Imágenes desconocidas
El álbum inédito de la Guerra Civil en la Universidad de Yale
Entre los papeles personales del escritor Langston Hughes aparecen numerosas imágenes del conflicto bélico
Poeta, narrador, dramaturgo, traductor de los versos de Lorca y Nicolás Guillén, Langston Hughes es uno de los grandes nombres de la literatura estadounidense del siglo pasado. Al igual que otros compañeros suyos, como Ernest Hemingway o John Dos Passos, su vida cambió cuando tuvo la oportunidad de visitar España durante la Guerra Civil. Buena prueba de ello son sus crónicas, así como lo mucho que escribió después de alejarse de las balas, en textos tan impresionantes como “Bombas en Barcelona”, “Granadas de mano y raciones”, “Los moros del general Franco” o los poemas “Barcelona: ataque aéreo”, “Luz de luna en Valencia: Guerra Civil” o “La semilla del mañana”. Lo que no es tan conocido es que Hughes, además de sus textos, guardó una interesante colección de imágenes de aquella guerra, muchas de ellas inéditas y que hoy forman parte de su archivo, conservado en la Universidad de Yale. Este periódico ha podido consultar esas imágenes.
El álbum conservado nos permite ver a Langston Hughes en el frente republicano, en algunas ocasiones junto alguno de los protagonistas militares de ese bando, como Valentín González González, popularmente conocido como El Campesino. Son, en estos casos, fotografías procedentes del Servicio de Información de la 46 División del Campesino, como se puede leer en un sello en el reverso de estos documentos. Otro nombre importante que encontramos en las fotografías es José Miaja, uno de los nombres clave en la resistencia de Madrid durante la Guerra Civil.
Hay también una mirada al frente republicano desde la trinchera, siguiendo a los milicianos, ya sea en las bibliotecas improvisadas o en escuelas donde los soldados analfabetos empezaban a aprender a escribir y a leer. Todo ello está documentado por Hughes en unos documentos que nunca han sido expuestos en nuestro país.
El escritor tampoco rehuía su contacto con sus compañeros de armas literarias. Probablemente fue Rafael Alberti su principal apoyo durante el tiempo que estuvo en Madrid, como demuestran tanto las fotografías, como algunas dedicatorias afectuosísimas del autor de “Marinero en tierra” a su amigo estadounidense. Gracias a Alberti también pudo ver algunas de las producciones teatrales que durante la guerra se hicieron en la ciudad, en la Alianza de Intelectuales Antifascistas, como una adaptación de “Los títeres de Cachiporra” de Federico García Lorca, cuyo asesinato por los sublevados granadinos estaba muy presente en todos.
Dicen Andrés Trapiello en “Las armas y las letras” que Ernest Hemingway vino a la guerra española como quien se iba a un safari. Langston Hughes coincidió con él durante la contienda y se llevó un buen recuerdo suyo. “Me pareció un tipo grande y simpático a quien los hombres de las Brigadas adoraban. Pasaba mucho tiempo con ellos en sus campamentos”, escribiría mucho tiempo después al rememorar esos días. Existe una foto, esta sí muy conocida, en el archivo de Hughes en la que podemos ver a los dos autores estadounidenses junto a dos compañeros literarios como eran el ruso Michael Koltsov y el cubano Nicolás Guillén, cuya obra tradujo al inglés el estadounidense.
Entre los papeles del escritor también tenemos algunas muestras de los daños causados por los bombardeos de las tropas sublevadas contra la Segunda República. Son imágenes de casas destruidas, de grandes boquetes, pero muy pocas vinculadas con heridas y pérdidas humanas. Tampoco faltan algunas instantáneas protagonizadas por algunos de los presos que habían sido capturados en los enfrentamientos armados en el frente de Madrid. Son testimonio de la rendición de jóvenes soldados de los que no se conoce su identidad.
Todo ello nos recupera un testimonio único de lo que fue el horror de esos días. Afortunadamente Langston Hughes estaba allí para contarlo y para verlo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar