Enturismo
El "Walk of fame" del vino está en Peñafiel
La localidad vallisoletana crea un Paseo del Vino en su casco histórico al colocar once placas de bodegas legendarias, las pioneras de la Ribera de Duero, como reconocimiento por convertir a esta zona en referente mundial del enoturismo
Castilla y León es tierra de vinos y bodegas. Un territorio en el que se elaboran muchos de los mejores caldos del mundo. Una Región que puede presumir y, de hecho lo hace, de contar con hasta trece Denominaciones de Origen, tres vinos de pago y la IGP Vinos de la Tierra, lo que supone que más del 90 por ciento de la producción está amparada por alguna figura de calidad.
Y una Comunidad que, además, tiene nueve Rutas del Vino donde el turista puede disfrutar y empaparse de todo lo relacionado a esta cultura ancestral que es motor económico y social de esta tierra.
Tal es así , que aporta alrededor del 3,1 por ciento al PIB de Castilla y León, generando un Valor Añadido Bruto total superior a los 1.817 millones de euros anuales, y contribuye a generar y mantener más de 33.000 empleos a tiempo completo.
Pero, sobre todo, el vino es riqueza y población en el medio rural, que es donde se asientan las más de750 bodegas y las más de 80.200 hectáreas de viñedo existentes en territorio castellano y leonés, lo que representa el 8,5 por ciento del total nacional y el 1,1 por ciento del total mundial.
El vino que se produce en Castilla y León, por tanto, no es fruto de la casualidad, sino que detrás hay muchos años de trabajo y dedicación, de esfuerzo, tradición familiar y mucho compromiso y amor por la tierra.
Pues este trabajo, esfuerzo y dedicación empresarial que siempre busca la excelencia es lo que la localidad vallisoletana de Peñafiel, cuna y corazón de la Ribera de Duero, quiere reconocer y poner en valor.
Y lo ha hecho a través de una interesante iniciativa turística que el Ayuntamiento de esta Villa milenaria ha puesto en marcha en colaboración de la Asociación de Sumilleres de Castilla y León y en la que participan, de momento, once bodegas emblemáticas y legendarias de la Ribera de Duero vallisoletana y burgalesa. Las pioneras de lo que hoy es la DO Ribera de Duero.
Se trata de una especie de "Walk of fame" o paseo de la fama al más puro estilo de Hollywood con el cine, aunque en este caso con el vino como protagonista. Así, a lo largo y ancho de un itinerario en línea recta de algo menos de medio kilómetro que arranca en la Plaza de España y llega hasta la medieval Plaza del Coso -lugar donde se celebran los festejos taurinos de las fiestas patronales de agosto además de la Bajada del Ángel el Domingo de Resurrección, una fiesta de interés turístico nacional-, se han colocado unas placas conmemorativas de cada una de estas bodegas ribereñas como reconocimiento a su apuesta y su compromiso por el terruño pero también y sobre todo por hacer cada día más grande esta zona vitivinícola que ya fue considerada hace unos años la mejor zona de vinos del mundo.
Vega Sicilia, Protos, Tomás Postigo, Bodegas Arzuaga, Teófilo Reyes, Alejandro Fernández Familia Fernández Rivera, Pago de Carraovejas, Bodegas Emilio Moro, Viña Pedrosa, Bodegas Matarromera y Dominio de Pingus son las once bodegas que figuran en otras tantas placas en esta calle del vino que atraviesa el casco histórico del municipio, por donde discurre los días 15, 16, 17 y 18 de agosto el tradicional Pasacalles "El Chúndara" que disfrutan miles de personas entre autóctonos y turistas.
Un once inicial espectacular y que, si fuera un equipo de fútbol, sería el principal favorito para ganar la Champions League.
Una alineación de lujo a la que se irán sumando nuevas estrellas en forma de bodegas y personalidades del mundo del vino que, según la Comisión de Trabajo creada en el Ayuntamiento junto con los sumilleres de la Comunidad, lo merezcan también por su apuesta y su compromiso por esta excelencia en España y Castilla y León.
Las placas van acompañadas de un mensaje que cada bodega ha querido plasmar como una descripción de lo que el vino y la viticultura supone para cada una de ellas.
Así, por ejemplo, en la de Bodegas Matarromera se puede leer que "la verdadera esencia de los sueños es poder compartirlos”, mientras que en la de Bodegas Emilio Moro queda escrito que "si lo sabes escuchar, el vino te habla”, y en la de Tomás Postigo se reivindica la familia, la calidad y la artesanía, como claves de su propio éxito.
