
Historia
El empresario catalán que legó toda su fortuna a Barcelona pero sus hijos intentaron quedárselo
El juez concluyó que las hijas habían retenido ilícitamente 658 obras de arte del legado, incluidas 352 obras pictóricas de gran formato, que incluían obras de Goya y El Greco

Julio Muñoz Ramonet fue un empresario español que acumuló una vasta fortuna durante el franquismo, principalmente a través del estraperlo y el control del mercado del algodón. A pesar de su controvertido pasado, su legado artístico y financiero sigue siendo relevante hoy en día. En su testamento, Muñoz Ramonet dejó una parte significativa de su patrimonio a la ciudad de Barcelona, pero sus descendientes han luchado durante décadas para retener el control sobre este legado.
Muñoz Ramonet nació en Barcelona en 1912 y comenzó su carrera durante la Guerra Civil española, trabajando como espía para el bando franquista. Tras la guerra, se benefició del mercado negro y del control estatal sobre el algodón, adquiriendo industrias textiles y otros negocios a bajo precio. Este fue el inicio de su imperio económico, que con el tiempo incluiría fábricas como Can Batlló, almacenes como El Siglo y El Águila, y propiedades emblemáticas como el Palau Robert y el Hotel Ritz.
Su capacidad para expandir sus intereses no se limitó a España. Muñoz Ramonet también estableció sociedades en lugares como Panamá, Luxemburgo y Filipinas, y adquirió bancos en Suiza y otros países. Estas acciones le permitieron evitar impuestos y consolidar su posición financiera. Además, fue el fundador de la Compañía Internacional de Seguros, que se convirtió en un pilar de su imperio económico hasta su quiebra en los años ochenta.
Testamento
En su testamento, Muñoz Ramonet legó su palacete y una valiosa colección de arte a Barcelona, siempre que se creara una fundación con su nombre. La colección incluía obras de Goya, El Greco y otros maestros, lo que la convirtió en un tesoro cultural para la ciudad. Sin embargo, las hijas de Muñoz Ramonet mantuvieron el testamento en secreto y han luchado legalmente para retener el control del legado.

La disputa por el legado de Muñoz Ramonet ha sido larga y compleja. Las hijas han argumentado que el testamento no era válido o que no se cumplían las condiciones para la creación de la fundación. Sin embargo, las investigaciones han revelado que las hijas retuvieron ilícitamente una gran parte de la colección de arte, lo que ha llevado a la apertura de procesos penales contra ellas.
Muñoz Ramonet dejó escrito en su testamento que el palacio de la calle de Muntaner y su contenido, incluida una valiosa colección de arte, pasarían a manos de la ciudad de Barcelona. Sin embargo, las hijas mantuvieron el testamento en secreto, lo que desencadenó una batalla legal que ha durado décadas.
Investigaciones y juicios
La investigación penal sobre el supuesto expolio del legado comenzó hace más de diez años. Las hijas de Muñoz Ramonet han intentado tomar el control del legado a través de diferentes vías judiciales. En 2017, perdieron la batalla para gestionar la fundación que administra el legado, y en 2025, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña rechazó su último recurso para modificar los estatutos de la fundación y nombrar a las hijas como patronas. El juez concluyó que las hijas de Muñoz Ramonet habían retenido ilícitamente 658 obras de arte del legado, incluidas 352 obras pictóricas de gran formato. La mayor parte de estas obras fueron trasladadas a emplazamientos en Madrid propiedad de la familia.
La defensa de las hijas argumentó que los delitos, de haberse cometido, estarían prescritos, pero el juez rechazó archivar la causa por este motivo. La fundación Muñoz Ramonet solicitará probablemente la apertura de un juicio oral, lo que podría llevar a las hijas al banquillo de los acusados.
En 2020, la Guardia Civil recuperó 474 obras de arte en viviendas y almacenes de los herederos. Posteriormente, un juez ordenó la entrega de 90 de estas obras a la fundación, tras confirmar que pertenecían al legado de Muñoz Ramonet. Además, se ha confirmado que otras obras, como un Goya y un El Greco, también forman parte del legado y están en posesión de la fundación.
Aunque las disputas legales continúan, la justicia ha fallado en gran medida a favor de la ciudad de Barcelona y la fundación Muñoz Ramonet. Las hijas han perdido varias batallas judiciales, y se ha confirmado que una parte significativa del legado artístico pertenece a la ciudad. Sin embargo, el proceso penal sigue abierto, y no está claro si se llegará a un juicio oral contra las hijas.
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