Premio Nobel
El catalán que pudo ganar el Premio Nobel de Literatura
Entre 1906 y 1923 se presentó la candidatura de Àngel Guimerà al galardón
El fallo en cualquiera de sus modalidades del Premio Nobel, ese galardón que se inventó un químico e ingeniero para limpiar su mala conciencia tras inventar la dinamita, sigue siendo un acontecimiento. En el apartado literario la lista de aquellos que lo han logrado es tan destacada como la de las ausencias, a veces incluso de lenguas porque ningún autor catalán lo ha ganado. Si hubo alguien que tuvo muchas posibilidades de obtenerlo ese fue Àngel Guimerà.
El dramaturgo, de quien se acaba de conmemorar el centenario de su muerte este mes de julio, sigue siendo uno de los grandes nombres de las letras catalanas de todos los tiempos, gracias especialmente a obras como “Terra baixa”, “La filla del mar”, “Mar i cel” o “Maria Rosa”, entre otras, y que siguen subiendo a los escenarios de Cataluña. Nacido en Santa Cruz de Tenerife en 1845, no fue hasta los siete años que pisó tierra catalana. Fue uno de los más destacados nombres de la llamada Renaixença, ese renacer literario surgido en la segunda mitad del XIX. Es en ese tiempo cuando Guimerà empezó a recoger varios reconocimientos como poeta, siendo proclamado Mestre en lo Gai Saber en 1877. Dos años más tarde estrenó su primera obra teatral, la tragedia en verso “Gal·la Placídia”, aunque el gran éxito lo obtendrá en 1886 con el estreno de “El fill del rei”. Presidente de la Lliga de Catalunya, Guimerà nunca ocultó su catalanismo hasta el punto de ser uno de los ponentes en las llamadas bases de Manresa.
El de 1906 fue un año importante para la carrera de Guimerà porque fue en ese momento cuando la Reial Acadèmia de Bones Lletres es reconocida como academia nacional por la que concede el Nobel. Eso hace que desde 1906 y hasta 1923 sea presentada la candidatura de Àngel Guimerà al codiciado galardón literario, aunque sin suerte. En 1904, el entonces exitoso dramaturgo José de Echegaray lo había obtenido, aunque compartido con Frédéric Mistral, así que Guimerà tenía opciones. El problema es que le surgieron rivales de la talla de Marcelino Menéndez y Pelayo y Benito Pérez Galdós.
La academia sueca, tal y como acredita la documentación desclasificada por esta institución, acarició la idea en 1914 de que Guimerà y el autor de “Fortunata y Jacinta” compartieran reconocimiento. Sin embargo, el estallido de la Primera Guerra Mundial hizo que aquella propuesta prosperara.
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