Protos, fieles a su lema casi centenario, apunta a su ADN: "Ser primeros, como actitud de mejora constante".
Bodegas Arzuaga hace referencia a que el vino "es el equilibrio de nuestra tierra”; Vega Sicilia a que "el mejor vino siempre estará por hacer"; la familia Fernández Rivera hace hincapié en la "pasión por el vino y la tierra"; y Pago de Carraovejas defiende a capa y espada uno de sus lemas: "el viñedo no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos”.
Dominio de Pingus, por su parte, defiende en su placa al vino y su cultura como el camino más sencillo.
"La verdad es que esta placa nos hace mucha ilusión porque reconoce una historia muy bonita que empezó hace 40 años", destacaba en la inauguración de su placa el bodeguero Tomás Postigo, mientras recordaba que llegó de tierras segovianas a Peñafiel en 1984 de la mano de Protos y, desde entonces, en esta Villa ha llevado a cabo cuarenta vendimias y sigue elaborando unos vinos tintos y verdejos de gran calidad y muy reconocidos en el mundo.
Por su parte, el CEO de Alma Carraovejas, Pedro Ruiz Aragoneses, segoviano también de nacimiento pero peñafielense de adopción, por cuanto vive en este municipio y sus hijos han nacido en la peña más fiel de Castilla, agradecía igualmente al Ayuntamiento este reconocimiento y se mostraba muy honrado por formar parte de una "gran iniciativa". "Si hay un pueblo que vive por y para el vino es Peñafiel", destacaba el también presidente de Vitartis, la asociación de empresas agroalimentarias de Castilla y León, quien dejaba claro que "Peñafiel sin el vino no es lo mismo, pero el vino sin Peñafiel, tampoco".
Asimismo, aseguraba que este reconocimiento es para todas las bodegas y no solo para las once que aparecen en estos momentos en el Paseo del Vino de Peñafiel, y ponía en valor lo que supone el vino para esta zona. "Es motor de desarrollo económico y social, pero también antropológico, por lo que ha supuesto y supone históricamente para esta zona y para la sociedad, y por lo que queda por aportar", apuntaba.
Cuna de la Ribera de Duero
El presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, también participaba en la inauguración de estas placas conmemorativas y felicitaba al Ayuntamiento de Peñafiel por esta iniciativa que, en su opinión, reconoce al sector privado y a esas bodegas pioneras que creyeron y tuvieron fe cuando se constituyó la DO Ribera de Duero en 1982, pero también supone un atractivo turístico más para esta zona relacionada con el vino y el turismo.
"Peñafiel es la cuna del vino en la Ribera de Duero y esta iniciativa es necesaria y, además, justa porque va a ayudar aún más a potenciar el turismo", decía Íscar, mientras ponía en valor la importancia de este sector en la creación de riqueza y empleo rural y reafirmaba su compromiso con todos aquellos proyectos que generen empleo y futuro.
Asimismo, destacaba la apuesta de Peñafiel por el vino pero también por otras muchas iniciativas que tienen en marcha y que están llamadas a dinamizar la zona y mejorar la calidad de vida de sus vecinos, en alusión al Plan de Sostenibilidad Turística, la reciente declaración de la Semana Santa peñafielense como de Interés Turístico Regional, la regeneración urbana de su casco histórico o la reforma acometida en la barbacana del castillo que ahora permite una visita integral y más completa a la fortaleza, Monumento Nacional desde hace más de cien años.
Finalmente, el alcalde de Peñafiel, el popular Roberto Díez, se mostraba orgulloso de haber podido poner en marcha este proyecto que ya empezó a trabajar en él la pasada legislatura y con el que se quiere reconocer la excelencia de personas y bodegas que trabajan cada día por conseguirla y por hacer de este territorio un referente enoturístico y agroalimentario a nivel mundial.
El primer edil explicaba también que se trata de un paseo abierto a más personalidades y bodegas que apuesten también por la excelencia y por esta zona vitivinícola. "Estas placas no son más que el reconocimiento de una pequeña localidad de Castilla y León, como es Peñafiel, que tiene entre sus prioridades conseguir también la excelencia turística y que apuesta cada día por mejorar y seguir creciendo", finalizaba Díez.
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