
Educación e igualdad
La universidad catalana actúa como ascensor social
Según un informe, estos centros no son generadores de desigualdades sociales, sino que es la elección de la disciplina, en la que influye el origen social, la que condiciona la futura integración laboral de los titulados

El origen social no es, a priori, un factor determinante en lo que se refiere a la inserción laboral de los graduados de las universidades presenciales catalanas, sino que el factor clave es la titulación y en la elección de la misma sí que puede tener un peso importante el origen social.
Es decir que, una vez en la universidad, la clase social de la que proviene cada alumno no tiene un gran impacto en lo relativo a la inserción laboral. Durante la carrera, todos los estudiantes son iguales, independientemente de su origen social, de manera que la universidad iguala.
Sin embargo, antes del acceso a la misma, las diferencias sociales sí tienen un impacto en lo relativo a la futura inserción laboral del individuo ya que son un condicionante a la hora de elegir la disciplina de la titulación y no todas tienen las mismas salidas profesionales.
Disciplinas por estratos sociales
Ésta es la principal conclusión del estudio Equidad en la inserción laboral y movilidad social de los graduados y las graduadas de las universidades presenciales catalanas, elaborado por la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Cataluña, AQU Cataluña, que pone de manifiesto que el prestigio social asociado a las diferentes titulaciones tiene un gran impacto en lo relativo a la composición social del alumnado.
Y prueba de ello es que se observa una relación entre el subámbito y la distribución de las personas tituladas en función de la clase social. Por ejemplo, en medicina y ciencias biomédicas, el 46% de estudiantes son de clase alta, mientras que en intervención social éstos representan solo el 29%.
Asimismo, existe una tendencia entre los alumnos de rentas más altas a matricularse en estudios con una inserción laboral más alta, mientras que los de rentas más bajas suelen optar por los de una inserción moderada. Esta distribución desigual por disciplinas se explicaría por el hecho de que la dificultad de la misma, el tiempo de dedicación requerido o la nota de acceso podrían condicionar la elección del estudiante en función de su origen social.
En relación a este último punto, en este trabajo no se han podido identificar una relación entre clase social y ocupación laboral a tiempo completo, puesto que las diferencias entre el porcentaje de ocupación de la clase alta y la baja es de solo 0,8 puntos porcentuales, sin embargo se ha visto que es precisamente la disciplina de la titulación la que está detrás de una mayor o menor probabilidad de acceder a un trabajo a tiempo completo.
Solo en subámbitos concretos existe una mayor probabilidad de disponer de un trabajo a tiempo completo entre los titulados de clase baja, con diferencias de hasta 11 puntos porcentuales, lo cual podría deberse a que los de clase alta retrasan su inserción laboral a tiempo completo para seguir estudiando o para opositar.
Calidad y salario en función de la disciplina
La elección de la disciplina de la titulación es también la que explicaría, en gran medida, la diferencia salarial entre titulados, en la que la clase social o el género juegan un papel anecdótico, excepto en subámbitos como economía, empresa y turismo; derecho, laboral y políticas; medicina y biomédicas; agrícola, forestal y pesca o ciencias experimentales y matemáticas, donde la diferencia de ingresos mensuales por clase social supera los 200 euros.
Por contra, los titulados de clase baja tienden a cobrar más en enfermería y salud y en intervención social.
En lo que se refiere a la calidad del empleo, de nuevo la disciplina de la titulación vuelve a ser clave y, en en este aspecto, apenas se observan diferencias agregadas por clase social, excepto en agrícola, forestal y pesca y educación, subámbitos en los que las probabilidades de conseguir un trabajo de alta calidad es 8 puntos porcentuales superior en los titulados de clase alta respecto a los de clase baja.
Un ascensor social
Por lo tanto este informe confirma que la universidad apenas tiene impacto en la diferencia de clases sociales; el problema está en el punto de entrada a la misma, donde la selección de la disciplina, en la que influye el origen social, condiciona la futura integración laboral.
Es más, según este trabajo, la universidad favorece la movilidad social, ya que, según pone de manifiesto, apenas existe una correlación entre el estatus ocupacional de los graduados y el de sus progenitores. De hecho, 7 de cada 10 titulados del Sistema de Universidades Catalán ocupan puesto de trabajo de técnico superior, mientras que solo un tercio de sus progenitores lo son.
Y ese papel de ascensor social de la universidad es especialmente evidente en un conjunto de subámbitos -intervención social, educación y lenguas y literatura- y en los centros públicos situados fuera del Área Metropolitana de Barcelona.
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