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Así es la nueva Ley del Cine y la Cultura Audiovisual: ¿Cuáles son sus novedades?

Tras su aprobación en el Consejo de Ministros, la nueva legislación sobre las subvenciones a la cinematografía propuesta por el gabinete de Miquel Iceta comienza su proceso parlamentario
La Razón

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Han sido meses de textos preliminares y conversaciones, pero el borrador definitivo ya ha sido aprobado en el Consejo de Ministros. La Ley del Cine y la Cultura Audiovisual, nombre oficial conocido junto a otros detalles con antelación en medios como Cadena SER y EFE pese a tratarse de un documento oficial que atañe a toda la población, tiene ya vía libre para comenzar su trámite parlamentario y, como es habitual, el proceso de reformas y enmiendas que conlleven su aprobación en cortes. La reforma de las reglas y el sistema de puntaje para acceder a las subvenciones del Ministerio de Cultura y Deporte supone la primera modificación del texto desde 2007, bajo el gobierno de Rodríguez Zapatero, y se da tras casi 15 años en los que la industria audiovisual se ha transformado por completo.
La novedad principal de la Ley es la ampliación del concepto mismo del “cine” y lo que engloba, aunando bajo ese mismo paraguas a los estrenos tradicionales en salas, al mismo cuando se estrena en plataformas como parte de la oferta de los largometrajes, pero también a las series y a los formatos intermedios (por ejemplo, los documentales para televisión) que no tienen previsto un recorrido comercial por la vía de la distribución al uso. Por esa razón, y desde que se empezaron a conocer detalles del nuevo texto, son varias las asociaciones de productores que han criticado el esfuerzo de la cartera de Iceta: “Condena a una dependencia de grandes suministradores de contenido. (...) Productores independientes critican la nueva Ley Audiovisual por “condenar a una dependencia de grandes suministradores”, se podía leer en el comunicado lanzado en diciembre por la Plataforma Audiovisual de Productoras independientes que recogía Europa Press y que también hacía referencia a la próxima reforma de la Ley General del Audiovisual, que saltó a los medios por la “obligación” a producir contenidos en lenguas co-oficiales. De hecho, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Miquel Iceta ha explicado que ambas leyes se han desarrollado de manera paralela.
Más ayudas y más concretas, en parámetros de género
Pero, ¿qué regula exactamente la Ley del Cine? Según lo que se ha podido conocer por la filtración del borrador, el objetivo del Gobierno de Sánchez es “ampliar el campo de acción normativa al audiovisual en su conjunto para dotar de mayor coherencia y seguridad jurídica al sector, sin perjuicio de que la actividad cinematográfica continúe manteniendo un especial nivel de atención y protección”, debido a que “en los últimos años, el sector ha experimentado cambios más profundos vinculados a la incorporación de nuevos servicios de distribución, explotación y difusión en una sociedad caracterizada por la cultura y la economía digital”. Esto es, más ayudas y más diversas para adaptarse al nuevo panorama.
¿Y cómo se concederán dichas ayudas según las nuevas reglas? En función de los parámetros que ya venía fijando el ICAA y que atienden a la inclusión, por ejemplo, de normas de paridad de género en los equipos de las películas y a la incorporación de personas con discapacidad a la industria. ¿Evitará el nuevo texto que los productores sin escrúpulos cedan poder sobre el papel a más mujeres para tener acceso a las subvenciones? Probablemente no, pero el nuevo texto es consciente de las malas prácticas a las que llevaba el texto de 2007. Por ello se crea un nuevo Consejo Estatal de la Cinematografía y la Cultura Audiovisual, que ejercerá de observatorio frente a posibles abusos o interpretaciones laxas de la ley.
Uno de los puntos de la nueva ley que más polémica podría generar antes de su aprobación en sede parlamentaria es el de la luz y los taquígrafos: el Ministerio de Iceta quiere que las salas informen al detalle de la asistencia a sus pases (ya lo hacían, pero a través de federaciones privadas) y, sobre todo, que las plataformas de “streaming” informen de los visionados de sus contenidos (algo mucho más difícil de conseguir, por la opacidad con la que suelen operar estas multinacionales en cuanto a datos de impacto se refiere). En la misma línea que el anterior punto, el acceso a las ayudas estará condicionado por la capacidad de generar contenidos accesibles para personas con discapacidades visuales o auditivas.
Por último, y también como posible punto conflictivo de la nueva Ley del Cine, el Gobierno propone reducir la cuota de pantalla de los estrenos, hasta ahora europeos y al 25%, a un 20% de estrenos “comunitarios e iberoamericanos”. Es decir, todavía menos cine de autor pero ahora, al menos, más diverso. ¿Evitará esto que co-producciones de grandes jugadores de la industria puedan entrar en esa cuota aunque tengan capital estadounidense o británica? Eso es algo, junto a las reformas, que está por ver.
Las explicaciones de Iceta
“Queríamos actuar sobre todas las facetas del cine, desde la creación hasta la distribución”, explicó el Ministro de Cultura y Deporte tras la reunión del Consejo de Ministros, donde se aprobó la primera versión del texto para dar comienzo a las “conversaciones con el sector” y no proceder a las cortes, sino volver de nuevo al Consejo de Ministros. “Queremos educar en el cine, porque es nuestro mejor escaparate como país. El cine enseña mucho, pero también oculta”, dijo un Iceta que también se acordó de Isaki Lacuesta y Carla Simón, que compiten esta semana en el Festival de Berlín.
En una coyuntura propicia, recién celebrados los Premios Goya y con cuatro españoles nominados al Oscar, Iceta continuó: “Han pasado 15 años desde la última ley. Y hemos sacado ventaja de regular un sector amplísimo del cual el cine español es parte importante. Si se mira en términos históricos no es tanto tiempo, pero es verdad que es un período en el que se han producido importantísimos cambios en el mundo audiovisual y digital. Desde el sector se nos pedía un profundo esfuerzo de adaptación a esas nuevas realidades”.
“Nuestra intención es aumentar los presupuestos y las partidas dedicadas al cine y las series”, dijo Iceta a la pregunta de la protección, cuestionado sobre la diferenciación entre cine y series: “Perdóneme, pero es que todos son los mismos”, dijo el Ministro, citando a “La fortuna”, de Alejandro Amenábar, como ejemplo de la inexistencia de fronteras entre ambos mundos.
*Información en elaboración