahí a muchas parejas reales. Lo interesante para mí es ver cómo cronificamos un comportamiento con nuestra pareja, incluso cuando son comportamientos nocivos o llenos de agresividad soterrada. Y de desacreditación hacia el otro, falta de respeto... Damos por hecho que eso es un comportamiento natural dado que llevamos años haciéndolo, sin cambiar. Y para eso existen las terapias, claro, para intentar hacer una vista periférica, verte desde fuera y ver que te has convertido en una versión bastante triste de ti misma. Lamentablemente, damos esas actitudes como normales cuando no deberían serlo.
-¿Es quizá también una película sobre nuestra impermeabilidad? ¿El quitarle importancia a las cosas o graduarlas según lo que consideramos o no grave?
-Exacto, hasta que las cosas no estallan y no se desata la tragedia, nadie pone el foco. Lo interesante de la psicología y la terapia es que se adelanta hacia dónde puede ir un comportamiento nocivo o violento. Esos detalles, llenos de agresividad, van sembrando cosas terribles, conduciendo hacia un lugar nefasto. Pero no nos damos cuenta, porque lo normalizamos.
-¿En qué momento profesional te pilla la película? ¿Se parece al común de los papeles que te ofrecen?
-Me ha parecido una película distinta, porque es un tipo de historia y de estilo que para mí ha sido nuevo. El poder rodar de esta manera... Cuando hice "Toc, toc" también veníamos de una obra de teatro y se respetaba la cronología, pero había otros elementos. Esta vez, sí ha sido una forma de enfrentarme al rodaje de más entretenida.
-No soy el tipo más original de los que se ha sentado aquí, pero quería preguntarte por la polémica derivada de "Escándalo" (Telecinco). Por la diferencia de edad entre protagonistas, fueron muchos los que criticaron la serie sin que todavía se hubiera visto un solo capítulo...
-Me pareció lo suficientemente inconsistente como para entender que esas cosas duran 24 o 48 horas y luego se desvanece. A la vista está que, además, no se podía basar en una realidad puesto que si ves la serie te das cuenta de que es un cuento aterrador sobre alguien desesperado que dinamita todo lo que toca. Es una mujer que se está inmolando desde el capítulo uno hasta el octavo. Es una tragedia y, a nivel psicológico, toca temas muy profundos y muy emocionantes. Entre la compasión y el rechazo, genera miedo, genera inquietud e interés. Te das cuenta de que somos mucho más frágiles de lo que pensamos y que cualquiera de nosotros, en circunstancias de exposición como las del personaje desde la niñez, puede configurar una personalidad completamente destructiva y además arrastrar todo lo que te pasa por delante. Y con respecto a la polémica, jamás se sostuvo. Cualquier juicio sobre la nada no es demasiado creíble. Una vez que la serie arrancó, los comentarios pararon en seco dando a pie a unos mucho más interesantes.