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Colau deja la política entre críticas a la masificación turística y la especulación inmobiliaria

El pleno municipal da luz al encarecimiento del IBI para hoteles de lujo y autocares turísticos

Ada Colau, líder de BComú en el Ayuntamiento de Barcelona y exalcaldesa, se ha despedido este viernes del pleno del Consistorio, del que deja de ser concejal. La protagonista, visiblemente emocionada, ha explicado el motivo de su renuncia: "Es bueno cambiar, moverse, refrescar ideas e impulsar proyectos nuevos".

La que fuese alcaldesa terminó con un discurso de despedida al finalizar el pleno después de ser la primera mujer al frente del gobierno de Barcelona, desde 2015 hasta 2023. Unas palabras en las que Ada Colau ha reivindicado políticas impulsadas durante sus dos mandatos, como las 'supermanzanas', los ejes verdes, la unión del tranvía por la Diagonal y los presupuestos participativos, entre otras.

"Hacía tiempo que en Barcelona no había un modelo de ciudad de futuro para afrontar nuevos retos que hacía tiempo que no se afrontaban, como las desigualdades, la contaminación, la masificación turística, la especulación inmobiliaria", ha destacado la exalcaldesa en referencia a sus inicios en el consistorio.

Ordenanzas fiscales

El Pleno Municipal del mes de octubre ha dado una primera luz verde a la propuesta del gobierno Collboni para las ordenanzas fiscales del año 2025. Tal y como ya ocurrió en la Comisión de Economía de la semana pasada, el sí de Barcelona en Comú y ERC (sumados a los del propio gobierno del PSC) han permitido que la propuesta haya superado la aprobación provisional en el plenario. En cambio —y sin sorpresa alguna—, Junts, PP y Vox se han opuesto a las ordenanzas fiscales del 2025.

El documento presentado por el gobierno de Jaume Collboni prevé realizar una congelación generalizada en las tasas e impuestos a la ciudadanía (excepto la tasa de recogida de residuos, que se aumentará entre 5 y 10 € anuales), y un encarecimiento de la fiscalidad en el sector turístico. En concreto, propone encarecer el IBI a unos 200 hoteles de lujo de la ciudad, del 1% al 1,08%, así como crear una tasa para los autocares turísticos que pisen Barcelona. El gobierno del PSC se garantizó el seno de BComú gracias a un acuerdo para regular los alquileres de temporada.

Para cerrar el debate sobre las ordenanzas fiscales, el alcalde, Jaume Collboni, ha hecho uso del turno de palabra en nombre del gobierno. Ha celebrado el principio de acuerdo con comunes y Esquerra para que las tasas e impuestos empiecen a andar porque "la ciudadanía pide a la política acuerdos y ser constructivos", aunque también ha dejado la puerta abierta a incorporar a las cuentas aportaciones que hagan la resto de grupos de la oposición, aunque no apoyen las ordenanzas, antes de que se aprueben definitivamente, en diciembre.

Precisamente durante el periodo de alegaciones, Janet Sanz (BComú) ha avisado de que queda mucho por hacer. "Seremos absolutamente exigentes para que las ordenanzas corrijan la deriva elitista del gobierno". Jordi Castellana (ERC) ha aplaudido que el incremento de los impuestos en el sector turístico "permitirá ingresar más en Barcelona para hacer mejores políticas y para que Barcelona sea una ciudad donde vivir bien".

Desde Junts, Ramon Tremosa ha lamentado que el acuerdo PSC-BComú-ERC hace vislumbrar un eventual gobierno tripartito y ha reprochado que el Ayuntamiento, a pesar de cerrar el año pasado con un superávit de 51 M€, “sigue con el piloto automático de la presión fiscal” a los ciudadanos. Àngels Esteller (PP) ha pedido a Collboni: "Cambie de compañeros porque la izquierda asfixia la economía". Por último, Gonzalo de Oro (Vox) ha calificado la propuesta de ordenanzas fiscales como "un atraco a los contribuyentes, en especial a los que menos dinero tienen".