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Medio ambiente
Temporada de setas: Las multas para quien no cumpla la ley que pueden salir por un ojo de la cara
En Castilla y León, donde la micología es vital para el medio rural, la recogida y venta de estos hongos se regula en la Ley de Montes
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Con la entrada del otoño los amantes de las setas y los hongos están de enhorabuena. Recoger este producto estrella de esta temporada se ha convertido en los últimos años en una actividad turística y familiar, que ha experimentado un importante auge, por cuanto permite a los que se adentran en este mundo disfrutar de la naturaleza y al aire libre, además de hacer ejercicio. Y los recolectores, ataviados de cesta y navaja, ya se apresuran para salir al monte para recoger los suculentos productos micológicos que se esconden bajo tierra, en prados y caminos, junto a pinares, robledales, encinas o coníferas, que son los lugares donde suelen brotar las setas, el producto estrella de esta estación.
Pero también los furtivos tienen al otoño marcado en rojo en el calendario. Por ello, la Guardia Civil ya está ojo avizor peinando los montes y las principales zonas de recogida, ya sea con los vehículos todoterreno de que disponen o andando, mientras piden la documentación y autorizaciones a quienes se encuentran.
Y es que en Castilla y León, los productos micológicos son fundamentales para el desarrollo económico y social de muchos municipios del medio rural. Tal es así que la recogida y venta de setas y hongos está regulada a través de la Ley de Montes y de un decreto por el que se regula el recurso micológico silvestre en Castilla y León, en cuya elaboración han trabajado las consejerías de Fomento y Medio Ambiente, Agricultura y Ganadería, Sanidad y Cultura y Turismo.
Una normativa que recoge una serie de medidas básicas que afectan a la conservación, la gestión y el aprovechamiento sostenible del recurso micológico. Una norma que también reconoce que el aprovechamiento corresponde a los propietarios y titulares de los montes, regula los parques micológicos y la comercialización de las setas silvestres para fines alimentarios y, además, fomenta la promoción turística.

Entre las infracciones se encuentran las siguientes:
-La recolección en montes catalogados no acotados de cuantías superiores al límite de la recolección episódica sin contar con licencia de aprovechamiento.
-También esta prohibida la recogida de cualquier cuantía de setas silvestres en montes catalogados acotados sin contar con licencia de aprovechamiento.
-Y, de la misma forma, se considera ilegal la recolección de setas silvestres en cualquier tipo de terrenos incumpliendo las prescripciones de recolección previstas en este decreto, así como la recogida en montes que son catalogados incumpliendo los pliegos de prescripciones técnico-facultativas del aprovechamiento.
- La apropiación o usurpación de la superficie de los montes públicos.
- La destrucción, deterioro o daño de las construcciones e infraestructuras destinadas al servicio del monte público en el que se ubican.
- La corta, desenraizamiento, arranqueo cualquier otra actuación sin autorización sobre ejemplares arbóreos de especies forestales.
- El incumplimiento de la obligación de regeneración en cortas a hecho y aclareos intensos.

Y entre las más graves se encuentran estas:
-Cuando los hechos constitutivos de la infracción hayan causado al monte daños con unos costes de reposición iguales o superiores a un millón de euros o cuyo plazo de reparación o restauración sea superior a 10 años.
-Cuando la alteración de señales y mojones impida la determinación sobre el terreno de los lindes legalmente establecidos.
-La reincidencia, entendiendo por ésta que el infractor haya cometido una infracción leve, grave o muy grave en el plazo de un año si es leve, dos años si es grave y cinco años si es muy grave, contados desde que recaiga la resolución sancionadora firme.
-Cuando los hechos constitutivos de la infracción hayan causado al monte daños con unos costes de reposición iguales o superiores a 10.000 euros e inferiores a un millón de euros o cuyo plazo de reparación o restauración sea inferior a 10 años y superior a seis meses.
Por ello, al que no cumpla con la normativa le puede salir muy caro. Y la multa varía en función de la gravedad de las infracciones que se cometan. Así, las sanciones oscilan entre los cien y mil euros para infracciones consideradas como leves, de entre mil y cien mil euros para aquellos casos graves y de entre 100.000 euros y un millón para los casos muy graves.
El régimen de infracciones y sanciones es el previsto en la Ley 3/2009, de Montes de Castilla y León, en la Ley 1/2014, de 19 de marzo, Agraria de Castilla y León y en la Ley 10/2010, de 27 de septiembre, de Salud Pública y Seguridad Alimentaria de Castilla y León.
A la hora de sancionar, se tiene en cuenta la situación de riesgo para las personas y los bienes, además de la ostentación de cargo o función que obliguen a velar por el cumplimiento de esta Ley. Si ha existido una colaboración en la disminución de los efectos o, por el contrario, ha habido elusión o entorpecimiento de la vigilancia y control además de desobediencia. Igualmente, se evalúa si ha habido o no ánimo de lucro y beneficio económico obtenido, así como el grado de culpabilidad, la reincidencia o la importancia y naturaleza de los daños causados.
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El responsable del daño causado deberá repararlo realizando las acciones necesarias para la restauración del monte en el menor tiempo, cuando ello sea posible. A los efectos de esta Ley, se entiende por restauración el retorno del monte a su estado anterior al daño, y por reparación, las medidas que se adoptan para lograr su restauración.
El texto legal distingue entre setas silvestres recolectables y no recolectables y define cuales son las prácticas que están prohibidas, entre las que se encuentra la de recolectar de noche o utilizar rastrillos. Igualmente, incluye el decreto lo que son prácticas obligatorias, como dejar el terreno en condiciones originales y la utilización de recipientes porosos; e incluye también la posibilidad de disponer de autorizaciones para fines científicos o didácticos.
Por otro lado, la Ley establece que el producto micológico recogido y destinado al consumo alimentario solo puede realizarse cuando se cumplan determinadas disposiciones que garanticen la seguridad alimentaria, con la prohibición expresa del suministro directo entre el recolector y el consumidor, aunque sí está permitida la venta en pequeñas cantidades a establecimientos comerciales y restaurantes.
La normativa regula también los parques micológicos, para superficies superiores a 10.000 hectáreas e integrados por terrenos de diferentes titulares con una única entidad que responsabilice de su gestión micológica. Requerirán, entre otros, permisos de acceso público, la elaboración de un plan de aprovechamiento y gestión de base científica.
Los propietarios y titulares de los montes son los dueños de las setas que en ellos se produzcan y podrán establecer diferentes regímenes de aprovechamiento, ya sea el regulado, que se basa en el establecimiento de acotados y la expedición de permisos de recolección para terceras personas, o el reservado, que implica que el propietario se reserva para sí en exclusiva el derecho de aprovechamiento.
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